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el Catastro ha iniciado ya la notificación de los nuevos valores catastrales a los propietarios de unos 5.700 parcelas
El 'catastrazo' afecta a 6.000 parcelas de Cueto, San Román y Monte

El 'catastrazo' afecta a 6.000 parcelas de Cueto, San Román y Monte

El cambio de clasificación de muchas fincas rústicas previsto en el PGOU se refleja ahora en un valor catastral que supone el pago de más impuestos

Álvaro Machín

Martes, 8 de marzo 2016, 17:02

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«Tiene a su disposición, en una sola notificación electrónica, el nuevo valor catastral de los inmuebles que se relacionan al dorso». Eso pone en la notificación que han empezado a recibir numerosos vecinos de la zona Norte de Santander. Cueto, Monte, San Román... Les dan una clave para consultar por internet o les invitan a pasar por las oficinas del Catastro. Para descubrir que una finca de 1.481 metros cuadrados con una valoración catastral que hasta ahora era de 320 euros pasa a ser de más de 2.400. Es el conocido catastrazo, la revisión que hace el Ministerio de Hacienda del valor de un bien y que sirve como referencia para gravar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). En Santander, además, el catastrazo viene ligado al nuevo Plan General de Ordenación Urbana que, a las parcelas rústicas, que no tenían valor, les da un valor al clasificarlas como urbanizables, otorgándolas así un aprovechamiento urbanístico que no existía anteriormente e incrementando, en consecuencia, su valor patrimonial. «Sus propietarios tiene la posibilidad de realizar un desarrollo que antes no podían», recordaron desde el Ayuntamiento.

Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, el Catastro ha iniciado ya la notificación de los nuevos valores catastrales a los propietarios de unos 5.700 parcelas. En 383 de ellas se produce una disminución del valor catastral en suelo urbanizable con ordenación detallada (pagarán menos IBI).

Otras 5.294 están localizadas en suelo urbanizable pero que se encuentra sin desarrollar. A estas parcelas, el Catastro les aplica el criterio establecido por una sentencia del año 2014, que determina que para que el suelo urbanizable sea considerado urbano a efectos catastrales, y pague IBI como tal, es necesario que se haya iniciado su desarrollo urbanístico. Por lo tanto, en aquellos casos en los que el suelo esté sin desarrollar, siguen tributando el IBI como suelo rústico, aunque se les habrá incrementado.

Sólo 30 parcelas pasan de rústica a urbana por tratarse de suelo urbanizable con ordenación detallada, es decir, que ya ha comenzado su desarrollo urbanístico. Aquí experimentarán una importante subida en el recibo del IBI.

El Ayuntamiento, a preguntas de este periódico, recordó ayer que la revisión catastral es una decisión adoptada por el Gobierno central y que en este año 2016, y con carácter general, se aplicará una rebaja del 15% en los valores catastrales del municipio, tras la solicitud cursada por el Ayuntamiento de Santander al Catastro.

Pero los vecinos afectados creen que es una «revalorización ficticia», que «no se puede cobrar como urbano un terreno que todavía no está urbanizado» y que, mientras «se hace algo o no se hace» en esas fincas, de momento ya «van a recaudar». Impuestos que, en algún caso, pueden suponer subidas de hasta un 800% respecto a lo anterior, aseguran. Hablan de cientos de afectados y también de confusión. «Gente muy mayor que no entiende muy bien esto».

Es complejo. El Plan, del año 2012, desarrolló los usos previstos para estos suelos. Por fases, por zonas... Ahí está el origen de la subida. «El problema es que esos planes se hicieron pensando en un crecimiento de población, algo que no se está produciendo. Así que vas a gravar con impuestos unos espacios que es posible que no se desarrollen nunca porque la ciudad no los necesite o que lo hagan en diez años o en cincuenta», explica Santiago Sierra, de la Asamblea en Defensa de la Senda Costera y una de las personas que ha recibido la carta. «Son prados. Huertas que, si se usan, son para ganado o para plantar cuatro lechugas. No les sacan rendimiento e incluso les supone unos gastos mantenerlos. Están conservando un espacio al que no sacas rendimiento y, encima, te van a penalizar».

En esa línea va la opinión de Federico Díaz. De 306 a casi 2.000 euros. Fue al Ayuntamiento, ya ha hecho cuentas y pagará unos 17 euros en impuestos. ¿Y no podría venderla ahora por mejor precio? «¿Tú crees que voy a vender una finca tan pequeña en la que planto cuatro tomates? Yo la tengo por el placer de hacerlo, porque por ese dinero no vendes ni un tiesto. Considero que es un plan de recaudación por el momento. Hasta que hagan o no hagan ya se van a embolsar un dinero. Y no son cuatro praos, juntos son muchos carros de tierra».

«Nos complica las cosas. Es una preocupacióm importante en estos tiempos de crisis. Vamos a tener que pagar más cobrando menos. Es un bien del que no sacamos ningún beneficio que permita obtener algo para pagar un impuesto», explica Arturo Lastra, que ofrece incluso su terreno al que quiera aprovecharlo para ganadería o agricultura porque él ahora no dispone de los medios para hacerlo. «Yo lo tengo por he

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