El perfume secreto de las flores mudas
Una nueva técnica de extracción sostenible permite a L'Oréal obtener fragancias de plantas hasta ahora imposibles de utilizar en perfumería
El trabajo de un buen perfumista es comparable al de un compositor: ambos crean armonías destinadas a perdurar. Uno lo hace con olores; el otro, con sonidos.
Mientras el músico escribe sobre una partitura, las notas del perfumista son moléculas que, tratadas y sintetizadas, recrean fragancias capaces de evocar entornos idílicos, como las marinas, o bucólicos, como un campo de rosas. El lienzo del músico se «pinta» con un piano, un violín o una guitarra; el del perfumista, con esencias extraídas de pieles, flores y frutos para capturar su bien más preciado: el aroma.
Una de las técnicas tradicionales utilizadas es el enfleurage, en la que los pétalos se colocan sobre una sustancia grasa que absorbe su olor. Luego, esa grasa se lava con alcohol para arrastrar el aroma. En otros casos, se usan disolventes que hierven a temperaturas muy bajas. Así se han construido algunas de las fragancias más emblemáticas de marcas como Lancôme, Prada, YSL, Mugler, Valentino, Armani o Ralph Lauren.
Hoy, tanto las nuevas generaciones de consumidores como las regulaciones medioambientales impulsan una transformación: se buscan perfumes más naturales y sostenibles. Los clientes priorizan la singularidad, el bienestar y el respeto por el entorno. El sector de la belleza se reinventa a pasos agigantados, con la tecnología como gran aliada.
Estas herramientas ya no son un lujo, sino que están al servicio del lujo. Un ejemplo: en Colombia, investigadores han logrado «hacer hablar» a los delicados nardos blancos, logrando un perfume exclusivo para marcas del grupo L'Oréal. «Es el sueño de un perfumista», afirman desde la compañía francesa.
Biotecnología de lujo
Tanto el nardo como el lirio, el jacinto o las violetas son consideradas flores mudas en perfumería, es decir, no es posible extraer su esencia de manera natural. Al menos, hasta hace poco.
Estas especies forman ya parte de una treintena de ingredientes que L'Oréal utiliza para componer sus fragancias, gracias a un proceso de extracción exclusivo que no daña la flor. «Se pueden reutilizar una y otra vez y no se consume agua», destacan expertos de la firma.

Con su tecnología Osmobloom, las moléculas aromáticas se recogen a través de la circulación del aire y quedan atrapadas en un líquido de origen biológico. «Este proceso ofrece extractos de alta fidelidad, incluso de flores cuya extracción natural antes era imposible», explica la compañía. «Estamos comenzando a crear las primeras fragancias con esta tecnología, y será revolucionaria».
Esta iniciativa representa una evolución del programa Signature de L'Oréal, desarrollado desde 2016. A través de este proyecto, la compañía incorpora ingredientes naturales seleccionados alrededor del mundo, que son sometidos a procesos de extracción personalizados. El objetivo: dotar a todas las fórmulas del grupo de una identidad olfativa propia, casi como una firma de marca.
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