Conjurados para todos los escenarios
Con la derrota en Guijuelo el Racing vuelve al discurso de que "somos los más fuertes a tres eliminatorias"
Sergio Herrero
Martes, 2 de mayo 2017, 07:23
Emil Zatopek fue un campeón olímpico de maratón (5.000 y 10.000 metros en Helsinky 1952) y que pasó a la historia por su métodos de entrenamiento. El atleta se preparaba en las peores condiciones y rodeado de grandes dificultades tales como correr con botas militares. Su pensamiento defendía que si psicológicamente el cuerpo se preparaba para lo peor, cuando las cosas no iban tan mal, rendiría muy por encima de las posibilidades. El día que se calzaba unas zapatillas ligeras, literalmente volaba.
Permítase la licencia: Ángel Viadero y su cuerpo técnico han repetido durante toda la temporada una frase que tras la derrota en Guijuelo se hace necesaria. «Nosotros entrenamos para un play off con tres eliminatorias. No cambiaremos nada, pase lo que pase». Esta frase del entrenador del Racing se escuchó el domingo en el vestuario verdiblanco. Para el técnico, el escenario de ser campeón siempre fue un «premio» y como tal lo ha vendido en el vestuario. «Si quedamos primeros las cosas podrían ser más fáciles, pero nosotros estamos entrenando y haciéndonos cada vez mejores para otra cosa», añadió.
El racinguismo tiene memoria. La pasada temporada, el discurso de Pedro Munitis fue también muy similar, pero no caló tanto como el de su colega. Es probable que las debilidades e irregularidad que mostró el equipo dirigido por el del Barrio Pesquero no despertasen tanta confianza como el actual, o quizás es que Viadero se ha preocupado de demostrar que realmente la plantilla de hoy está tan convencida como él de que el equipo subirá como primero o como segundo de grupo.
«No veo a ningún equipo más fuerte que el Racing para ascender en tres eliminatorias», declaró hace una semana José María Lana, el segundo entrenador. Lo dijo nada más saber que el Racing era líder después de seis meses. Minutos después de recuperar la condición de primero de grupo, instantes después de volver a depender de sí mismos, el discurso del Racing fue el de «estar preparado para lo peor», añadió. A Viadero le ha costado más tener un grupo con todos los recursos necesarios para el ascenso -ha tenido que esperar al mercado de invierno-, que mentalizar a la plantilla de que el objetivo es ascender. No importa cómo.
El domingo en Guijuelo el entrenador estaba roto y su equipo «destrozado», pero insistió hasta en tres ocasiones en que «hemos hecho un trabajo serio todo el año y estamos preparados». No hay un futbolista que no repita el discurso que su entrenador les ha inculcado desde el primer día de trabajo. «Ya veremos si en dos o en seis, pero hay que pensar en hacer lo que tenemos que hacer», aseguró Carlos Álvarez. Unanimidad.
El final de Liga siempre es una partida de ajedrez. La pasada semana, Rubén de la Barrera, entrenador de la Cultural Leonesa, afirmaba con contundencia que «el primer puesto es cosa del Racing», en un claro ánimo de cargar de presión a los cántabros y liberarse. El Celta B parece que él solo se ha empachado de responsabilidad y está perdonando. Con las fuerzas tan justas y el potencial de las plantillas tan similar, la guerra psicológica cobra importancia. ¿Quién será el más fuerte?
Leoneses, cántabros y gallegos. El que mejor cabeza tenga saldrá airoso de este juego de tronos. La primera plaza es el asiento más codiciado, pero no asegura el ascenso. Así que habrá que recurrir a pingües beneficios a la hora de afrontar el play off. Es simple estadística. De los cuatro campeones, dos tienen una plaza asegurada la próxima temporada en Segunda División. Un cincuenta por ciento de posibilidades. De los catorce equipos restantes, subirán otros dos. Una auténtica lotería. Un lago con muchos pescadores y pocos peces al que el Racing se ha encaminado después de sucumbir frente a un equipo que hace apenas un mes estaba luchando por evitar el descenso.
Cuestión de personalidad
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Granero cambió el rumbo del partido en Guijelo. No hizo nada, tan solo estar. Ver correr a Aquino y desesperarse impone. Pedir calma una y otra vez a Samuel Llorca es otro de los gestos que se interiorizan. Ver enfadarse a Córcoles. Es el turno de los jugadores con más personalidad. Las vacas sagradas.
