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efe
Jueves, 4 de junio 2015, 16:05
El ataque de un oso que sufrió este miércoles un joven de 35 años en la comarca cántabra de Campoo, es el quinto que se produce en la Cordillera Cantábrica en 25 años, todos con características similares, tras un encuentro casual entre un ser humano y un oso que "solo va a defenderse".
Eduardo V. D., vecino de Reinosa, es el primer hombre en Cantabria que "se encuentra" con un oso mientras caminaba por el Alto de El Bardal, y el animal al verle le atacó y le dio un par de zarpazos que le han producido heridas graves en un brazo, de las que está curándose en el Hospital de Valdecilla.
Según ha informado a Efe la familia de este joven, Eduardo no vio llegar al oso, ni le avistó antes, si no que estaba sacando unas fotografías a otros animales y cuando se dio cuenta, lo tenía al lado.
Este tipo de "encuentros" siempre son "fortuitos" y "rara vez ocurren" y, en todas las ocasiones, "son cargas muy rápidas" del animal hacia el ser humano para "quitarle de su camino", ha explicado el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero.
De hecho, Palomero asegura que en los cinco ataques que se han producido en la Cordillera Cantábrica en 25 años, en todos los casos las víctimas han sufrido solo heridas, "graves, pero están vivos", ha afirmado.
Porque el presidente de la Fundación Oso Pardo ha explicado que los osos "no se ceban" y que, incluso, si perciben la presencia humana, evitan encontrarse con los hombres, aunque si se ven amenazados y hay "una fuerte proximidad", reaccionan "con miedo y agresividad" para "zafarse" de su presencia.
Una osa con dos crías en El Bardal
La zona en la que se ha producido el ataque, a dos kilómetros de la localidad de Villaescusa (Campoo de Enmedio), en el monte conocido como El Bardal, es un espacio donde hay animales salvajes y, "por supuesto osos", ya que el año pasado se avistó en ese mismo lugar una osa con dos crías.
Por el momento, se desconoce si el oso que ha atacado a este hombre es macho o hembra y, en este caso, si iba o no con crías, algo que va a intentar esclarecer la Dirección General de Montes, que trabaja ya sobre el terreno, con guardas forestales de Castilla y León para saber qué oso de los que hay controlados en la Cordillera Cantábrica, es el que ayer atacó a Eduardo V. D.
Los últimos datos facilitados por los organismos encargados del control de la especie en la Cordillera Cantábrica apuntan a que hay unos 200 ejemplares en este espacio, de los que 30 son hembras con 57 oseznos.
Y en 25 años, en esta zona, solo se han producido cinco ataques, tres en la Montaña Palentina, uno en Riaño (León) y otro, ayer, y el primero en Cantabria.
Guillermo Palomero ha explicado que ahora se recogerán muestras del animal en la zona donde se ha producido el ataque, donde considera que posiblemente haya excrementos del oso, para saber cuáles son sus características.
En eso trabajan los guardas forestales de Cantabria y Castilla y León, que buscarán en la zona esos indicios que lleven a localizar al oso por ese espacio, que Palomero ha insistido en que es una "zona salvaje con animales salvajes", aunque también se utilice de "espacio de paseo" para el ser humano.
Y, de hecho, Palomero ha animado a la gente a seguir disfrutando de la naturaleza y de sus animales, aunque con la precaución siempre necesaria, porque ha reiterado que casos como el ataque de ayer son "rarísimos, escasísimos y muy esporádicos".
Eduardo V. D., el joven que ayer se encontró con el oso, está ingresado en el Hospital de Valdecilla tras ser operado del brazo derecho, donde tiene las heridas más importantes.
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