En Casa Lucita, composiciones y bocados con talento y vocación gastronómica
Ha cumplido un año abierto y ya ha conseguido tener un estilo diferencial
No es fácil que en apenas un año cualquier negocio de hostelería consiga asentarse, definir con claridad un estilo propio y recibir la cálida acogida ... de un público que valora el ambiente del local, el servicio y, por supuesto, la propuesta que llega en el plato. En el caso de Casa Lucita, desde que dio sus primeros pasos, se podía advertir que había mimbres para completar el cesto. Al frente están dos profesionales, Cristian como chef –también propietario del Baruco de Anero– y Julián como jefe de sala, que acumulan experiencia en la hostelería y certezas sobre el perfil que querían dar a su nuevo restaurante, gastrobar o taberna; llámenlo como quieran porque el formato encaja en cualquiera de estos conceptos.
Y en poco tiempo, pese a las limitaciones de espacio de la cocina, Casa Lucita ha cogido velocidad de crucero hasta llegar a su primer cumpleaños con una propuesta pletórica de composiciones y bocados que desbordan talento, creatividad, ingenio para combinar los ingredientes más dispares con armonía y que permite, sin miedo a equivocarse, que estamos ante un local con un claro perfil gastronómico.
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Y en estos resultados tiene mucho que ver el joven canario Kevin Díaz (26 años), quien desde hace unos meses ejerce como jefe de cocina con libertad para desarrollar esos platillos que tanto le gusta presentar a concursos, muy ensayados y contrastados. De su cocina se puede decir que emplea muchos 'elementos' y lo que podría parecer un hándicap, Kevin lo convierte en un valor añadido eludiendo el riesgo de recargar la receta porque detrás de cada combinación hay técnica e intenciones...
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Del tartar a la albóndiga
En esta ocasión, el chef puso sobre la mesa una degustación de algunos de sus platos más emblemáticos a partir de una carta con menos de veinte platos, que, aunque pueda parecer corta, tiene tanta diversidad como atractivo.
Comenzó el festín con un tartar de corvina aliñado con toques cántabros y canarios, basándose en encurtidos caseros, salsa de maracuyá y crujiente de boniato frito. Sencillamente exquisito.
Las croquetas, cremosas y de gran formato, también son diferentes a lo que se acostumbra: de bacalao y morcilla. Interesante combinación alegrada por el fino crujiente de panko, muy bien logrado.
Llega a continuación una ensaladilla rusa especial, con patata de Valderredible, tartar de atún, mayonesa casera con huevo pasteurizado, huevo frito, huevas de tobiko, yema de huevo, cebolla encurtida y polvo de aceituna negra. Con este plato Kevin va a concursar este año en el Campeonato de España que se celebrará en octubre en San Sebastián Gastronomika.
No es fácil encontrar coliflor en los restaurantes. Aquí la guisan en el horno con mantequilla, queda al dente y se acompaña de mejillones al vapor y un curry con leche de coco y kimchi, con un sutil toque picante que aporta.
El producto cántabro brilla en el taco de carne mechada, guisada como la cabra majorera, pero en este caso es con carne de vaca de aquí. Además lleva salsa de anguila ahumada y jalapeños, emulsión de lima y una salsa servida en espuma de dos quesos: ahumado de La Pasiega de Peña Pelada y picón de Bejes-Tresviso. Se completa el plato con cebolla frita y filamentos picantes.
Otros grandes platos son de la merluza del Cantábrico, de anzuelo, con un gazpachuelo de sus espinas y gamba roja con salsa de vermut y un toque de manzana para rebajar la grasa. La merluza va frita en harina de garbanzo para que no pierda sus jugos.
Se mantiene en carta la albóndiga de vacuno, muy cremosa y poco hecha, acompañada de un mini entrecot por encima y salsa.
Y se cerró en esta ocasión con un refinado bizcocho de naranja con chocolate y presentado sobre una crema inglesa.
Todo, para recordar y repetir.
Muriedas
Casa Lucita
Dirección: C/Juan Palencia 4, B. Muriedas (Camargo).
Propietarios: Cristian Periscal y Julián Martínez (en la foto, a la derecha).
Inaugurado: 3 de agosto de 2024.
Cocina: Kevin Díaz Perdomo (en la imagen superior, a la izquierda).
Sala: Julián Martínez.
Estilo de cocina: De taberna, actual, con formato de algo más de un bocado y producto de mercado.
Precio medio: 28-30 euros.
Capacidad: 26 comensales en el comedor de la taberna, entres mesas altas y mesas bajas.
Terraza: Sí, para 24 personas.
Horario: De 13 a 16 horas y de 20 a 23 horas.
Cierra: En temporada alta (previsiblemente hasta el 7 de septiembre), domingo noche, lunes completo y martes al servicio de almuerzos. El resto del año, cierra domingo noche, lunes y martes completos y el miércoles al mediodía.
Bodega: Una treintena de referencias de diferentes procedencias de España.
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