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El equipo se quedó cojo cuando Abdón Prats tuvo que abandonar el campo aquejado de unas molestias. La plantilla del Racing está compensada y tiene todo lo que se necesita para ascender, pero cada jugador tiene un rol y ahora, a dos partidos del final de Liga y tras un varapalo como el del pasado domingo, han de dar un paso adelante los veteranos.
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El Racing tiene a Córcoles, Samuel Llorca, Álvaro Peña, Granero, Jagoba Beobide, Santi Jara, Prats, Aquino y Carlos Álvarez que saben lo que es ascender de Segunda B a Segunda, algunos a Primera y todos ellos tienen experiencia en categorías superiores y finales de Liga apretados y frenéticos como éste. Nadie es nuevo. Además, sus dos porteros, Iván Crespo y Raúl Domínguez, conocen de primera mano lo que es jugar un play off a cara de perro y quedarse a las puertas del ascenso por la mínima. Crespo lo hizo con el Lleida y Raúl con el Sestao, precisamente con Viadero como entrenador-.
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En ese mismo equipo estaba Julen Castañeda. Córcoles con el Recreativo y Llorca con el Celta y el Valladolid están curados de espanto de presiones. Jagoba ocupó un papel protagonista en el Alavés que ascendió de Segunda B a Segunda y más tarde a Primera. Santi Jara perteneció a un Sporting de Gijón en la élite y qué decir de Aquino, con experiencia en un vestuario como el del Atlético de Madrid o Prats en el del Mirandés.
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La cara y la cruz la puede representar Granero, que logró el éxito con el Racing en 2014 y sufrió el desastre con la misma camiseta en 2016. Peña u Óscar también soportaron la responsabilidad en el play off de la pasada campaña. Carlos Álvarez logró el gol con el que ascendió el Leganés a Segunda. Más de media plantilla tiene experiencia en un escenario como el que se avecina. Ahora es cuando ese bagaje cuenta.
El primer puesto, que ahora mismo ocupa la Cultural Leonesa gracias a su ventaja en la diferencia de goles global -los de Rubén de la Barrera tienen 17 tantos a favor de renta sobre el Racing, una distancia insalvable con sólo dos partidos por disputarse-, tiene, además del premio del posible ascenso directo en solamente una eliminatoria, el comodín de la segunda oportunidad. Unas opciones que el equipo cántabro ya desperdició la pasada campaña tras proclamarse campeón del grupo I. Cayó con estrépito ante el Reus y después fue incapaz de superar al Cádiz. El campeón derrotado en la primera eliminatoria de la fase de ascenso cae a la repesca y puede enderezar su camino a tiempo.
Sin embargo, el Racing, actualmente segundo, no tendrá tanta suerte si finalmente no consigue dar la vuelta de nuevo a la tortilla. Si su suerte no cambia, tendrá que afrontar tres durísimas eliminatorias a vida o muerte. En la primera ronda, el equipo cántabro se enfrentaría al cuarto clasificado de otro grupo y contaría con la presunta ventaja del factor campo. Disputaría el choque de vuelta en los Campos de Sport de El Sardinero, ante su afición. Si el campeonato haría terminado el domingo y el sorteo se realizase a día de hoy, al Racing le tocaría en suerte el Real Murcia (grupo IV), el Badalona (grupo III) o el Leioa (grupo II).
De superar este primer envite, la tensión continuaría un mes más. Primero, con una segunda eliminatoria en la que se enfrentarían los seis supervivientes, más los dos campeones derrotados de inicio y repescados, con la única reserva de que no se pueden ver las caras aquellos equipos que han compartido grupo durante toda la temporada. Y, si la cosa va bien, los cuatro afortunados jugarían la final por las dos últimas plazas disponibles para lograr el ascenso a Segunda División. Es tan largo y complicado que da vértigo sólo de pensarlo.
Sin olvidar al Celta B, tercer clasificado en estos momentos, a dos puntos del Racing. Lógicamente, los de Ángel Viadero podrían incluso caer a la tercera plaza en favor del filial celeste. El camino sería prácticamente el mismo que en caso de obtener el segundo puesto, con la única diferencia de que entraría en el bombo con los otros terceros del resto de grupos y el factor campo lo decidirían, al azar, las propias bolas.
