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Marina Pardo, ayer, en un ensayo de la obra. :: DM
«Estar en la primera ópera cántabra es un proyecto al que no podía negarme»

«Estar en la primera ópera cántabra es un proyecto al que no podía negarme»

La mezzosoprano Marina Pardo afirma que 'Silencios y excusas', que el sábado se estrena en la sala Argenta, es una iniciativa ilusionante y «cercana al público»

Rosa Ruiz

Santander

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Miércoles, 21 de febrero 2018, 07:19

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Hasta hace unos meses Marina Pardo (Santander, 1970) no había oído hablar de Pedro A. Terán, pero cuando este le llamó a Madrid para proponerla participar en la ópera que había compuesto y que quería estrenar supo que no podía decir que no. La mezzosoprano, con una larga trayectoria nacional e internacional y con muchas representaciones a sus espaldas, vio en seguida que 'Silencios y excusas', era una iniciativa «interesante», la primera ópera con sello cántabro, en la «que tenía que meterse de cabeza». Desde entonces no cesaron las llamadas, las pruebas, los ensayos... Un largo e «ilusionante» proceso cuyo resultado se verán por fin este sábado en la sala Argenta del Palacio de Festivales.

La mezzo cántabra, licenciada en canto en el Conservatorio de Oviedo y que en 1994 fue seleccionada por Alfredo Kraus para perfeccionar sus estudios en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, será una de las cuatro cantantes que subirán al escenario. En la obra, una historia coral de amor y desamor, un triángulo protagonizado por dos amigos y una mujer, Marina Pardo representa a la madre de uno de ellos. «Mi personaje en realidad sólo sale en una escena, aunque tiene la misma cantidad de música que la soprano, aunque más concentrada. Según me contó el propio Pedro A. Terán se trata de su personaje favorito. Es la madre del protagonista, a la que le cuenta su conflicto personal y la que le aconseja. Tiene ese cariz de la moral y musicalmente yo lo he tomado con mucha ilusión».

Marina Pardo se involucró tanto en este estreno que ella mismo buscó el resto de los cantantes que le acompañarán en la obra: la soprano Lucía Tavira, el tenor Vicenc Esteve y el bajo Hugo Oliveira. Y todos, según explica, están viviendo el montaje con las mismas ganas e ilusión. «Es imposible vivirlo de otra forma porque Pedro nos contagia su propio entusiasmo. Hoy -por ayer- lo hablamos los cantantes. Se trata de un músico un tanto quijotesco. Un soñador con los pies muy en el suelo, con las cosas muy claras y al que no se le pone nada por delante y ha sido capaz de transmitirnos a todos esas ganas e ilusión por conseguir poner en escena esa obra en la que él lleva tanto tiempo trabajando», explica.

«La gente de Santander tiene ganas de volver a ver una ópera en casa»

El camino, según cuenta, no ha sido fácil. Sobre todo poder contar con casi un centenar de personas para que salga adelante. Pardo recuerda que la orquesta, formada por músicos de los tres conservatorios de la región, está trabajando prácticamente de forma desinteresada, e insiste en que el cariño que tanto el compositor como Antonio Ruiz del Olmo Alonso, encargado de la coordinación, gerencia y comunicación «nos ha arrastrado a todos irremediablemente».

Sobre la partitura compuesta por Pedro A. Terán, la mesozzoprano asegura que musicalmente puede recordar a la banda sonora de una película. «Hay muchos tipos de música contemporánea y está resulta bastante fácil de escuchar, no es de esas que parece que suenan a rayos y que abundan últimamente».

La historia, escrita por David Ayala Pérez «también es muy actual. Está protagonizada por un hombre completamente perdido tras una ruptura amorosa con una trama de amor como cualquiera de las que podríamos ver ahora en cualquier cine. Yo creo que se trata de una obra bien cercana al público que va a gustar mucho».

Marina Pardo, que reside en Madrid donde forma parte de un grupo, el Trío Spleen, con el que pronto sacará un disco, ensaya, casi al mismo tiempo que 'Silencios y excusas', la zarzuela de 'La verbena de la Paloma' en Oviedo que se estrenará el próximo día 9 en el Teatro Campoamor dentro de la Temporada Lírica. Espera que la ópera cántabra sirva de revulsivo para volver a ver este tipo de montajes en la región. «Las entradas están prácticamente vendidas y esa es la principal prueba de que la gente de Santander tiene ganas de volver a ver una ópera en casa. El público cántabro es muy aficionado a la música y a la ópera. Yo he tenido la suerte de cantar aquí cuando se hacía ópera. Había más o menos tres títulos al año y la gente lo echa de menos».

¿Y por qué no hay que perderse el estreno del sábado? «Pues dicho de forma coloquial para que vea lo que se está cocinando ahora mismo en el mundo de la música. Es importante saber lo que se está creando en cada momento. Se hace música, buena y esta además está hecha por un cántabro».

En lo personal está encantada de volver a la sala Argenta de la que tan «buenos recuerdos» conserva. «Nunca olvidaré la primera ópera que canté aquí. Fue una 'Carmen' en la que hacía el rol de Mercedes y el director de escena era el ya fallecido Luis Iturri, uno de los más grandes. También canté en un 'Rigoletto' con otro de los mejores 'Guti'. Así que para mí actuar aquí el sábado es como jugar en casa y con el campo lleno. Además nos tratan siempre tan bien...»

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