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Planta de geriatría del hospital de Liencres, que ha sido trasladada al hospital Valdecilla.
Uno de cada cuatro pacientes que ingresa a diario en Valdecilla tiene más de 75 años

Uno de cada cuatro pacientes que ingresa a diario en Valdecilla tiene más de 75 años

La Dirección explica el cambio de modelo en la asistencia geriátrica para «mejorar la calidad y dar respuesta al anciano allí donde lo necesite, que no siempre será el hospital»

Ana Rosa García

Miércoles, 21 de septiembre 2016, 07:16

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Uno de cada cuatro pacientes hospitalizados en Valdecilla tiene más de 75 años. Suman 10.000 ingresos anuales. La cifra por sí sola sirve de argumento a la Dirección del centro médico para justificar el cambio de modelo asistencial que tiene entre manos, con el que busca «mejorar la atención al anciano y mantener su calidad de vida y estado funcional, pero de manera integral y coordinada».

Todo ello sin perder de vista que el progresivo envejecimiento poblacional dispara el gasto sanitario sin freno -los pacientes pluripatológicos (con más de una enfermedad crónica), que representan un colectivo de 46.500 cántabros, consumen el 80% de los recursos-. De ahí que el planteamiento de futuro se mire también en términos de «sostenibilidad y eficiencia».

«Lo que queremos es potenciar la asistencia al paciente geriátrico y dar respuesta a sus necesidades allí donde lo precisen, que no siempre tiene por qué ser el hospital. A veces lo mejor es que sea atendido en su domicilio, en la residencia en la que vive o en un soporte ambulatorio donde se le controle su evolución. El hospital debe ser la última de las opciones cuando lo demás falla. Lo ideal es no tener que sacar a esa persona frágil de su entorno», explica el director médico, Trinitario Pina.

En esa estrategia, que se irá implantando de forma paulatina -los primeros cambios se verán en un mes-, Valdecilla cuenta con el respaldo del conjunto de especialidades involucradas en el manejo del paciente anciano, desde Medicina Interna a Rehabilitación, pasando por Traumatología y Ortopedia, los servicios quirúrgicos y la Unidad de Hospitalización Domiciliaria. Todos coinciden en que afrontan este «cambio de dinámica» de trabajo como «la oportunidad de enriquecer la asistencia» tanto hospitalaria como ambulatoria.

El primer paso de este plan ha sido el cierre de la planta de hospitalización geriátrica de Liencres, en contra del criterio de sus profesionales. Por eso, Pina aclara que «el servicio de Geriatría no se queda sin camas, sino que sus profesionales van a pasar de atender 28 en una planta a dar respuesta a las necesidades de las más de 800 camas de Valdecilla. Se trata de que sus cuidados lleguen a todos los pacientes que lo requieran, no solo a unos pocos». E insiste en que «es falso que la Geriatría en Valdecilla vaya a desaparecer, como han intentado transmitir, sino que se va a potenciar y diversificar».

Tras el revuelo que ha suscitado el traslado, Pina garantiza que la plantilla «se mantendrá en su totalidad», aunque se van a reorganizar las funciones de sus nueve geriatras. De entrada, en menos de un mes, está previsto poner en marcha un área de consultas externas y de hospitalización de día en Liencres y se incorporará un geriatra en Urgencias.

Se suman los centros del Sardinero, Puertochico e Isabel II

  • plan de atención a la cronicidad

  • El cambio de modelo en la asistencia geriátrica de Valdecilla se enmarca dentro del Plan de Atención a la Cronicidad, elaborado hace dos años con la participación de más de 200 profesionales.

  • Su pilotaje comenzó en los centros de salud de Camargo Costa y Bezana, donde ya están implantandas consultas interpresenciales entre médicos de familia e internistas del hospital.

  • La idea es que los mayores propensos a recaídas puedan ser identificados y tratados de forma precoz para evitar su ingreso hospitalario.

