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Remojar en lejía diluída los alimentos que se vayan a consumir crudos es una buena medida. DM
Más sobre el coronavirus, cocinado y consumo

Más sobre el coronavirus, cocinado y consumo

SALUD Y NUTRICIÓN ·

No debemos temer consumir cualquier tipo de alimento. Solo hay que tener precaución porque el comer y el beber puede permitir situar algunos virus en la boca y de ahí llegar a los pulmones

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Domingo, 8 de marzo 2020

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Hoy voy a insistir sobre el coronavirus. El asunto es de especial importancia para Cantabria. En el momento en el que escribo estas líneas (la mañana del martes 4 de marzo). Cantabria, con sus diez afectados, es la comunidad autónoma con más casos en relación al número de habitantes. Pero antes de nada recordemos que la mayor parte de los infectados pasan su enfermedad en su domicilio, como un catarro raro sin más complicaciones. Quienes tienen que extremar las precauciones son aquellas personas ya aquejadas de algún problema que los haga más vulnerables a los efectos del virus.

Hace dos semanas comentamos algunas medidas nutricionales que podrían ayudar a ser más resistentes al ataque de cualquier virus y que, por tanto, reducirían el riesgo estadístico de padecer la infección: consumir alimentos ricos en vitaminas C y D.

Hoy vamos a hablar del cocinado de los alimentos y de su consumo. El nuevo coronavirus (2019-nCoV) es un virus respiratorio que se propaga principalmente a través de las gotitas que se expulsan al exterior, en la saliva o secreciones nasales, cuando una persona infectada tose o estornuda. Estas gotitas son demasiado pesadas para propagarse a grandes distancias, a dos metros no llegan. Pero caen y se depositan en las superficies de las cosas o de los alimentos cercanos donde pueden sobrevivir unas pocas horas. De aquí deriva un primer consejo. Alguna persona infectada, de compras en el híper, puede haber estornudado o tosido sobre los alimentos más expuestos como la fruta, la verdura o incluso sobre las carnes y pescados. Es una buena medida que en cuanto lleguemos a casa, y tras lavarnos bien las manos, procedamos a remojar en lejía diluida, durante unos minutos, los alimentos que vayamos a consumir crudos: frutas, hortalizas y verduras. Los virus se destruyen en los alimentos que se cocinan a elevadas temperaturas mediante la cocción o el asado en el horno. Es buena idea renunciar a consumir esos alimentos crudos.

Por cierto, los virus no se destruyen por la congelación. Antes de comenzar el cocinado o preparación de la comida. Hay que lavarse bien las manos y evitar toser o estornudar sobre lo que estamos manipulando en la cocina. Si hay dudas, usar una mascarilla o atarse un paño de cocina al estilo bandolero del Oeste. En estas circunstancias de epidemia incipiente no se deben compartir cubiertos, vasos y platos. Después de comer, toda la vajilla y cubertería se lavará con agua y jabón (incluidos los vasos de agua). El lavaplatos es suficiente.

Fuera de casa, de momento, es recomendable consumir solo platos que hayan sido calentados para su elaboración. Y ojo con los pinchos que no estén debidamente resguardados y se expongan sin precaución sobre el mostrador del bar al alcance de toses y estornudos de cualquier cliente.

El coronavirus no es un virus digestivo, sino respiratorio, aunque la actual epidemia, al parecer, surgió de alimentos contaminados en el mercado de la ciudad china de Wuhan. No debemos temer consumir cualquier tipo de alimento. Solo hay que tener precaución porque el comer y el beber puede permitir situar algunos virus en la boca y de ahí llegar a los pulmones.

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