«Los alumnos son los rehenes» del conflicto salarial en Educación, critican las familias
La comunidad educativa afronta con «incertidumbre» las últimas semanas del mes, con evaluaciones anticipadas, dos tipos de huelga y vacaciones
Hace ya un año que la subida salarial docente ocupa titulares. Y durante todo este tiempo, en el que la Junta de Personal Docente y ... la Consejería de Educación han sido incapaces de alcanzar un acuerdo retributivo, los estudiantes cántabros han vivido tres huelgas de todo el sistema educativo y una por cada inicio de curso. Son ellos, los alumnos, «los rehenes» del conflicto salarial en Educación, a juicio de la Federación que agrupa a las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Cantabria.
Cada paro en las clases implica «falta de normalidad» y, en definitiva, un día perdido en el transcurso del año escolar. Y, mientras tanto, «el currículo es el mismo», por lo que el esfuerzo debe ser mayor «y los más perjudicados son quienes tienen más dificultades», explica José Manuel Torre, presidente de la FAMPA. «El curso se les complica», por ejemplo, con evaluaciones («que deberían ser cualitativas, no a través de exámenes», matiza) aglutinadas «antes del 20 de octubre, porque después pasan dos semanas hasta que se retoma la normalidad». Es, describe, «como cuando tienes un día libre en el trabajo, pero lo que no has hecho esa jornada lo tienes que producir cuando vuelvas».
Las familias, en realidad, afrontan el fin del mes de octubre con «incertidumbre», porque «aún no se sabe cuál es el procedimiento que deben seguir los centros para organizarse de cara a las dos convocatorias de huelga». Una división, por cierto, que a juicio de Torre, «empeora las cosas y provoca que el ambiente esté más revuelto». La situación a la que ha llegado la educación en Cantabria genera debate y diferencia en las opiniones, pero hay algo que comparten las familias y los centros: la necesidad de que se alcance un pacto cuanto antes. Porque, como argumenta Norberto García, director del IES Montesclaros de Reinosa y presidente de la Comisión Permanente de Institutos, «solo nos queda desear que sea la última huelga y que lleguen al entendimiento».
A pesar de que todas las partes han coincidido en la cantidad límite durante meses -la máxima para Educación y «llegando a mínimos» para los sindicatos-, los últimos anuncios de Comisiones Obreras (CC OO) han cambiado radicalmente el panorama del conflicto: vuelven a pedir 325 euros. Mientras tanto, STEC, ANPE y UGT mantienen como reivindicación eliminar la 'Cláusula Silva' (que vincula el acuerdo al suelo presupuestario) del texto. Y la Consejería de Educación también ha movido ficha. Han anunciado que el proyecto de Presupuestos incluirá en el Capítulo 1, el de personal, el primer tramo de la subida salarial. «Parece que Educación asume la responsabilidad y es una buena señal que se haya incluido para que el conflicto termine», asegura García. Y es que, para el director del IES Montesclaros, la reivindicación es «necesaria»: «Es imprescindible una retribución justa para que el funcionariado desempeñe su labor con unas buenas condiciones laborales». Sin embargo, urge la resolución del conflicto «para evitar los paros y remar todos en la misma dirección», porque lo contrario, «solo beneficia a quienes no apuestan por la educación pública».
Para los padres y madres, la inclusión de la partida en los Presupuestos «aparentemente debería ser una solución»; sin embargo, matizan que «el capítulo que aumenta año tras año es el de personal, mientras que no es el único problema que presenta la educación cántabra. Las familias llevamos tiempo reclamando que se aumente el presupuesto de otros aspectos, como para los bancos de recursos o los comedores, por no hablar de la mejora de infraestructuras, que es más que necesaria en muchos centros de la región». Va más allá, Torre cree que con la decisión de incluir la subida salarial en las cuentas, «se presenta una buena oportunidad para que los partidos que han reclamado públicamente la mejora, adquieran el compromiso real y se pueda resolver el conflicto».
