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Saúl Llata, preparando el vermut que al final resultó ganador.

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Saúl Llata, preparando el vermut que al final resultó ganador. María Gil Lastra

Este vermut sabe a jamón ibérico

Saúl Llata, de la Taberna La Solía, se lleva el primer premio del concurso que organiza la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria

DIEGO RUIZ

Santander

Domingo, 29 de octubre 2017, 08:40

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Un vermut con sabor a jamón ibérico elaborado por Saúl Llata, de la Taberna La Solía (Liaño), se proclamó el jueves ganador del concurso que organiza la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria. El segundo puesto fue para la Vermutería Malayerba, de Torrelavega, con una preparación elaborada por Laro García, en la que la aceituna tiene un gran protagonismo. La tercera plaza la ocupó Alquimia Tavern, de Los Corrales de Buelna, con una mezcla de toques orientales preparada por José Antonio Cuadrado. Tres cócteles sofisticados que se sirven en estos establecimientos desde el pasado día 20, dentro de la II Ruta del Vermut de Cantabria.

Dieciséis de los veintiocho establecimientos participantes en el concurso se dieron cita en la tarde-noche del jueves para, delante de un jurado de expertos, presentar y elaborar los vermuts que se presentaban al concurso. Cada uno de los participantes, espoliados por el bartender Óscar Solana, presentador del evento, tuvo que explicar de dónde venía y que iba a meter dentro de la coctelera. Tanto los miembros del jurado como el público presente se quedaron sorprendidos por el nivel mostrado por cada uno de los participantes, provenientes de bares y restaurantes de Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Los Corrales de Buelna, Liencres, Vargas y Liaño.

Las preparaciones, sin duda, habían sido pensadas y trabajadas a conciencia. Se quería sorprender y huir seguramente del clásico vermut servido con hielo, una raja de limón y sifón. Los participantes trataron además de epatar con unas presentaciones espectaculares, que en algunos casos causaron auténtica admiración.

Abrió el concurso Roberto, de Días de Sur, con un sorbete de vermut fresco y aromático. A su lado, María Bezanilla, de La Solía, preparó una mezcla llamada fashion vermut.

De dos en dos fueron pasando los participantes, dando paso después a Ricardo Guzmán, del Gambrinus, y José Antonio Cuadrado, de Alquimia Tavern. El primero se inspiró en el otoño para su elaboración, mientras que el segundo presentó un Martini Dry Samuray que al final se llevaría la medalla de plata.

José Antonio Cuadrado, en primer término, preparando su vermut. A la derecha, Ricardo Guzmán, observado por Óscar Solana.
José Antonio Cuadrado, en primer término, preparando su vermut. A la derecha, Ricardo Guzmán, observado por Óscar Solana. María Gil Lastra

Simone, de Il Boccone, un restaurante italiano de la santanderina calle San Luis presentó un vermut clásico y explicó como esta bebida, en su país, se toma a partir de las cinco de la tarde. Laro, del Malayerba, tercer premio, hizo un canto a la aceituna, para llevarse el diploma como subcampeón.

Un vermut refrescante para el verano, huyendo de los sabores fuertes, fue la apuesta de Marisa González, del Hipódromo de Suso, mientras que Sergio Tumar, de La Caseta de Bombas, mezclaba, entre otros, vermut y vodka de la firma Siderit, uno de los patrocinadores de la Ruta.

El Pericote de Tanos, habitual de los concursos que realiza la Asociación de Hostelería, con Rubén al frente, llevó a la final un rico vermut blanco con ginebra, y Noelia, del Solórzano, uno fresco, pensado en el verano, en las terrazas santanderinas y en la hora del aperitivo.

«El nivel ha sido altísimo y las propuestas muy complejas»

Saúl Llata, uno de los alumnos destacados de Óscar Solana y que lleva dos años trabajando en La Solía, recogía el primer premio acompañado de sus hijas. Decía que casi no se lo creía, ya que, según él, «el nivel ha sido altísimo y las propuestas que han presentado el resto de los concursantes han sido muy complejas».

Llata, que antes de recalar en Liaño de Villaescusa había probado fortuna en Ibiza, había ganado con 272 puntos, 15 más que el segundo y 17 que el tercero, con un sorprendente vermut. «He utilizado –explicaba– un vermut de Óscar Solana para hacer algo algo diferente. Lleva un bitter de jamón ibérico, de notas salinas y grasa.No es un vermut muy fuerte, con sabor al licor y que invita a tomar otro más».

La preparación ganadora de esta segunda edición de la Ruta del Vermut de Cantabria le ha llevado a Saúl Llata una semana de trabajo. A lo largo de esos siete días, el representante de La Solía, según aseguraba tuvo que probar varios bitters y distintos aceite. «También ha habido que preparar la grasa de jamón macerada en alcohol», dijo.

Para el vencedor de la Ruta del Vermut 2017, santanderino de nacimiento y de 39 años de edad, «el vermut sirve para que las personas se relacionen. Para la reunión después de salir de trabajar. A mí me gusta el vermut suave, ese que te permite tomar más de uno».

Gloría Díez representó a El Machi con una mezcla inspirada en el mar y la montaña, mientras que Toñny Aromans (El Catavinos El Alisal), un veterano en el mundo de la hostelería, presentaba un vermut bautizado como Virgen del Mar.

El vermut habitual, el que a diario se sirve en el Restaurante Mores, de Vargas, fue el que preparó Christian Cacho en el concurso. Javi González, de Bellota y Garnacha, acudía con un cóctel llamado Naranja by Garnacha.

Toro Rojo y el vermut que todos los días se sirve en su barra, fueron las preparaciones de Pablo Sierra, de La Gilda, y Timoteo Antuñano, de La Villa, en Castro.

Saúl Llata, el ganador, y Álvaro, repitieron al final por La Solía y El Pericote, y Toñny y Noelia, por el Catavinos El Alisal y El Solórzano.

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