Cuarenta años de la cocina barquereña en Santander

Son hosteleros de segunda generación con estrechos vínculos a las tradiciones gastronómicas de San Vicente de la Barquera. La villa marinera donde no solo confluyen los caminos de peregrinación a Santiago y Liébana, sino la que vio nacer a su padre, Ramón Isabel. Más conocido entre hosteleros y clientes como Ramonín, allí regentó el hotel Don Ramón, junto a la playa de Merón, y popularizó además de las cenas con baile, el arroz con bogavante, la merluza barquereña en salsa verde y los guisos de la casa como la marmita y el sorropotún, que elaboraba su mujer, Ramona.

El Peña Candil abrió sus puertas en la capital en 1983 y sus hijos, que tomaron el relevo en la gestión en 2018 –en el negocio llevan décadas–, continúan dispensando ese trato familiar y cercano que siempre les ha caracterizado y conservan la esencia de la cocina de su madre.

Llaman la atención, sobre todo si uno se asoma desde el comedor superior, las piezas de bogavante azul custodiadas en el vivero de mariscos, principalmente para convertirse en los protagonistas de uno de los platos estrella de la casa: el arroz caldoso con bogavante. A petición de los clientes, este crustáceo decápodo y otros mariscos se pueden preparar cocidos o a la plancha. En carta, además de la especialidad mencionada, los arroces se se elaboran con nécoras, con almejas, con cachón, en paella con mariscos, con carrilleras y con verduras.

Los pescados de lonja como rape, rodaballo, machote, cabracho, mero... se preparan con patata panadera. Del Cantábrico, la merluza. La reina de la carta. A elegir entre sus cocochas, el cogote –a la plancha o al horno para dos–, rebozada o al estilo barquereño, en salsa verde. De temporada el gran protagonista es el bonito, otra de sus especialidades. En marmita, a la plancha, con tomate o encebollado. Si quieren disfrutar de sus albóndigas, mejor de encargo porque vuelan.

Otras propuestas de la carta que cuentan con gran aceptación entre los entrantes son las croquetas cremosas de bogavante, disponibles en formato de media ración si se quieren probar más raciones. También las zamburiñas (volandeiras) por unidad, el paté de cabracho, los maganos encebollados, el salpicón de langostinos y pulpo en vinagreta, el pulpo a la gallega, los callos caseros, las gambas al ajillo, las rabas o las gambas plancha.

Los carnívoros también tienen opciones –carrilleras ibéricas o entrecot, entre otras– los más golosos, aquellos que no suelen renunciar al postre, se mantiene la línea de los clásicos con elaboraciones caseras como las natillas, el arroz con leche, la mouse de limón, la tarta de queso, el tiramisú o la torrija con helado, o directamente del obrador de Santos, en Torrelavega, el milhojas de hojaldre y mantequilla.

Dirección: C/ del Progreso 9. Santander.

Teléfono: 942 313 025.

Propietarios: Familia Isabel (Juanra, Merche y Jorge).

Inaugurado: 1983. Reformado en 2018.

Jefa de cocina: Merche Isabel.

Sala: Juanra y Jorge Isabel.

Estilo de cocina: Tradicional marinera.

Precio medio de la carta: 30-35 euros.

Menú diario: Sí, consultar.

Especialidades: Marmita y bonito de temporada (a la plancha, encebollado, con tomate, albóndigas), arroz caldoso con bogavante, croquetas cremosas de bogavante, paté de cabracho, merluza barquereña, cogote de merluza, sapito al horno con refrito, pescados salvajes, rabas, callos caseros...

Capacidad: 80 comensales.

Terraza: Sí.

Horario: Desde las 10 horas hasta después de las comidas y de 19.00 a 23.00 horas. Cierra: Domingos noche.

Bodega: Unas 30 referencias.

Café: Dromedario.

Aparcamiento: Zona de las estaciones, Castilla-Hermida y Parking de Cachavas.