Recordando a los niños prodigio
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
La relación de pequeñas y jóvenes estrellas impresa en la memoria de varias generaciones es realmente extraordinariaSon inolvidables los niños prodigio españoles del espectáculo. Sobre todo, por cantidad, en dos ámbitos: el cine y la canción. Hay al respecto nombres paradigmáticos: Marisol, Joselito, Pablito Calvo, Pili y Mili, Rocío Dúrcal, Ana Belén, Estrellita…
Tras sus éxitos, el devenir de algunos estuvo lleno de luces y sombras, pero esa es otra historia.
Los anteriormente citados y más conquistaron al público hasta el punto de convertirse en ídolos. Se constataba cada vez que salían a la calle: las peticiones de autógrafos eran constantes. ¡Les salvó que en su época no había móviles para hacer 'selfies'! Si no, a saber qué hubiera sido de ellos.
La popularidad de los niños prodigio llegó a alcanzar un nivel tan alto que cuando protagonizaban una película se editaban álbumes de cromos con escenas; libros ilustrados con sus 'aventuras'; 'tebeos', etcétera.
Además grabaron discos, vendiéndose millares de copias cada vez que salía uno nuevo a la venta. Para los empresarios constituían, en cualquier rama, un enorme negocio.
Contemplando a nuestros niños prodigio en cada largometraje del que fueron cabeza de cartel (ejemplos: 'Rumbo a Río', Marisol; 'El pequeño ruiseñor', Joselito; 'Como dos gotas de agua', Pili y Mili; 'Zampo y yo', Ana Belén; 'Canción de juventud', Rocío Dúrcal; 'Marcelino, pan y vino', Pablito Calvo) queda bien claro por qué se convirtieron en famosos. Plano a plano, secuencia a secuencia, muestran un talento artístico extraordinario.
A los aquí evocados hay que añadir a otro número uno: Arturo Pomar, niño prodigio no de la farándula sino… del ajedrez, juego que dominaba de manera impresionante.
Todos fascinaron a sus colegas de edad y a los adultos tanto en España como fuera nuestras fronteras. Por tal razón son eternos para la memoria de millones de personas.

