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La resonancia magnética de Liencres deja de funcionar mañana

La resonancia magnética de Liencres deja de funcionar mañana

Los pacientes citados allí serán atendidos en el nuevo equipo instalado en el Hospital Valdecilla a partir del 28 de marzo

Ana Rosa García

Martes, 22 de marzo 2016, 07:11

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A la resonancia magnética del hospital de Liencres, que fue pionera en Cantabria, le llega la "merecida jubilación". Mañana, miércoles, dejará de funcionar después de prolongar su vida útil durante 24 años. A partir del lunes 28, los pacientes que estaban citados en este equipo serán derivados a la nueva resonancia magnética instalada en el Servicio de Radiodiagnóstico de Valdecilla, en el área ampliada en las Tres Torres (se accede a ella desde la planta -3 del edificio 2 de Noviembre). "Se les avisará por teléfono de que tienen que acudir a Valdecilla en lugar de a Liencres, pero no implicará cambios en las fechas previstas para las exploraciones", apunta el jefe de servicio, Gerardo López Rasines.

Este equipo, hoy en día "casi pieza de museo", "ha cumplido de sobra", destaca Ana Canga, la radióloga responsable de su puesta en marcha en junio de 1993, aunque la máquina se instaló en 1992. Hace más de cinco años que se decidió su sustitución, porque se había quedado obsoleta. De hecho, "su configuración hace que ya no se pueda ni actualizar la última data de 1998; hay determinadas exploraciones para las que ya no sirve (en la última etapa se ha dedicado casi exclusivamente a pruebas de músculo esquelético), se estropea con frecuencia y su mantenimiento es carísimo en comparación con las máquinas modernas", apunta. Sin embargo, su renovación se ha hecho esperar tanto como el fin de la construcción del nuevo Valdecilla. "Ya no se puede estirar más", añade.

Estreno polémico

Canga recuerda que esta resonancia, de 55 centímetros de diámetro y dos metros de largo, fue "pionera y tecnológicamente estaba muy bien dotada en aquellos tiempos", aunque sus comienzos no estuvieron exentos de polémica. Por aquel entonces, Liencres se había convertido en el epicentro de la batalla política entre el Insalud, dependiente del Ministerio de Sanidad, y el Gobierno cántabro aún no estaban transferidas las competencias sanitarias. La Diputación Regional, con Juan Hormaechea como presidente, decidió que se instalara en Liencres, "pese a que aquel hospital no tenía ni un paciente, y Valdecilla carecía de ese servicio", recuerda la médico. Una "cabezonería" que generó "el lógico rechazo de los profesionales, que coincidíamos en que no tenía ningún sentido que se llevara allí". Durante ocho años fue única en la sanidad pública, ya que "la resonancia magnética no llegó a Valdecilla hasta 2001, cuando fue donada por la Fundación Botín", apunta López Rasines. Pese a las "dificultades añadidas" de la situación política, Canga subraya que "todo el equipo de radiología se involucró mucho y conseguimos, contra viento y marea, que aquello funcionara". A raíz del convenio firmado en 1994 con el Insalud, Liencres asumió todas las pruebas de resonancia magnética procedentes de los hospitales públicos de Cantabria Valdecilla, Sierrallana y Laredo. "Llegó un momento en que no dábamos abasto. Se nos disparó la lista de espera por encima de los ocho meses", señala la radióloga.

Renovación tecnológica

Con los años el servicio creció. Valdecilla incorporó una segunda resonancia en 2006 al año siguiente Liencres se integró en el SCS. Pero "desde entonces tenemos el mismo número de equipos, mientras que las indicaciones de este tipo de prueba se han multiplicado", sostiene López Rasines. Por eso, deja claro que esta "renovación supondrá un aumento en la calidad de los estudios, pero no un incremento del número de estudios, ya que se sustituye una máquina, que ha funcionado a pleno rendimiento, por otra".

Esta demanda creciente ha llevado a que, a pesar de hacer 17.000 exploraciones al año, se produzca una subida incesante de la lista de espera, que "hoy día es decisiva en el manejo diagnóstico de un sinfín de patologías (cáncer de mama, cáncer de próstata, patología osteo-articular, ictus)". Como medida compensatoria, asegura el jefe de servicio, se han intentado contener las peticiones de esta prueba al máximo, sustituyéndola en algunos casos por el escáner (TAC) o restringiendo su solicitud a la atención especializada (imposibilitando que desde Primaria se pueda pedir).

Por todo ello, López Rasines defiende "la necesidad cada vez más urgente de actualizar el software de las máquinas existentes sobre todo, la de 2001, que podría pasar de realizar 6.000 estudios anuales a 8.000 y de dotar a Valdecilla de una resonancia magnética de imán abierto, que no existe en la sanidad pública cántabra y permitiría asumir a los pacientes que, por claustrofobia, son derivados a centros concertados".

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