Ventajas y desventajas de las fuentes alternativas de proteínas: el futuro que viene
En los tiempos que corren muchas cosas están cambiando en lo que se refiere a la producción de alimentos para la nutrición de los seres humanos. Por ejemplo, a las industrias y explotaciones agropecuarias que se dedican al uso de animales para producir alimentos, como carne, huevos y productos lácteos, se le achacan graves implicaciones ambientales, sanitarias y éticas. Se dice, por ejemplo, que la producción ganadera es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero y provocan el agotamiento del suelo, la contaminación del agua, la deforestación y la pérdida de biodiversidad vegetal y animal. También existe preocupación por sus impactos negativos en la salud humana.
Al consumo de carne se le ha demonizado en numerosas publicaciones al confundir un consumo excesivo, con un consumo moderado y variado de diversos tipos de carne. Otro problema que suscita inquietud en la población es el bienestar animal.
Por estas razones, diversos organismos públicos internacionales están implementando una legislación y unas normativas con la pretensión de proporcionar a las generaciones futuras de una alimentación más saludable, sostenible, ética y respetuosa con el medio ambiente.
Yo creo, desde mi punto de vista personal, que la gran mayoría de las explotaciones e industrias del ramo ya han tomado estas iniciativas por cuenta propia. Es un hecho que los animales criados en las condiciones más naturales y ajustadas a su especie son más felices, se crían mejor y dan productos de mejor calidad. Pero las soluciones van por otros derroteros y ya en muchos países se están haciendo grandes inversiones en métodos para elaborar alimentos ricos en proteínas, como alternativas a las fuentes de proteínas animales tradicionales. Estos métodos incluyen plantas, insectos, hongos y sus micelios, células animales cultivadas en enormes estanques y productos de fermentación microbiana. Cada una de estas fuentes alternativas de proteínas tiene ventajas y desventajas en cuanto a sus sabores, texturas, olores, propiedades nutricionales y aceptación del consumidor.
Todos podemos aceptar comernos un puñado de chapulines (saltamontes mexicanos) debidamente cocinados, pero para muchos, incluido el que esto escribe, nos costaría comer unos filetes elaborados de proteínas de moscas negras cultivadas en alguna de las macro fábricas que ya se están construyendo en España.
Para rodear estos inconvenientes se piensa en combinar las diferentes fuentes alternativas de proteínas para crear alimentos híbridos asequibles, gastronómicamente deliciosos, muy nutritivos y sostenibles que puedan competir con los productos cárnicos convencionales. En la actualidad se están realizando numerosos trabajos de investigación en este sentido.
Un estudio publicado en la revista «Frontiers in Science», este mismo año 2025, admite que estos productos híbridos son aún relativamente nuevos, y será necesario abordar importantes desafíos para conseguir la aprobación higiénico sanitaria y la aceptación por el consumidor, antes de que sean comercialmente viables. Esta es una tarea muy compleja y que va a requerir una enorme financiación y la colaboración entre el mundo académico, la industria y los organismos reguladores. Pero, ya saben ustedes, cuando las barbas de tu vecino veas rapar, pon las tuyas a remojar. A mí me va a costar cambiar esta patatera picante con miel que me voy a comer en cuanto termine de escribir este artículo, por unas moscas negras.