Tino García Cayón Guía de ecoturismo
Tino García Cayón ·
Es guía de ecoturismo, especialista en el turismo de observación de la naturaleza, aves, flora, mamíferos, paisaje, humedales de interior y costeros... La naturaleza es su medioNuria Estalayo
Martes, 26 de agosto 2025, 00:05
Tino García Cayón nació y se crió en Barruelo de Santullán, en plena Montaña Palentina. Salvo un paréntesis de unos años por motivos de trabajo, ... en los que recorrió varios puntos de la geografía española, Laurentino, que es su nombre oficial, se asentó en la pedanía de Villavega de Aguilar. «Mi oficina es el campo», asegura. Vivir en un lugar rodeado de tanta naturaleza desde muy pequeño marcó su forma de vida y su trabajo. Es guía de ecoturismo, especialista en el turismo de observación de la naturaleza, aves, flora, mamíferos, paisaje, humedales de interior y costeros, un trabajo que ejerce de manera profesional desde 1994.
– ¿Guía de montaña en verano o todo el año?
– Dependiendo de las fechas se hace una actividad u otra. De enero a marzo y de septiembre a diciembre son épocas buenas para la observación del oso, el lobo, el ciervo o el gato montés. Ylos meses de abril a agosto son buenos para la flora alpina o las orquídeas, y también de las aves en general, mariposas o insectos. Pero soy guía de ecoturismo todo el año, no solo en las fechas de mayor concentración de turistas como es el verano.
– ¿Cómo lleva trabajar cuando los demás están de 'veraneo'?
– Para mí no es un problema porque yo no lo llamo trabajar, sino salir 'a ver cómo está la finca'. Es una satisfacción personal poder mostrar al visitante la gran biodiversidad que atesora la Montaña Palentina, el Geoparque de las Loras, y también el Cerrato palentino, la Nava y Tierra de Campos. Palencia es una provincia completa.
– En las visitas enseña mucho a los turistas, ¿también aprende?
– Siempre hay algo nuevo en la naturaleza que te sorprende, afortunadamente hay lugares donde todavía ocurren estos pequeños milagros de la vida. También se aprende mucho de la gente, tengo clientes muy expertos, incluso que trabajan en proyectos de investigación con especies que vienen a ver aquí. Me acuerdo de un grupo de investigadores italianos trabajando en un proyecto de gatos monteses en los Apeninos. Nunca habían visto uno al natural allí y aquí vimos cinco en el mismo viaje.
– ¿Cuál es el tesoro que más le gusta enseñar?
– La gran biodiversidad que tenemos en tan poco espacio, como es la provincia de Palencia. En un solo día, por la mañana temprano podemos estar viendo aves alpinas en el macizo de Fuentes Carrionas, a medio día águilas pescadoras y pigargos en los embalses, y por la tarde, aves esteparias como las avutardas, terreras o calandrias en Tierra de Campos. En cualquier otro lugar de Europa, esto es imposible en un día, necesitaríamos visitar varios países.
– ¿Se guarda para sí secretos que no quiere compartir?
– Por supuesto. Trabajamos y vemos especies muy sensibles, y hay cierta información que tiene que tratarse con mucha delicadeza y reserva. Un buen guía de ecoturismo se tiene que autorregular, no todo vale en esta disciplina. Me lo recuerdan sobre todo los clientes británicos, muy respetuosos con el medio natural.
– ¿Qué es lo más raro que le piden?
– Tendría para escribir un libro de anécdotas... Un entomólogo aragonés muy conocido contactó conmigo porque quería ver una planta, el Aconitum napellus (llamada matalobos, la más tóxica que hay en Europa) y el insecto Bombus gerstaeckeri (el abejorro). Estuvimos tres días de aquí para allá y los encontramos. También tres especies nuevas de avispas para la provincia de Palencia.
– ¿Los turistas son muy curiosos o se conforman con lo que les cuenta?
– Hay una pequeña minoría que se conforma. Pero un gran porcentaje pregunta mucho sobre lo que ven y eso que yo no callo. Vienen turistas de cualquier punto del mundo, están muy preparados en diversas materias. Algunos llegan con una lista de cosas ya preparada. Me quedo asombrado de lo meticulosos que son.
– ¿De la Montaña Palentina con qué se queda?
– Con su gran riqueza en naturaleza en general, con esos pequeños rincones que hemos heredado y que entre todos debemos preservar para las futuras generaciones. Somos el reservorio en biodiversidad del oeste de Europa.
– ¿Le gustaría cambiar el Curavacas por Dolomitas para trabajar?
– Me quedo con el Curavacas. No hay color, ya quisieran los Dolomitas tener esta montaña. Tan especial por su geología, su fauna, su flora, el Valle de Pineda. Las cosas únicas no se cambian ni se venden.
– ¿La Montaña Palentina es más desconocida para los que viven a escasos kilómetros que para los extranjeros?
– Así es. Vienen botánicos, por ejemplo, de Australia a ver la Primula pedemontana, que es una planta única de la Montaña Palentina, y la gran mayoría de los habitantes de esta comarca desconocen qué es y cómo es... ¡Y está aquí desde hace 30.000 años!
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