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El islote de la playa de La Arnía está cada vez más pelado de vegetación.

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El islote de la playa de La Arnía está cada vez más pelado de vegetación. Daniel Pedriza

Alarma por la degradación natural de Costa Quebrada

SEO/Birdlife denuncia que el «descontrolado uso público» del litoral provoca erosión y pérdida de vegetación y la proliferación de vertederos ilegales

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Viernes, 25 de agosto 2017, 20:40

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Pasear por Costa Quebrada, el tramo de litoral que discurre entre Santander y Cuchía, permite disfrutar de algunas de las playas y acantilados más espectaculares y salvajes de toda Cantabria: Cabo Mayor, Portio, Cerrias, Covachos, La Arnía, Canallave, Valdearenas... Pero también deja en evidencia un preocupante deterioro de la zona, fruto del «descontrolado uso público», que provoca principalmente erosión y pérdida de vegetación y la aparición de vertederos incontrolados. Así lo denuncia Felipe González, delegado territorial de SEO/BirdLife en Cantabria, que alarma de una situación que se agrava durante el verano, cuando se multiplican las visitas a los arenales. «Urge actuar», manifiesta.

«Es una espacio de mucho uso público, cercano a una zona urbana como es Santander y su extrarradio, que sufre de un uso público masivo y descontrolado, entre lo que se incluyen los aparcamientos improvisados. En muchos sitios no hay un control de accesos regulado hacia la costa, no está canalizada la entrada a las playas, lo que genera un grave daño natural», explica González.

LOS PROBLEMAS

  • Uso público masivo y descontrolado en muchos sitios no hay un control de accesos regulado hacia la costa, no está canalizada la entrada a las playas, lo que genera un grave daño natural.

  • Aparcamientos improvisados hay un acceso incontrolado de vehículos que erosiona los suelos y provoca un efecto de arrastre que acaba con la vegetación.

  • Proliferación de vertederos incontrolados y escombreras otra consecuencia de la «falta de civismo» de algunos ciudadanos.

  • Las especies invasoras con el plumero a la cabeza, son otro de los peligros para el medio natural.

  • Los recogedores de algas SEO/Birdlife denuncia que «campan a sus anchas por todo el litoral, no respetan ni veredas ni nada y dejan algunas zonas con un aspecto penoso».

El responsable en la región de esta organización dedicada a la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, subraya además que el litoral de Costa Quebrada, considerado Zona de Especial Conservación (ZEC), tiene «unos suelos muy frágiles, muy susceptibles al pisoteo y la erosión». La imagen del islote que hay en la entrada a la playa de La Arnía es fiel reflejo de ello: «tenía una buena capa de vegetación pero, al ir subiéndose la gente una y otra vez, se ha generado una erosión que la está barriendo y haciendo desaparecer». El litoral norte de Santander es otra de las zonas, según apunta, donde la erosión natural «es también muy evidente».

Otros de los factores que están provocando la degradación de Costa Quebrada son la proliferación de vertederos incontrolados y escombreras, como sucede en Rostrío; y las especies invasoras, con el plumero a la cabeza, muy visibles por ejemplo en el tramo entre Liencres y Somocuevas. Esta zona se enfrenta a otro problema: los «aparcamientos improvisados», que «destruyen totalmente el suelo». «Hay un acceso incontrolado de vehículos que erosiona y compacta los suelos y provoca un efecto de arrastre que acaba con la vegetación», relata González.

«Hay que entender que una zona como ésta necesita una regulación de sus usos: los vehículos tienen que tener totalmente limitada su circulación, la gente tiene que transitar por una serie de sendas que se habiliten y, sobre todo, en los sitios más frágiles se debe evitar el acceso incontrolado», indica.

El delegado de SEO/Birdlife añade «otro problema» que ha surgido en los últimos tiempos: los «abusos» por parte de los recogedores de algas, «que campan a sus anchas por todo el litoral, no respetan ni veredas ni nada y dejan algunas zonas con un aspecto penoso, como se puede comprobar sobre todo en La Maruca y la Virgen del Mar». «Es otro tema en el que urge intervenir», incide.

En definitiva, la combinación de «malos o inadecuados usos» del entorno natural por parte de los ciudadanos y la «falta de infraestructuras de uso público que canalicen el disfrute de la gente» tiene como resultado la puesta en riesgo de una vegetación que además está protegida por la Unión Europea. «Son hábitats muy escasos, muy concretos, resistentes a la salinidad: vegetación de acantilados y brezales costeros», detalla.

