El alcohol no es buen copiloto
No tengo la intención con estas líneas de dar lecciones de nada, ni de caer en los tópicos ya conocidos y repetidos, ni hacer proselitismo ... de realidades que son indiscutibles porque está claro que el alcohol no es un buen copiloto de nadie. Las cifras avalan esta afirmación de forma contundente.
Las bebidas con graduación alcohólica son incompatibles con la posterior conducción de vehículos y, pese a las múltiples campañas institucionales de sensibilización, algunas de un corte tan macabro y agresivo que ponían los pelos de punta, los accidentes no cesan hasta límites que pueden llegar a ser relativamente admisibles.
Disfrutar con una botella de vino en una cena en familia, de unas cervezas con los amigos, de unos vermuts a la hora del aperitivo con los compañeros de trabajo o de unas copas al anochecer puede ser una experiencia excepcional siempre que no se rebasen unos límites y siempre que el protagonista no tenga la intención de ponerse a los mandos de un coche a continuación, aunque su previsión sea completar un corto recorrido.
Ya se ha interiorizado por una parte de la sociedad que en estas circunstancias lo óptimo es que una persona del grupo ese día se abstenga de beber. Y cuando esto se hace, no hay sorpresas y cada uno termina en su casa sin sobresaltos automovilísticos.
La Dirección General de Tráfico anunció en 2024 su intención de establecer una nueva normativa de alcoholemia: se quiere rebajar la tasa máxima para todos los conductores a 0,2 g/l en sangre (0,1 mg/l de aire espirado). Actualmente, la tasa es de 0,5 g/l en sangre (0,25 mg/l de aire espirado) para los conductores en general y de 0,3 g/l en sangre (0,15 mg/l de aire espirado) para los conductores noveles y profesionales.
El alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes. A partir de este momento, comienza a desaparecer lentamente de la sangre hasta su completa eliminación. Una persona con un nivel de alcoholemia de 1 g/l puede necesitar entre 6 y 10 horas para que su nivel de alcoholemia baje del nivel máximo permitido.
Esta semana he escuchado al ministro del Interior, Grande Marlaska, que su objetivo es llegar lo más pronto posible a la tasa 0,0 g/l. Sin poner en cuestión lo anteriormente expuesto, ¿les parece excesivamente exagerado? ¿Qué efectos tendrá en la hostelería y en el sector de los elaboradores de bebidas? Finalmente, ¿llegará el momento en que no se pueda tomar ni un postre flambeado? Quizá haya escalones intermedios y otras estrategias no tan radicales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión