Una ciudad para no manchar

Van vestidos de verde y se les puede distinguir estos días por la calle gracias al claro mensaje que llevan escrito en sus espaldas. 'O tiras papeles, chicles y otros residuos dentro de las papeleras o serás multado'. Una patrulla informativa formada por seis personas contratadas por el Ayuntamiento de Santander tiene un mes para cambiar el chip de los que tienen por costumbre tirar papeles al suelo, arrojar la colilla a la acera, no recoger los excrementos de sus mascotas, dejar las bolsas de basura fuera del contenedor o introducirlos pero 'a granel'. Y sobre todo, advertirles de que, o lo dejan de hacer o se llevarán a casa una multa de la Policía de entre 90 y 300 euros según el grado del comportamiento incívico que muestren. "Dentro de treinta días los controles policiales serán más intensos". Es el aviso que más cala de su mensaje.

El día del estreno fue el viernes pasado. La lluvia lo deslució un poco, porque había menos gente de la que esperaban. Pero entre los que abordaron, la idea de concienciar gustó. "Es muy necesario porque mucha gente deja la basura fuera de los contenedores. Muchos mandan a los críos y al final no van donde tienen que ir. Hace falta concienciar más al ciudadano porque cuesta menos hacer las cosas bien que mal", explica Rafael Ruiz mientras pasea por Juan de Herrera a la altura de unos contenedores con varias bolsas de basura fuera de su sitio.

Entre los negocios, la campaña también ha gustado. Javier Fernández, del bar 'El Rincón de Teo', en la Plaza Porticada, recibía muy gustosamente a las dos chicas que peinaban por la tarde las calles más 'sucias' de la ciudad. "Tenía que ser obligatorio y multar a los que manchan. Santander está muy sucia", lamenta mientras coloca en la puerta de su local el cartel informador de la campaña. 'O depositas la basura dentro del contenedor o serás multado', rezaba el póster. "La única manera que hay para que la gente aprenda es tocarle el bolsillo". Las palabras del hostelero se dirigían a los que "no reciclan o dejan las botellas fuera de los contenedores".

Ángel Benito, de Calzados Benito, no se opone a la campaña pero la considera innecesaria. «Somos lo suficientemente adultos para saber lo que está bien y lo que está mal». Tampoco le gusta que no se incida más en la cantidad de dueños de perros que no recogen las heces que sus mascotas dejan en la vía pública. "En esta ciudad, afortunadamente, hay muchos perros pero hay demasiado dueños que no recogen las heces de sus mascotas. Si los perros pudieran recogerlas, seguro que lo harían".

Una acción incívica, la de no recoger los excrementos, que, junto a las colillas que «inundan» las puertas de los bares, es lo peor que lleva Luis Prellezo cuando pasea por el centro de Santander. Y lo seguirá llevando mal, a juicio de sus palabras. «Pongo en duda que esta campaña funcione porque somos algo pasotas».

Pero para cambiar ese chip está la patrulla 'verde'. Nerea y Carmen, son dos de las informadoras que peinan estos días las calles. Se encargan de repartir 15.000 dípticos y colocar 2.000 carteles en comercios y locales de hostelería. Su labor se complementa con los 54 carteles que se han instalado en las marquesinas de las paradas de autobús y los cinco anuncios de publicidad que se han insertado en los propios buses del TUS. Un expositor móvil también se moverá por diferentes zonas de la ciudad para enseñar un vídeo sobre lo que se debe y no se debe hacer cuando "estamos hablando de mantener limpia la ciudad".

"La gente es muy receptiva con la campaña. Lo que más nos cuesta es lo de poner los carteles en los establecimientos porque casi nunca están los dueños y a los empleados les da cosa tomar esas decisiones", explica Carmen, una de las informadoras 'verdes' que recorre la ciudad en busca de ciudadanos amables que estén dispuestos a cambiar su mentalidad.

"No nos queda otra que advertirles de las multas porque estamos destinando mucho dinero a la limpieza en Santander", lamentan antes de ponerse a repartir folletos.

Y es que la capital destina 26 millones de euros cada año al cuidado, mantenimiento y limpieza de la ciudad y sus parques. Pero como se ha comprobado en campañas anteriores el dinero no es la solución. "Todos debemos ser conscientes de que con nuestros actos cotidianos, podemos favorecer o perjudicar a la ciudad". El mensaje del concejal de Medio Ambiente, Ignacio Quirós, más que una advertencia, es un aviso. Y es que cuando pasen 30 días, la Policía Local intensificará sus controles. Al que vea incumplir la ordenanza de limpieza viaria le multará sin piedad. Entre 90 y 300 euros es lo que cuesta tener un comportamiento incívico en la capital