Con el final de octubre, llegan a los centros educativos las primeras evaluaciones cualitativas del alumnado. Claustros ordinarios y extraordinarios para determinar qué necesidades existen y cómo es el progreso de los estudiantes. La semana de huelga, a pesar de estar anunciada desde agosto, ha descuadrado la calendarización de los docentes. Y para tratar de abordar las evaluaciones se han llevado a cabo tres fórmulas distintas en cada claustro. «Hay quienes han decidido mantener el calendario con las reuniones en la semana del 20 de octubre. Otros centros han optado por adelantarlas directamente a la semana previa a la huelga. Y, finalmente, hay quienes hemos decidido que lo más democrático era convocar un claustro extraordinario donde debatir y votar si las mantenemos o adelantamos», explica García.
La planificación en la educación es una pieza clave y, tal y como confiesa el director del Montesclaros, «la primera evaluación cualitativa es muy importante». Las familias, por su parte, se quejan de un cúmulo de exámenes y pruebas en la semana previa a la huelga, «y eso que no deberían ser necesarios en este tipo de evaluación». Pero aún hay más: «Cuando los estudiantes todavía no han cogido ritmo, se les adelantan los exámenes». En definitiva, «se está poniendo el curso muy complicado para el alumnado».
La división en las convocatorias de huelga, además de mostrar la ruptura de la unidad de la Junta de Personal, abre la puerta a una nueva posibilidad: las aulas de Cantabria pueden quedarse vacías catorce días. Una semana por el paro de protesta y otra por el primer periodo de vacaciones del curso. Pero lo que es peor, aún se desconoce el procedimiento que deben seguir los centros. «Cumpliremos con los servicios mínimos como siempre, pero todavía no sabemos cómo se establecerán», apunta García. Y ante la posibilidad de que los docentes apoyen los cinco días de huelga y no la fórmula escalonada, tampoco hay respuestas. Precisamente, como aseguran desde CC OO, «cualquier profesor que quiera, tiene la garantía de poder secundar la huelga toda la semana».
El Ministerio acelera la bajada de ratio antes de 2031 hasta Secundaria
El Ministerio de Educación acelera la bajada de ratio antes del curso 2031/32 con respecto al ritmo de la rebaja en Cantabria. Lo anunció la portavoz, Pilar Alegría, que explicó que se aplicará la medida a partir del curso 2027/28, con un máximo de 22 alumnos por aula en Primaria y 25 en Secundaria. Avanzará de forma progresiva, pero no será hasta el periodo 2031/32 cuando la medida se implementará totalmente. La región, mientras tanto, deberá cambiar de marcha en la aplicación de la medida. En el curso actual se ha rebajado la ratio de las clases de 3º de Primaria lo que, «supondría concluir la Secundaria en el curso 2032/33», según los sindicatos.
Es una de las principales demandas de la educación en Cantabria: no hay concentración docente en la que no se reclame la rebaja de ratios. Incluso, hay sindicatos que ya exigen ir un paso más allá: que la ratio dependa de la Atención a la Diversidad. Y así lo recoge el Anteproyecto de Ley del Ministerio de Educación que ha presentado esta semana a los sindicatos a nivel nacional. El texto especifica que los estudiantes con necesidades educativas especiales –como autismo, discapacidad intelectual, TEA o dislexia– contarán como dos plazas a efectos de ratio, para compensar la carga de trabajo del profesorado. En Cantabria, tal y como vienen defendiendo los sindicatos docentes en los últimos meses, el ritmo de la bajada de la ratio establecido por el Gobierno regional es «insuficiente». Han criticado, en múltiples ocasiones, que «con los tiempos de Silva se tardarán diez años en llegar a Bachillerato», mientras que reprochan que «su programa electoral recogía la bajada completa, y ya hemos pasado el ecuador de la legislatura».
Jornada lectiva docente
No es la única novedad educativa que prevé la norma del Ministerio. Otro de los aspectos que recoge es la rebaja de las horas lectivas en la jornada de trabajo de los docentes. En concreto, el Anteproyecto de Ley establece un total de 23 horas semanales para Infantil, Primaria y Educación Especial, y 18 horas para Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, con la posibilidad excepcional de alcanzar las 20 en casos justificados. El resto de las horas, el profesorado no universitario las dedicará a las labores no lectivas, como reuniones, preparación de clases... Es una medida que, a pesar de que en muchas comunidades ya se ha llevado a cabo, supone un «blindaje real», tal y como afirmó Alegría, de la rebaja en las horas.
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