El chef Pepe Rodríguez cocinó en directo en el Centro Botín
El popular presentador guió a cuatro voluntarias para cocinar ante más de 250 clientes de supermercados Lupa
Desde lo de Enrique Iglesias y su «es una experiencia religiosa» se han hecho muchos intentos de vivir algo digno de repetir. Algo que querrán las y los afortunados –con preponderancia de ellas frente a ellos– que la pasada semana asistieron a la sesión de cocina en directo organizada por Supermercados Lupa en el Centro Botín de Santander y que tuvo como protagonista al 'estrellado' chef Pepe Rodríguez. La firma cántabra quiso premiar a sus clientes con una convocatoria en la que el popular juez del programa de TVE 'Masterchef' hizo lo mismo que en el concurso: guiar y valorar cuatro platos con productos de las marcas blancas de Lupa: Leitium premium y Alteza.
Nada sorprendió al público de Pepe Rodríguez. Su carácter campechano e instructivo amenizó las elaboraciones respondiendo, sin límite de tiempo, a las preguntas de una audiencia llegada de dentro y fuera de Cantabria, y de lugares como Bilbao, Logroño o Segovia, lo que no dejó de sorprender y apabullar al cocinero. Fueron cuatro recetas las que coordinó con pericia y sentido del humor –habitual en él–, con ese gracejo castellano-manchego.
Se elaboraron un tartar de langostino y mango, a cargo de la cántabra Vanesa y un hojaldre relleno de setas y foie que preparó la bilbaína Gema, ante los ojos del público y de su madre. Y tras la cata, no sin mucho éxito por parte de las cocineras, según Pepe, aunque reconoció el mérito, se pasó a las últimas elaboraciones. A cargo de la joven santanderina, de Peñacastillo, Mirian y de la riojana Arancha. La primera, «a ver si me puedes llevar a 'Masterchef, para ejercer de lo que soy, fisioterapeuta», se 'peleó' con un centollo para intentar hacer un tartar con aguacate. Y la segunda, más experimentada, elaboró unos pimientos rellenos de carne y bechamel.
La simpatía del chef, empatizó con la del público, entre las que destacó la de una joven, Antonia Cabrero, con la que se comprometió a admitirla en su restaurante, El Bohío, en Illescas, para realizar prácticas, «no hay cosa que más me guste que la gente que quiere aprender y progresar». Lupa premió a público y cocineras con lotes de sus productos, entre otros regalos.
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