Dura derrota en Guijuelo
Por eso fue tan dura la derrota de Guijuelo. Para el vestuario cántabro y, sobre todo, para los cerca de 300 aficionados que se hicieron unas cuatro horas de carretera para acompañar a su equipo en una cita que se antojaba vital. Quizá fue un exceso de confianza o tal vez no se puede ganar siempre -el Racing acumulaba 14 encuentros sin perder-. El caso es que, tal y como expresó el propio Ángel Viadero al término del choque, la pifia verdiblanca fue una auténtica «faena». Un problema con una difícil solución.
«Hemos pasado página»
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«Si no es en dos será en seis partidos». Aseguró un Manuel Higuera que trataba de buscarle explicación a «un trago muy duro» junto a Ángel Viadero. Ambos responsables permanecieron durante unos minutos antes de subirse al autocar en Guijuelo charlando en la puerta del vestuario del campo salmantino. Su cara era un poema. Ninguno de los dos se esperaba tal desastre. «Sabíamos que era un partido difícil, pero no hemos sabido jugarlo», recordaba el técnico. El presidente, que viajó con Víctor Diego en su coche particular, reconoció la falta de eficacia en una jornada que condenó al Racing. «No ha podido ser. No hemos sido lo suficientemente buenos y no hemos leído el partido como debíamos para puntuar». Los responsables racinguistas se lamentaban porque ni tan siquiera el equipo fue capaz de aprovechar ese pequeño comodín que le distinguía de sus dos rivales; esa capacidad de poder empatar. Ni eso.
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Higuera se empeñó en buscar alguna explicación que no sonara a excusa. «La primera parte ha sido del Guijuelo claramente. El equipo no ha sabido adaptarse ni al viento, por un lado, ni al césped. Parece otro deporte cuando se juega ahí. Yo lo he hecho y es difícil, la pelota bota mucho, va por el aire y no sabes si anticiparte o dejarla botar. El resultado más justo hubiera sido un empate, pero no hemos sido capaces».
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Quizás lo único positivo que se llevó el mandatario de Guijuelo fue la actitud de los jugadores tras la derrota. El vestuario pasó de una primera fase de enfado y rabia a una de ensalzamiento y motivación. «He estado ahí dentro (vestuario) y me ha impresionado la actitud de los jugadores más importantes, especialmente los capitanes, gritando a sus compañeros que es la hora de levantarse y de pasar página. Hay que ponerse en pie y seguir», recordó el presidente, quien no quiso hablar aún de la fase de ascenso a Segunda División. Aunque ya haya pasado un año, el mes de mayo del año pasado sigue en la retina de los aficionados y del racinguismo. «El equipo está preparado para ello. Lleva entrenando para lo que viene y en eso hay que pensar», se limitó a comentar.
Porque el conjunto cántabro ya no depende de sí mismo. Ganar y esperar. Debe superar los dos compromisos que le quedan. El domingo, a las 18.00 horas, en casa, frente a una Mutilvera que sigue peleando por alejarse del descenso. En la actualidad, el equipo navarro ocupa la plaza de promoción a Tercera División, con un punto de ventaja sobre el abismo. Y el Racing cerrará la campaña el próximo día 14, a las 18.00 horas, en Estella, frente a un Izarra que ya no se juega nada pero con un campo, el de Merkatondoa, muy complicado para cualquier rival por su obsoleta superficie de hierba artificial y sus reducidas dimensiones.
Pero el racinguismo deberá mirar de reojo a otros campos. Por ejemplo, en los que juegue el actual líder. A la Cultural Leonesa le queda visitar (domingo, 12.00 horas) al Valladolid B. Un enemigo a priori complicado pero que el domingo perdió todas sus opciones de alcanzar el cuarto puesto que da acceso al play off. Además, como filial, tampoco tiene la ambición de clasificarse para la próxima edición de la Copa del Rey. El primer clasificado jugará la última cita en casa, frente a Osasuna B. El conjunto rojillo podría llegar salvado a esa fecha o estar jugándose aún el descenso.
Si el Racing gana los dos encuentros que le quedan, le importará más bien poco lo que haga el Celta B en sus dos últimos partidos. Pero habrá que estar atento, por si acaso. El equipo del exracinguista Alejandro Menéndez, en plena crisis con la goleada recibida contra el Boiro y el empate ante la descendida Arandina, tiene que verse las caras este fin de semana -domingo, 12.00 horas- con el Caudal de Mieres y culminará el campeonato donde el Racing pudo haberse hipotecado el ascenso: el campo del Guijuelo.