González destaca que si las instituciones y la sociedad «no entienden que la presencia masiva de gente en estas zonas genera consecuencias, nos cargaremos un espacio natural de primera categoría».

De forma paralela, denuncia que este uso público «descontrolado» provoca también «un evidente impacto geológico» -pone de nuevo como ejemplo La Arnía- en un espacio como Costa Quebrada que está catalogado como Punto de Interés Geológico por parte del Instituto Geológico y Minero de España y que, desde 2015, es también considerado como Parque Geológico, una figura que, a través del compromiso de distintas administraciones y colectivos, busca el aprovechamiento turístico de la riqueza de ese tramo costero, plagado de acantilados, arcos, islotes, ensenadas, playas, calas, tómbolos, dunas, flechas litorales y estuarios.

«El Parque Geológico no es una figura legal ni un espacio de conservación, sino una forma de promoción del patrimonio geológico que, como consecuencia, estimula la conservación», describe Gustavo Gutiérrez, miembro del Grupo por la Recuperación de Costa Quebrada.

Infraestructuras verdes

La intención de Felipe González no es prohibir ni restringir los accesos y visitas al litoral de Costa Quebrada. «Ni mucho menos», asegura. Sólo canalizarlos. «Se debe promover la construcción de una infraestructura verde que tenga como objetivo fundamental el disfrute turístico y la conservación de la naturaleza. No se trata de restringir nada, sino de canalizar y regular. Poder ir de Cabo Mayor a Liencres, ya sea en bicicleta o andando, por una senda de uso público bien conformada, que permita disfrutar de los paisajes, es un elemento de interés turístico de primer orden», reflexiona.

Considera que es una infraestructura «que necesita hacerse con urgencia» porque es «la única manera de canalizar ese uso público que está deteriorando muchas zonas de este litoral».

Vertedero incontrolado en Rostrío.
Vertedero incontrolado en Rostrío. Daniel Pedriza

Pero aquí es donde surge un nuevo problema, porque «no todo el mundo entiende las soluciones que hay que tomar de forma positiva», tal y como ha ocurrido con la famosa senda costera de Santander. «Hay susceptibilidades desde distintos sectores que ven estas intervenciones de forma negativa, por lo que es necesario buscar un consenso que satisfaga a todos», recomienda.

González defiende el proyecto de restauración desarrollado en Cabo Mayor desde 2011, un área degradada que sufría los mismos síntomas que Costa Quebrada: acceso descontrolado de vehículos, especies invasoras... «La combinación de la canalización del uso público a través de una estructura que encaminó a la gente a transitar siempre por los mismos sitios y la restauración de suelos, incluida la corrección de las escorrentías que había, ha dado resultados en cuanto a la recuperación de la vegetación», señala.

Inacción

La degradación natural paulatina de Costa Quebrada ha sido denunciada ante las instituciones correspondientes, pero «nadie toma la iniciativa para aplicar soluciones», expresa el experto. El origen de la inacción es que es un espacio que «tiene compartidas muchas competencias»: los ayuntamientos -Santander, Bezana, Piélagos y Miengo-, las juntas vecinales, las consejerías de Medio Rural y de Medio Ambiente y la demarcación de Costas, dependiente del Ministerio. «El problema es de muchos pero nadie termina de resolverlo porque exige una coordinación administrativa importante, lo cual complica la toma de soluciones», detalla Felipe González. «Falta alguien que lidere la iniciativa -continúa-. Ha habido denuncias en varias zonas, tanto por la existencia de vertederos, como por el tema de los accesos o la caloca, pero se echan la pelota los unos a los otros. Todas las partes deben asumir que existe un problema e intervenir de alguna manera».

El delegado de SEO confía en que la extensión de la catalogación de espacio natural protegido del Parque Natural de las Dunas de Liencres, que hasta ahora sólo incluía las dunas y el pinar pero que se va ampliar «de forma inminente» hasta Miengo y la Virgen del Mar a lo largo de Costa Quebrada, «facilitará la toma de conciencia sobre la situación del entorno, obligará a tomar medidas para evitar esta degradación de la vegetación y acelerará los pasos a dar para conseguirlo».

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