  • «Al plan se sumarán en breve los centros de salud del Sardinero, Puertochico e Isabel II», explica su coordinador, Carlos Fernández Viadero.

  • A principios del mes de octubre está prevista la primera reunión para estudiar la puesta en marcha en el área de Laredo, y para noviembre, en Torrelavega.

En paralelo, se reforzará la Hospitalización Domiciliaria y el apoyo a los centros sociosanitarios (residencias de mayores), porque la idea es «que sean los profesionales los que giren en torno al paciente, y no al revés», subraya el director médico.

Precisamente, uno de los grandes objetivos que persigue el «ambicioso» plan propuesto por la Gerencia, en línea con las directrices de la Atención a la Cronicidad, es reducir las visitas a Urgencias y los ingresos, en favor de la asistencia en el medio comunitario, ya sea a través de los centros de salud o en el propio hogar.

No en vano, el perfil predominante de la Hospitalización Domiciliaria es la población geriátrica. «De los 1.600 pacientes que atendemos al año, el 30% tiene más de 80 años, y más del 60% supera los 65 años», apunta su coordinador, Pedro Sanroma. «Vamos a potenciar la asistencia directa a los centros sociosanitarios. La geriatra de la Unidad se va a dedicar exclusivamente a ello para evitar el paso de estos pacientes por Urgencias», añade.

Coordinados con Primaria

El proyecto de Valdecilla entronca con el Plan de Atención a la Cronicidad de Cantabria, a través de la coordinación entre Medicina Interna y la red de Atención Primaria.

La misión de los médicos de familia -se ha empezado el pilotaje en dos centros-, en contacto con los internistas, es «identificar con nombres y apellidos al colectivo de pacientes más débiles, que con frecuencia se descompensan y terminan en el hospital», destaca el jefe de Medicina Interna, Jesús González Macías.

Estas personas se incluyen en la cúspide de la pirámide poblacional en consumo de recursos sanitarios. «Lo ideal es poder tenerlas localizadas para favorecer su seguimiento, atajar lo antes posible su recaída y evitar su ingreso», subraya.

Se estima que cada médico de familia tendría en su cupo «entre diez y doce pacientes frágiles, la cifra varía en función del envejecimiento de su zona y de si tiene adscrito algún centro sociosanitario», detalla el geriatra Carlos Fernández Viadero, coordinador del programa regional de atención a la cronicidad.

El servicio de Medicina Interna, que anualmente registra más de 4.500 ingresos -el 65% de pacientes mayores de 80 años-, con el apoyo de Geriatría, pondrá en marcha otra de las novedades: la Unidad de Frágiles, en la que se dispondrán cuatro camas específicas en la tercera planta de la Torre B para la asistencia exclusiva del mayor pluripatológico derivado desde Atención Primaria.

Pero el modelo que defiende la Gerencia va más allá. Conscientes de la avanzada edad de los pacientes ingresados y del beneficio del abordaje desde el punto de vista de la Geriatría, se destinará un geriatra como interconsultor de hospitalización, a demanda del resto de especialidades. Además, «se creará una consulta de oncogeriatría, gestionada por un geriatra con experiencia en cuidados paliativos, y otra en el área quirúrgico, para la preparación del paciente de cara a la cirugía programada y a sus necesidades asistenciales a nivel social una vez operado», señala el director médico.

En la atención al paciente geriátrico, Rehabilitación supone otro pilar fundamental. La jefa de servicio, Lourdes López de Munaín, señala que «el 42% de los casos que atendemos tiene más de 70 años, y un 28% son mayores de 80».

Los principales motivos de consulta durante el ingreso son fracturas de cadera y, sobre todo, ictus. No obstante, destaca que «hay un 20% de los pacientes que atendemos durante su hospitalización que no presentan problemas neurológicos ni de aparato psicomotor, sino secuelas del encamamiento prolongado. Por eso, en la atención a la cronicidad, trabajamos para prevenir esa discapacidad».

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