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La entrada al aparcamiento más amplio cuenta ahora con una barrera y un arco. : María Gil Lastra
El Palacio de Festivales restringe el uso de sus dos aparcamientos

El Palacio de Festivales restringe el uso de sus dos aparcamientos

Cierra para funcionamiento interno el de la parte superior y coloca barreras en el más amplio, que sí abrirá para utilización pública salvo en caso de espectáculos de gran afluencia

Álvaro Machín

Santander

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Jueves, 15 de marzo 2018, 17:14

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En el de abajo, el más grande, han puesto una barrera y un arco en cada acceso. En el de arriba, cadenas y un cartel que dice que, para salir, hay que dirigirse al servicio de seguridad. Así están esta semana los dos aparcamientos del Palacio de Festivales, en Gamazo. Cerrados. Uno -el pequeño- se quedará ya así de forma permanente. Reservado para el personal que trabaja en el edificio o las labores de carga y descarga. El otro -el amplio- volverá a abrir para que cualquiera pueda aparcar a partir del lunes, aunque con algunas restricciones. La barrera estará levantada salvo cuando esté prevista alguna actuación destacada. Con mucha afluencia. Sin ir más lejos, el musical Dirty Dancing, con funciones desde este jueves hasta el domingo. A los que suelen aparcar allí, el cierre de esta semana les ha sentado como un tiro. Tanto que un vehículo se llevó la barrera por delante el pasado fin de semana. Sin contemplaciones. «La gente se piensa que es un aparcamiento público, pero no lo es. Es del Palacio. Y nos genera muchos problemas», dicen desde la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte.

«El uso de este espacio está subordinado a las necesidades organizativas de la Sociedad, en cuyo caso se procederá a su cierre, no estando permitido el aparcamiento», pone en el cartel que han colocado. Es un texto largo y algo farragoso que destaca que «en aquellos momentos en que su uso no sea preciso se permite el aparcamiento dentro de las plazas señaladas por periodos inferiores a 24 horas». Pone todo eso y también que no permitirán caravanas y vehículos de masa superior a 3.500 kilos (de ahí los arcos) y que no van a permitir ningún otro uso diferente a simple aparcamiento.

«El aparcamiento causa muchos problemas. No se respeta la señalización, las líneas amarillas... Hay unas arquetas que tienen que revisar los del agua de vez en cuando y cuando vienen no pueden hacerlo porque hay coches mal aparcados. Ha habido hasta golpes. Y el Ayuntamiento no se hace cargo, no viene la grúa al no ser un aparcamiento público. Así que hemos tenido que pagar en ocasiones una grúa privada para retirar los vehículos y que los camiones pudieran descargar, por ejemplo», asegura Ángel López, responsable de la Sociedad que gestiona el Palacio.

«La gente se piensa que es público, pero no lo es. Es del Palacio. Y nos genera muchos problemas» «No viene la grúa, no se hace cargo, y hemos tenido que pagar a veces una grúa privada»

Ángel López Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte

Entiende, como ciudadano, el uso que muchos santanderinos dan a las plazas para «el ir y venir», para hacer recados por el centro. Pero denuncia que hay coches que pasan allí semanas enteras. Que ya tuvieron que desalojarlo para unas actividades de un congreso hace meses y que algunos coches que trasladaron por sus medios siguen en el mismo sitio que les pusieron. Sin ir más lejos, ahora, con el recinto cerrado desde hace días, 37 vehículos permanecían allí el martes. Sin que los movieran.

Les queda decidir cómo controlarán el acceso cuando esté restringido. «Queremos poder ofrecer al que tiene un abono o una entrada esa posibilidad. Puede ser poniendo a alguien o abriendo una hora antes de la función...». Pero cuando ocurra tendrán que cerrar desde un par de días antes «porque viendo que hay gente que le deja durante días, se nos llena». ¿Y qué previsión hay de cierre? Pues más allá de esta semana, primero por las obras para colocar las barreras y ya prolongado hasta el fin de las funciones de Dirty Dancing, la dirección del Palacio tiene algunas citas en el horizonte. Las semanas de los conciertos de Manolo García, Pastora Soler, Sergio Dalma o Rulo, por ejemplo. El resto, abierto. Algo que no ocurrirá con el de arriba, con unas 55 plazas. Ese ya no volverá a estar abierto al público en general. Lleva cerrado «un par de semanas» y así seguirá, «para uso interno de los trabajadores del Palacio, el personal y las labores de carga y descarga».

Reacciones

La imagen de las barreras y las cadenas no ha sentado nada bien entre los conductores. «Luego dicen que falta gente en las ciudades, la echan», decía este martes una mujer. «No pueden quitarlo, es el parking del centro», comentaba un vecino. Desde el Palacio cuentan que a los vigilantes de seguridad y a los operarios que han ejecutado la obra les han increpado estos días.

El cierre ha coincidido además con la obra de los diques de Los Peligros, que ha supuesto ocupar también un 'buen trozo' del Promontorio de San Martín y cerrar la carretera paralela al mar. O sea, eliminar plazas. La consecuencia es que el aparcamiento se ha trasladado a Reina Victoria, sin un hueco libre entre San Martín y la curva de La Magdalena. «Estoy viendo las dos caras -dice López-. El cabreo de la gente de la calle que entiendo porque creen que es público y el agradecimiento de los abonados del Palacio, que reclamaban esto desde hace años».

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