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El rector César Nombela afronta un curso en el que apuesta por la creatividad universitaria.
«La UIMP es la universidad total, nada de lo que interesa a la sociedad le debe ser ajeno»

«La UIMP es la universidad total, nada de lo que interesa a la sociedad le debe ser ajeno»

Considera que la esencia de la institución radica en «contribuir a identificar» el camino de avances sociales

Guillermo Balbona

Miércoles, 2 de julio 2014, 11:30

La ecuación ciencia, educación y cultura conlleva retos casi imposibles. El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, César Nombela, persigue equilibrios tanto en los contenidos como en los debates surgidos de una institución académica que, a su juicio, simboliza la «universidad total». A juicio del expresidente del CSIC, el mayor desafío de la UIMP pasa por «contribuir a identificar ese camino de avances para la sociedad». Tras un 2013 en el que tomó las riendas con escaso margen de decisión y actuación, el mandatario académico afronta un curso clave a la hora de imprimir un sello particular a una institución con más de ochenta años de historia. Si la UIMP tuvo un papel fundamental en la Transición, ahora busca un papel renovado a la hora de repensar un presente convulso. Pese a la austeridad los patrocinios sustentan buena parte de la financiación y el pulso entre el esfuerzo presupuestario y la ambición del programa es constante. Nombela tiene una prioridad: la UIMP «debe seguir contribuyendo a forjar una parte importante del liderazgo científico, cultural, humanístico y profesional de nuestro país».

Pessoa escribió: «El único misterio del universo es que exista un misterio del universo». ¿Qué le sugiere esta sentencia a alguien que ama tanto la bioética como la poesía?

El misterio no es solo lo oculto e inabarcable, más bien es algo en lo que bucear. Indagar en el misterio es propio de la condición humana, descubrir la dignidad de todos y nuestras obligaciones con la naturaleza es fundamentar la bioética.

¿La vida se le revela tanto en los libros que elige como en muchas personas que ha conocido?

La verdad que puedo encontrar en cada libro es la que está soportada por un ser humano. Uno de tantos «hombres y mujeres que andan por la tierra» (creo que la expresión es de Homero). Mi recorrido vital está plagado de encuentros con quienes tienen algo que decir, aunque no les haya conocido personalmente.

¿Qué ha aprendido tras un año ejerciendo de rector?

Lo artesanal de la tarea universitaria, pues en cada iniciativa, propuesta o proyecto te la juegas, si te importa el valor académico de lo que haces.

Para alguien que ha vivido la universidad en todos sus estadios y formas, ¿cómo define, tras conocerla desde dentro, una institución tan singular como la UIMP?

La UIMP es la universidad total, nada de lo que tiene valor académico e interesa a la sociedad le debe ser ajeno, sea ciencias, humanidades, tecnología, cultura.

El año pasado fue de toma de contacto tras desembarcar entre urgencias, cambios y en una situación de crisis. ¿Qué radiografía hace del nuevo curso?

El esfuerzo que hay que hacer para crecer y avanzar en una institución que tanto depende de patrocinios. También que nuestro escaso personal merece un gran reconocimiento.

Otros rectores dejaron una huella, una forma de estar y ser UIMP. ¿Cuál es la seña de identidad que busca tatuar en la ecuación Nombela-UIMP?

Prefiero dejar a otros la identificación futura de esta etapa. Me aplico a profundizar en lo mejor del ser universitario de la UIMP.

Ha buscado con su equipo un modelo de UIMP renovado, adaptado a las circunstancias que vive inmersa la universidad o un modelo de futuro pese a la austeridad?

La austeridad es obligada, la creatividad universitaria es la que nos debe llevar a innovar, desde las mejores raíces de una institución con más de ochenta años. Obligado es emprender nuevos proyectos dentro de ese esquema.

¿Ve La Magdalena como un gran laboratorio de ideas para repensar y reinventar la sociedad?

Contribuir a identificar ese camino de avances para la sociedad es el desafío para la UIMP. El acierto no está garantizado pero hemos de aceptar los riesgos.

En una universidad viva y abierta al debate, ¿consideraría factible y lógico un debate por ejemplo, entre un pensador de vanguardia de ideas conservadoras y el líder de Podemos?

Solo si quienes debatan, sean del signo que sean, tienen nivel y altura académica.

Joan Massagué es el nombre propio de la cita inaugural 2014. ¿Apuesta para que el encuentro cada vez más intenso y cercano, equilibrado, entre humanismo y ciencia sea el objetivo esencial de la UIMP?

El encuentro que usted apunta está en la entraña de la UIMP. El conferenciante de este año aporta investigación de vanguardia para ese encuentro. Y la UIMP tuvo el olfato para investirlo doctor honoris causa ya en 1994.

¿Dónde reside, a su juicio, la fuerza de España a la hora de proyectarse como referente internacional?

Aunque parezca grandilocuente, somos una de las naciones más antiguas de las que, con luces y sombras, ha hecho grandes aportaciones a la Humanidad. Sin olvidar las raíces, podemos seguir proyectando valor en el mundo, pero nos lo tenemos que creer..

¿Cuál es la marca UIMP?

Universidad abierta, que ha contribuido a forjar una parte importante del liderazgo científico, cultural, humanístico, profesional de nuestro país. Y que lo quiere seguir haciendo.

¿El campus de las Llamas sigue siendo la asignatura pendiente?

Un campus con esas posibilidades sigue siendo un reto para todo el año. En ello estamos, en afrontarlo.

Imagine convocar un debate sobre monarquía y república a cielo abierto en la península de La Magdalena. ¿Le parece peligroso o sería un caramelo mediático?

Nuestra monarquía constitucional es ahora la garantía y soporte de nuestras libertades, no debe haber peligro en ejercerlas. En cuanto a la UIMP, de nuevo la altura y competencia académicas son la condición.

¿Ha vuelto a padecer la UIMP recortes por la crisis?

Como todos los organismos públicos, la UIMP ha tenido que someterse a las exigencias de un gasto eficiente y austero. Nuestra gestión se basa en esas exigencias, ya con resultados concretos de los que damos cuenta y razón.

La entrega de la Medalla de Honor al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, fue tan mediática como polémica. ¿No debería fijar más la mirada la universidad en aquellos que abren vías para un mundo más justo?

En el diploma que entregamos al presidente Barroso, por la concesión de la medalla, se enfatiza que su gestión condujo a la creación del Instituto Europeo de Innovación, una iniciativa que ya da resultados tangibles en bien de la competitividad tecnológica de Europa. Por ello, ha sido definido por expertos como un político emprendedor. Seguiremos reconociendo a otros que lo merezcan por cualquier razón, por supuesto a quienes contribuyen al avance de la Humanidad.

Un deseo para este curso más allá de la rentabilidad y las cifras...

Que la satisfacción que ya me han transmitido muchos de los que han pasado por nuestros cursos en los primeros días, alcance al máximo de los participantes de este año.

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