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REDACCIÓN
Lunes, 20 de febrero 2006, 01:00
Modesto Piñeiro Ceballos, empresario y ex presidente de la Diputación Provincial de Santander, falleció ayer en la Clínica Mompía tras ochenta años de intensa vida dedicada a trabajar por su región, Cantabria. Perteneciente a una de las familias de referencia de esta tierra -su hijo Gonzalo es alcalde de Santander y su hijo Modesto preside la Cámara de Comercio-, el sepelió se realizó en la intimidad. En la tarde de hoy, lunes, se oficiará un funeral en su memoria en la parroquia de San Roque de El Sardinero a las 20,00 horas.
Piñeiro Ceballos había nacido en el 29 de diciembre de 1925 en Santander. Toda su vida estuvo ligada a la ciudad que le vio nacer, aunque en su juventud vivió en Escocia y cursó los estudios de Bachillerato en los Padres Jesuitas de Valladolid. Después fue profesor mercantil en la Escuela de Comercio de la capital cántabra.
Apasionado de la política, se convirtió en presidente de la Diputación Provincial de Santander desde 1973 hasta 1977, año en el que dimitiría. En la décima legislatura fue procurador en Cortes y en 1977-79, diputado al Congreso por Alianza Popular.
Piñeiro se distinguió, en todo momento y ocasión, por defender los grandes proyectos en materia de infraestructuras de la entonces provincia de Santander y fue testigo de importantes acontecimientos, tales como la entrega por parte del escritor José María de Pereda de La Casona de Tudanca y su biblioteca, uno de los tesoros del patrimonio cultural de la región.
Defensor de la cultura
Ferviente defensor de la necesidad de una buena formación, Piñeiro fue presidente de la Institución Cultural de Cantabria, vicepresidente del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de la Provincia y presidente del Centro Montañés de Investigación y Desarrollo, cargos coincidentes con el periodo de su mandato al frente de la Diputación Provincial de Santander. Más recientes fueron sus cargos de presidente del Patronato Montañés de Enseñanza y de vicepresidente del Patronato Fundación Obra San Martín.
Casado con Carmen García- Lago y padre de cinco hijos, fue, asimismo, un emprendedor tenaz, que ostentó cargos de representación empresarial como los de la presidencia de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación entre 1970-1976; la del Consorcio para el Depósito Franco del puerto de Santander y la del Sindicato Provincial de Combustibles de Santander. A su vez, se hizo cargo de la vicepresidencia del Colegio Oficial de Agentes Comerciales de Santander durante siete años (1977-1993) y la de la Caja de Ahorros (entre 1974 y 1977).
Además, fue socio gerente de la consignataria de buques heredada de su bisabuelo Modesto Piñeiro y Compañía, presidente de las agencias de viajes Britour y de Copco-Nueva Montaña, S. A..
Su interés por ayudar al prójimo, en especial a los más desprotegidos, le llevó a ostentar la representación de cónsul de los Países Bajos y de Gran Bretaña, y vicecónsul ad honorem de Grecia, cargos heredados de su abuelo Modesto Piñeiro Bezanilla. Por algo le nombraron miembro del Imperio Británico y oficial de la Orden de Orange Nassau.
Desde su labor como cónsul de Gran Bretaña, y después como presidente en España de Britanny Ferries, Piñeiro Ceballos se adelantó a su tiempo y luchó sin tregua para hacer realidad el proyecto de unir por mar Santander y Gran Bretaña. Aquello que hace lustros para muchos era sólo una aventura arriesgada, es ahora una línea de transporte de éxito, ya que el ferry es algo consustancial a Santander y, al mismo tiempo, una fuente de riqueza para la ciudad.
Apasionado de la pesca
Deportivamente, Modesto Piñeiro fue socio del RACE (Real Automóvil Club de España), socio de honor del Círculo Mercantil e Industrial de Santander y del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de la Ruta de los Foramontanos. Su pasión por la pesca le llevó a recorrer todos los ríos de la región y limítrofes, y todavía el año pasado, allá por el mes de mayo, pescó, acompañado de su hijo Gonzalo, un magnífico salmón de 7,500 kilos, en las aguas del río Cares.
Personalidad Montañesa del año 1976 por el Ateneo de Santander, son múltiples las ocasiones en las que su labor en todos los ámbitos fue reconocida. Así, estaba en posesión de la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación; de la Insignia de Oro del Colegio de Agentes Comerciales; la Medalla de Plata al Mérito Turístico; la de Oro de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, el Molino de Oro y el primer Premio Horeca.
Además, estaba en posesión la Encomienda de Cisneros y la encomienda de número de la Orden del Mérito Civil. EL DIARIO MONTAÑÉS premió su trayectoria otorgándole un reconocimiento en la ceremonia de su centenario.
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