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Imagen de archivo de la plaza de Cañadío, tras una noche de botellón. María
Santander traslada al Defensor del Pueblo las medidas que ha tomado para evitar el botellón en Cañadío

Santander traslada al Defensor del Pueblo las medidas que ha tomado para evitar el botellón en Cañadío

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El Ayuntamiento ha tardado más de un año en dar una respuesta a esta institución, a la que había pedido amparo la asociación Pombo, Cañadío y Ensanche

DM .

Santander

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Martes, 10 de abril 2018, 07:26

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El Ayuntamiento de Santander ha trasladado al Defensor del Pueblo que ha tomado medidas de refuerzo de la vigilancia y el control policial por el ruido y el consumo de alcohol en Cañadío después de que la institución lamentara que no se había enviado contestación a la queja de la asociación Pombo, Cañadío y Ensanche.

En un escrito con fecha de mediados de marzo, que se ha recibido recientemente, el Defensor del Pueblo señalaba que el Consistorio «persiste en su actitud de no enviar la contestación pedida» sobre la denuncia de la asociación de vecinos, si bien el Ayuntamiento ha asegurado que contestó el pasado 2 de abril, dando datos de las medidas adoptadas. En ese escrito que el Defensor del Pueblo remitió a la asociación de vecinos se manifestaba además que, como el Ayuntamiento no había contestado a sus demandas, se había visto obligado «a recordar una vez más al citado organismo su deber de colaborar para el rápido esclarecimiento de la situación que se plantea en su queja». De este modo, la institución respondía a la última queja presentada por la asociación de vecinos sobre este asunto, hace aproximadamente un año.

Fuentes del Ayuntamiento han explicado, al ser preguntadas por este asunto, que el pasado 2 de abril se respondió al Defensor del Pueblo y en esa respuesta se detallaron las actuaciones que ha adoptado el Consistorio para reforzar la vigilancia y control policial y «evitar las molestias por el consumo de alcohol y el ruido».

Además, en su respuesta al Defensor del Pueblo, el Ayuntamiento ha reiterado su voluntad de mantener esas acciones de orden público de acuerdo con las sugerencias realizadas al respecto por la institución.

El Ayuntamiento ha precisado que las denuncias por consumo de alcohol en vía pública en todo Santander se han duplicado, ya que se ha pasado de 1.028 registradas en 2016 a 2.062 en 2017. En la zona de Cañadío y las calles anexas las denuncias se han triplicado, al pasar de 92 en 2016 a 259 en 2017.

En su escrito al Defensor del Pueblo, el Ayuntamiento ha añadido que, a su juicio, las medidas a largo plazo pasan por incidir en las acciones de orden público, como sancionar el consumo de alcohol en vía pública, el control de terrazas, o incrementar los controles policiales, y también por otras más enfocadas a la concienciación, como pueden ser la medidas preventivas y educativas, que implican a más administraciones.

En 2016, en una anterior comunicación sobre este tema el Defensor del Pueblo sugirió al Ayuntamiento de Santander que valorara la posibilidad de iniciar el procedimiento correspondiente para declarar como «zona acústicamente saturada» Cañadío y las calles adyacentes, por el ruido que ocasionan las actividades de ocio y las aglomeraciones en fin de semana.

Además, el Defensor del Pueblo sugirió al Consistorio que se intensificaran los controles municipales en la zona, que se reforzara la dotación de policías para vigilar el botellón y se adoptaran medidas preventivas en la plaza de Cañadío y las calles adyacentes.

Además, aconsejaba la realización de mediciones sonométricas periódicas en el entorno y el desarrollo de un plan de actuación en la zona, y solicitaba información sobre el estado de tramitación del mapa estratégico del ruido para Santander.

La asociación Pombo-Cañadío-Ensanche ha lamentado que el Ayuntamiento no tomó ninguna medida pese a las recomendaciones del Defensor del Pueblo e insiste en «la ocupación total» que se produce en Peña Herbosa en determinadas fiestas al año y en que la Plaza de Cañadío sigue «tal cual».

«No se ha avanzado nada. Se incumplen las ordenanzas municipales, las de la Federación de Municipios y Provincias y todas las directivas europeas contra el ruido. Hasta que un día sí suceda una desgracia», advierte la asociación.

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