«Todos los años pasa lo mismo en La Albericia y aquí no viene nadie»
Vecinos del barrio se quejan de las inundaciones recurrentes, la falta de limpieza de las alcantarillas y la poca presencia de los bomberos
Santander amaneció hoy bajo lluvias torrenciales que dejaron calles, garajes y talleres anegados. Una de las zonas afectadas fue La Albericia, donde los vecinos tuvieron ... que enfrentarse al agua por su cuenta, mientras relatan que «los servicios de emergencia no llegaban o apenas intervenían». Lucía Gutiérrez, dueña de un pequeño taller, describió la escena que encontró desde su casa: «Nos lo hemos encontrado así. Hemos llamado a los bomberos, nos han dicho que no sabían a qué hora iban a venir y han llegado cuando ya se había ido todo el agua». Con ayuda de más personas del barrio, comenzaron a empujar coches y a limpiar el garaje para intentar minimizar los daños. «Yo no he ido al trabajo porque teníamos que sacar el coche. Vino más gente y moviendo entre todos los vehículos los hemos sacado», señala Gutiérrez. Aún así, la repetición constante del problema es lo que más destacan. «Todos los años pasa lo mismo y aquí no viene nadie».
Los vecinos señalan que la inundación es consecuencia de problemas estructurales y de falta de mantenimiento. «El problema radica en que la autovía metieron una tubería que llega hasta aquí, pero como todo aquello de allí no lo limpian, las alcantarillas no chupan y se inunda todo». Además, Manuel Toca, un vecino que barría su garaje, cuenta que «esto pasa porque los desagües desde los que llega la maleza son más grandes que en los que desembocan». La «falta de interés» por el cuidado del sistema de saneamiento se traduce en un ciclo que se repite cada vez que llueve con fuerza. No solo eso, sino que consideran que la acción de los servicios no es la adecuada. «Los bomberos llegaron y preguntaron si había alguna persona afectada o con daños, pero cuando nuestra respuesta fue negativa, se fueron, no hicieron nada más». De ahí, que insistan en su crítica: «Todos ellos van al túnel... aquí han estado cinco minutos nada más». La sensación de abandono se combina con la preocupación por nuevos episodios de lluvia.
«Habíamos llamado a los bomberos y nos dijeron que no sabían a qué hora iban a venir»
Lucía Gutiérrez
Dueña de un taller
El daño material fue significativo. Varias motos quedaron empapadas y otras se salvaron por tener el tubo de escape alto. «Mira, todo esto está para tirar», lamenta Lucía mientras observa lo dañado. Los garajes comunitarios también quedaron afectados. «Asómate por aquí y verás como está todo inundado, y eso que antes estaba peor», destaca otro vecino. El caos se extendió a la calle, hubo cubos de basura que se quedaron en medio del paso para los vehículos y los vecinos también se encargaron de moverlos. «El cubo de basura estaba en la mitad de la calle, los bomberos ni si quiera se dignaron de ponerlo en su sitio. Y claro, aquí siguen pasando coches y motos, que vienen como si no pasase nada porque es lo que estaba haciendo la gente, y al final te comes el cubo», dice Lucía Gutiérrez. Por si fuera poco, algunas alcantarillas se levantaron. «Era peligroso porque dejaban agujeros y se llegaba a ver el agua que no daba para más», explica.
La acumulación de escombros también contribuyó al problema. En este sentido, otro vecino critica la obra del túnel de La Albericia como parte del atasco: «Yo vi meter en su día las tuberías, el problema es que en ese alcantarillado entramos tú y yo de pie, uno encima del otro, imagínate». Y es que todo lo que salía de una alcantarilla se estancaba en un verja frente al garaje inundado. «Toda la mierda va corriendo hasta llegar a esa reja, y como no pasa, ahí se queda y nadie lo limpia».
Lucía Gutiérrez recalca la solidaridad vecinal: «He estado con un amigo ayudando a sacar el agua. Mi marido ha subido a sacar a los perros... desde por la mañana que vimos todo el panorama. Si vuelve a llover, las alcantarillas siguen sucias y vuelve a pasar lo mismo», advierte. Una señora que pasaba se unía a la conversación y hablaba sobre las ratas que merodean por la zona, como consecuencia de la suciedad. «Donde está esa moto, en esa rejilla, hay un nido de ratas. Ahí dentro están calentucas y salen a comer».
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