Un accidente destapa la explotación de una feriante a un empleado ilegal
Condenada a un año de cárcel la dueña del 'Dragón Exprés', después de que su animador, sin papeles y trabajando «en condiciones leoninas», fuera atropellado
MARIÑA ÁLVAREZ
Sábado, 21 de mayo 2011, 11:40
Durante dos años, Marzoug E., de nacionalidad marroquí, fue de feria en feria con el 'Dragón Express', recogiendo los tiques de los niños y repartiendo globos en cada viaje. Sin permiso de trabajo, ni mucho menos contrato y Seguridad Social, sin formación específica, ni suministro de material ni medida de seguridad alguna.
A cambio de estas «leoninas condiciones laborales» -así las califica el titular del Juzgado de lo Penal nº 2, José Hoya-, Marzoug recibía alojamiento en un camión de transporte de la atracción y una remuneración diaria de entre 20 y 30 euros. Su jefa nunca le dio la posibilidad de regularizar su situación. Porque ella obtenía «un notable beneficio económico sirviéndose del abuso al que sometía a su trabajador».
Pero hete que un día (21 de junio de 2008), Marzoug sufrió un grave accidente por aplastamiento del propio carrusel en el parque de Cross de Maliaño, y su situación se descubrió cuando acudió la Policía Local de Camargo a instruir las diligencias. Su caída fue casual, cuando se encontraba dentro de la plataforma concéntrica integrada por la atracción. Resbaló por la lluvia y acabó en la vía, por donde transitaban los vagones. Con el accidente se acabó su historia de explotación, y su jefa, la asturiana Begoña L. R., fue acusada de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro delito de lesiones culposas.
Como consecuencia del accidente, Marzoug quedó en coma, con traumatismo craneal, torácico, lumbar y abdominal. Necesitó varias operaciones y tardó un año en curarse, con 61 días hospitalizado. Le quedaron diversas secuelas.
La jefa le pagó 30.745 euros
Por estos hechos, Begoña L. R. fue condenada, en un principio a dos años y medio de cárcel, multa de 3.240 euros y a indemnizar a su trabajador con 30.745 euros, por los días de hospitalización, de incapacidad, de lesiones, secuelas y perjuicio estético. El juicio estaba señalado para ayer, 20 de mayo, pero no llegó a celebrarse porque, previamente, la acusada reconoció los hechos, indemnizó a Marzoug E. «de su peculio personal», dice la sentencia, y éste renunció a las acciones penales y civiles.
El Ministerio Fiscal modificó sus conclusiones y aplicó a Begoña el atenuante muy cualificado de reparación del daño, bajando a medio año de cárcel la pena por el delito contra los trabajadores, y a otro medio por el de lesiones imprudentes, y dejando la multa en 1.080 euros. En el fallo, se constata que estos 12 meses de prisión, y dado que la acusada carece de antecedentes, se suspenden con la condición de que no delinca nuevamente en el plazo de dos años.
En esta historia se ha quedado por el camino un 'fleco', pues al principio también estaban acusados un padre y un hijo, titulares de otra atracción de feria del mismo recinto, por haber dado una paliza a un testigo del accidente de Marzoug, también marroquí, y que supuestamente contó a la policía lo que sabía. Por lo visto, quisieron darle «un escarmiento» y, tras la agresión -que le ocasionó heridas que tardaron siete días en curar, tres de ellos incapacitado-, le despidieron «con el expeditivo procedimiento de arrojar todas sus pertenencias a la calle».
Este padre y su hijo estaban acusados de un delito de obstrucción a la justicia y una falta de lesiones, pero al final, cuando la acusación renunció a la acción civil y penal, el Ministerio Fiscal retiró los cargos y quedaron absueltos.
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