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Son conocidas las gigantescas cazuelas y sus correspondientes comilonas que Francis Ford Coppola prepara siguiendo las recetas familiares. Macarrones al pomodoro con basílico y albahaca es una de ellas. De pasta, obvia, simbólica y metafórica, y de tomate está hecha 'Macarrones', una comedia con fondo amargo, a modo de fábula humanista, que firmó en su lenta despedida y cuesta abajo un cineasta mayor como Ettore Scola. Aquí la comida es colateral para el argumento pero como en Scorsese –y en la mayor parte de grandes cineastas fieles a sus orígenes–, las reuniones, conversaciones y pausas en torno a la comida familiar, los fogones con recuerdo o la nostalgia de olores y sabores, está muy presente. De contar historias, del pasado y sus equipajes, a veces con sus cargas pesadas, y de los lazos que se tejen y deshacen, es de lo que presume y destila 'Macarrones'.

Macarrones

Director: Ettore ScolaAño: 1985

Duración:109 minutos.

País: Italia.

Intérpretes: Jack Lemmon, Marcello Mastroianni, Daria Nicolodi, Isa Danieli,

Jack Lemmon y Marcello Mastroianni ponen la salsa, el aderezo, el sentimiento y la receta secreta. Con Nápoles al fondo, el filme es de tono agridulce y el cóctel deja asomar los platos rebosantes de pasta con tomate, entre la mafia y un juego de ficciones solapadas y mentiras necesarias. La ciudad, el elogio de la amistad, cierto realismo mágico azucarado y el intercambio de golpes entre fantasía y realidad constituyen la masa horneada en ese baile callejero de restaurantes y cafeterías. Ya en 'La cena' Scola contó pequeñas historias a través de personajes que eran clientes fijos y esporádicos de un restaurante. Un cineasta que ya dejó prueba de su buen gusto para la pantalla y la mesa con sus tortiglioni con berenjena, jitomate, nueces, pasas y pecorino que asombana en 'Feos, sucios y malos'. El atractivo del emplatado de 'Macarrones' reside en la facilidad con que se devora el encanto que desprende su pareja protagonista. Scola mueve y remueve su cazuela para que los dos excelentes histriones suelten todo el jugo humanista que llevan dentro.

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