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El Racing vuelve con un punto de Vigo.
Un apaño a tiempo
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Un apaño a tiempo

El Racing empata ante el Celta B tras sufriren la primera parte y domina en inferioridad

Sergio Herrero

Domingo, 28 de agosto 2016, 11:20

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Barreiro no es campo para el Racing. Ha quedado claro. Ojalá no tenga que volver más, porque eso significará que el equipo cántabro ha vuelto a la Segunda División. Balaídos en la aún lejana Primera es mucha mejor plaza para torear. Un sacerdote pasó por delante de la puerta del estadio antes del encuentro. Horario de misa. «Le hemos traído para ayudar», bromeó un empleado del club gallego. No hizo falta. El Celta B le puso las cosas muy crudas al Racing en muchos momentos del partido. Pudo darle hasta la extremaunción. Los cántabros también hicieron aguas en ocasiones, especialmente en la primera parte. Por suerte, la reacción verdiblanca llegó a tiempo. Los cántabros igualaron la contienda e, incluso en inferioridad, supieron sobreponerse a los apuros y salieron vivos de Vigo. Empate a uno. Cuatro puntos en dos partidos. Muchas cosas a mejorar, pero todo suma.

Sacar a un canterano al césped tiene un peligro. Si se agarra al puesto, el entrenador tiene ese manido bendito problema. Sergio Ruiz ha degustado la sensación de entrar entre los elegidos y ante el Palencia demostró que no tiene pensado soltarlo. Ayer, mientras pudo, también. Así pues, a Ángel Viadero no le quedó más remedio que mantenerlo en el once con total merecimiento, aunque en el segundo tiempo fue el primer cambio. Los galones pesan. Con la entrada de Samuel Llorca en el centro de la defensa, el daño colateral lo sufrió Mikel Santamaría, quien tuvo que arrancar el partido desde el banquillo porque Borja Granero ya es un central más de la plantilla para el míster, aunque en Vigo fue un pez fuera del agua. Lo demás del once, lo esperado. Gándara sustituyó al sancionado Córcoles en el lateral derecho y el resto el equipo fue el mismo que el de la primera jornada.

El partido fue como una melé de rugby. Cabeza contra cabeza y empuje a muerte. Mucha intensidad de inicio por ambos bandos. El Racing avanzó metros en el arranque de las hostilidades, pero el Celta B talonó mejor y terminó arrollando al equipo cántabro en el tramo final de la primera parte.

Los de Viadero tuvieron una opción muy clara por medio de César Díaz en el primer minuto. Un centro de Héber lo bajó el albaceteño con un buen control, se dio la media vuelta y su remate, cruzado, se marchó rozando el palo. Pero al Racing le pasó como al criticado balón Errejota otra pelota rota en el transcurso del partido de ayer. Se fue desinflando poco a poco ante el empuje de un Celta B con mucha dinamita en las zonas ofensivas. Las ocasiones fueron para los gallegos, hasta que Sergio Ruiz armó la pierna. El canterano se perfiló en la frontal del área, encontró el hueco y lanzó un duro disparo que Néstor Díaz desvió con una gran estirada. El poste escupió la pelota hacia fuera.

El susto no mermó la tendencia al alza del filial celeste, que siguió creando muchos problemas a base de velocidad y juego entre líneas a los centrales racinguistas. Mientras tanto, Ángel Viadero ordenó la retirada de Óscar para dar entrada a Coulibaly. Apenas habían pasado 33 minutos. Un duro mensaje para el de Piélagos, con el claro contenido de que el entrenador no está contento con su rendimiento.

Cuando Óscar aún torcía el gesto por su prematura sustitución, el Celta B sacó partido del desconcierto visitante. Un centro desde la banda derecha lo remató Borja Iglesias, sin oposición en el primer palo, al fondo de las mallas. Otra vez el eterno verdugo verdiblanco. Tres veces ya. Los racinguistas pidieron falta sobre Borja Granero. Dio igual, el tanto ya había subido al marcador y, visto lo visto, hacía justicia parcial.

El equipo cántabro tuvo bastante con aguantar el chaparrón previo al descanso. Lo mejor que le pudo pasar a Viadero para tratar de poner algún freno a la sangría que el equipo estaba sufriendo en posiciones defensivas. Porque el Celta B estaba desvistiendo al Racing, como cuando Sergio Ruiz disputó más de un minuto de encuentro sin una de sus botas. Una anécdota que explicó, gráficamente, lo que estaba pasando sobre el césped.

La tímida reacción del Racing tras la reanudación se vio cercenada de forma abrupta por la dura percusión del conjunto olívico en los contraataques. El filial celeste pudo matar el partido de forma definitiva. Juan se quedó solo delante de Crespo después de una buena jugada colectiva de su equipo y una caótica disposición de los verdiblancos. Inexplicablemente, envió su remate fuera, con el meta cántabro resignado a su fusilamiento.

En la siguiente jugada, el equipo del exracinguista Alejandro Menéndez utilizó la misma receta. En otra contra, el central Diego Alende mandó el balón por encima del larguero desde una posición inmejorable.

Los problemas de la pareja de centrales estaban personificados especialmente en un Borja Granero totalmente fuera de sitio. Para arreglarlo, Viadero decidió retirar al joven Sergio Ruiz, que no estaba siendo de los más desafortunado del equipo racinguista, y reubicó al valenciano en el doble pivote. Casualidad o no, poco después el Racing iba a igualar la contienda.

Dos de dos para Aquino. Y qué golazo. El murciano pinchó la pelota dentro del área, se dio la vuelta para dejar a su marcador con el molde y su duro remate cruzado logró batir a Néstor Díaz. Pero al Racing, históricamente, le gusta complicarse la vida. Los cántabros apretaban con fuerza y el Celta B, ahora sí, empezaba sentir debilidad. Sin embargo, a Peña, visiblemente incómodo y demasiado metido en guerras en un partido en el que no estaba demasiado afortunado, le pusieron el capote y entró al trapo. El centrocampista vasco se encaró con un futbolista local, este tiró de picardía, y Peña vio la segunda cartulina amarilla, dejando en inferioridad a su equipo.

El Racing hizo buena la gastada teoría de Helenio Herrera y con uno menos fue mejor ue su contrincante. La entrada del debutante Javi Cobo en la medular para reajustar el centro del campo fue clave en la supervivencia racinguista. El equipo cántabro tuvo hasta ocasiones para haber deshecho un empate que, a la postre, resultaría justo.

La mejor opción verdiblanca llegó otra vez por medio de un Aquino que ayer fue el mejor jugador del Racing. El delantero y, ahora mismo máximo y único goleador racinguista, se inventó un acrobático remate de chilena dentro del área que Néstor Díaz desbarató con una buena intervención. El empate no se iba a mover del marcador pese a un lanzamiento de falta pegado a la escuadra de Brais que cerró el partido. Un punto. Ojalá Barreiro no se vuelva a cruzar en el camino del Racing.

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