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Vista de la fábrica de Greyco.
Greyco apura su última posibilidad de supervivencia

Greyco apura su última posibilidad de supervivencia

La participación del Grupo Vela, que no está asegurada, parece la única posibilidad para que la factoría pueda volver a la actividad

Nacho Cavia

Martes, 17 de mayo 2016, 07:13

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Las horas de Fundiciones Greyco están contadas. Para bien o para mal el plazo para aportar el capital necesario para reabrir la planta de San Felices de Buelna terminaba ayer noche y Fucansa, la sociedad a la que se había otorgado esa posibilidad, no ha podido hacer frente a gastos millonarios como los exigidos por la Seguridad Social o la hipoteca que pende sobre las instalaciones fabriles. Y si Sodercán no lo remedia con una carta guardada en la manga, el final de la factoría de la recta de la Agüera es cuestión de horas. Todo parece depender ahora de que la participación del Grupo Vela como inversor necesario para que la continuidad de la actividad productiva pueda ser una realidad. Y ayer no lo era.

Para saber si realmente existe ese comodín el comité de empresa pidió ayer al responsable de Sodercán, Salvador Blanco, saber en qué situación se encuentran las negociaciones, qué se ha hecho, qué se está haciendo y, sobre todo, qué va a pasar ahora, saber si hay margen aún para intentar una apertura de las instalaciones y que lleguen, con el coche en marcha, futuras inversiones.

Hoy habrá una nueva reunión, tras la mantenida en la tarde de ayer, para intentar reconducir la complicada situación. El comité convocará una asamblea en cuanto tenga más respuestas. A los trabajadores se les amontonan las preguntas, por lo que el comité de empresa quiere recabar la información de última hora de Sodercán y los administradores para saber a qué atenerse y contestar las dudas de los trabajadores.

En muchas familias la situación es dramática, porque se han agotado todas las prestaciones, todas las ayudas, todos los plazos. Para muchos trabajadores de los 53 en plantilla, la edad en la que quedarían en la calle no da muchas opciones a nada, y para los más jóvenes la sensación es que se ha perdido mucho tiempo esperando una solución que los políticos, a todos los niveles, les han prometido durante los últimos 17 meses.

Paciencia y desánimo

Lo que no se les puede pedir es más paciencia de la que han demostrado en una crisis que comenzó en enero del año pasado, cuando denunciaron el impago de sueldos y la falta de inversiones de Frenos Iruña, anterior propietaria, en una factoría que se moría de inanición. Desde entonces han oído los cantos de sirena sobre Urdaneta, un empresario leonés y el Grupo Vela, todos con visita incluida a la factoría y todos con declaraciones inequívocas sobre su interés por Greyco. Pero, por unas cosas o por otras, nada ha fructificado hasta el momento.

También hay desánimo y malestar entre los técnicos cántabros que desde hace 20 meses llevan apostando, con documentación concreta y un estudio pormenorizado de opciones y posibilidades, por la apertura de la planta. Primero de la mano de Urdaneta Capital, después, rechazada la propuesta del grupo anglo-indio, por razones que ellos ni entienden ni comparten, de manera individualizada, apostando por la apertura de la planta a la espera de la llegada de nuevos inversores a los que aportarían su experiencia y su plan empresarial, además de la cartera de clientes que también sondearon.

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