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JOSÉ ENRIQUE CAMPILLO
Sábado, 27 de junio 2009, 14:46
También es muy beneficiosa su composición en minerales. Contiene cantidades relativamente elevadas de potasio, calcio, magnesio, fósforo y cinc, pero destacan tres minerales muy importantes para la salud y que son escasos en otros alimentos: yodo, selenio y hierro. Una ración de mejillones de unos 150 gramos contiene tanto hierro (6mg) como un buen filete de ternera. El hierro es un elemento esencial para la composición de la sangre y para el transporte de oxígeno a nuestros tejidos. La mejor forma de aportar hierro al organismo y prevenir la anemia es consumiendo el hierro que contienen los alimentos de origen animal, como el mejillón. Pero además el mejillón es rico en dos vitaminas antianémicas, que son esenciales para la formación de los glóbulos rojos de la sangre: la vitamina B12 y los folatos (12 y 42 µg por 100 gramos respectivamente). Estas características convierten al mejillón en un alimento esencial en la prevención y tratamiento de las anemias. Por cierto la mejor manera de consumirlo para aprovechar sus cualidades antiamémicas es hervido y con zumo de limón. Otra de las propiedades saludables de los mejillones es su poder antioxidante. Contiene tres antioxidantes como selenio, vitamina E y vitamina C (45 µg, 0,5mg y 8mg por 100 gramos respectivamente) que poseen una gran capacidad para neutralizar a los peligrosos radicales libres. Pero como todas las cosas, el mejillón también tiene su lado oscuro y que nos exige no consumirlo a la ligera, sin tener en cuenta su procedencia. Se trata de sus peligros tóxicos y alérgicos. Los nutrientes del agua. Los mejillones crecen en las rocas de la costa o en las gruesas maromas de las bateas y viven a base de filtrar continuamente el agua que les rodea y extraen de ella los nutrientes necesarios. Pero también acumulan en su órgano hepatopáncreas muchas substancias tóxicas que hay en el agua. Este riesgo se evita porque los mejillones antes de ponerlos a la venta deben de pasar al menos 48 horas sumergidos en agua limpia, lo que les hace que se laven por dentro y desaparezcan de su organismo todos los tóxicos. El otro riesgo es la contaminación del mejillón con unas algas que se denominan dinoflagelados, que producen toxinas que pueden ser peligrosas para nuestra salud. En este caso la vigilancia sanitaria evita estos riesgos. Debemos de aprovechar las virtudes nutricionales del mejillón siempre que podamos y consumirlo en cualquiera de sus variedades culinarias. Incluso el mejillón en lata conserva la mayor parte de sus propiedades nutricionales. Pero no debemos consumirlos fuera de los circuitos alimentarios controlados sanitariamente.
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