Nuevos «Soletes para perderse» por Cantabria

«Los Soletes son esos lugares que soñamos encontrar cuando emprendemos un viaje, ya sea para pasar el día o para recorrer una comarca. Reflejan la implantación que tiene la cocina en España, porque llegan a cualquier rincón, y las ganas de disfrutar que tenemos todos. Qué gusto llegar a un destino y saber que hay un bar auténtico o una casa de comidas de toda la vida en la que vas a estar de maravilla, con un ticket asequible y productos locales, que te sitúan en el territorio y te hablan de sus raíces y su cultura», dice María Ritter, directora de Guía Repsol.

Con este nuevo listado, Cantabria suma nueve nuevos «Soletes para perderse». Son estos:

Ruda, en Villacarriedo. Un lugar donde disfrutar de una comida comprometida con la sostenibilidad, los productos km0 y los vegetales, que son los protagonistas de esta sabrosa propuesta.

La Casona de Juntad, en Liencres. Un edificio del siglo XVII alberga este restaurante en el que se puede disfrutar desde un rico picoteo a platos de cuchara y arroces elaborados en cocinas de leña.

Ciclo, en Ruente. Un restaurante creador de comunidad. Aquí se puede degustar cocina tradicional de la mano de Toni González , El Nuevo Molino, con 2 soles Guía Repsol y una estrella Michelin.

Casa Enrique, en Solares. Una casa donde manda la tradición y la cuchara es santo y seña del lugar, además del cariño como principal ingrediente. Gran dominio de las legumbres entre las que destaca el carico montañés.

Taberna Bar Solana, en Ampuero, frente al santuario de La Bien Aparecida. Cocina tradicional y esmerada con producto de cercanía que comparte bodega con el restaurante gastronómico Solana, 2 soles Guía Repsol y una estrella Michelin.

Romy, en Bádames. Compatibilizan menú del día tradicional con una cocina con toques de autor donde destaca el producto de temporada y platos como la lasaña crujiente o los mini brioche de costilla. También menú degustación por encargo.

Astuy, en Isla. La langosta es la estrella pero también su cocina marinera contemporánea. Para el postre no te compliques: pide macedonia natural.

La Chilanga, en Suances. Con auténtico sabor a México, a sopas, a tamales, a tacos y quesadillas. Un paseo por la gastronomía del país azteca cuidando producto y detalle.

Mirador de Peñacolsa (Los Tojos). Además de su reconocido cocido montañés cuentan con una amplia oferta de comida casera. El trato es inmejorable y el enclave, en el valle de Cabuérniga, resulta maravilloso.