La Bien Aparecida abre el curso político
La presidenta Buruaga anuncia que el Presupuesto de 2026 superará los 3.900 millones de euros. El Gobierno de Cantabria amortizará 390 millones de deuda con cargo a sus propios ingresos | El PRC: «Estamos ante un Gobierno en decadencia que no responde a los problemas de los cántabros» | El PSOE: «Si el PP está dispuesto, vamos a trabajar juntos por mejorar la vida de los cántabros»
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, puso ayer una cifra redonda al Presupuesto de la comunidad autónoma para el año 2026, ... un documento «serio, realista, responsable y expansivo», dijo, que va a superar los 3.900 millones de euros y que su Gobierno ya está elaborando con la finalidad de mejorar la prestación de los servicios públicos esenciales y dar un impulso a la inversión relacionada con la obra pública. En construcción, ese texto será, junto con la nueva Ley de Vivienda, el ariete con el que el Ejecutivo -que en su idea de continuar reduciendo deuda tiene previsto amortizar la que venza en 2026 (en torno a 390 millones de euros) con cargo a sus ingresos propios porque no tiene previsto acogerse a la condonación de deuda ofrecida por el Gobierno central- derribe la puerta de entrada a la segunda mitad de una legislatura «continuista».
Al menos eso dijo la presidenta durante su visita a Ampuero para participar en los actos organizados con motivo de la festividad de la Virgen Bien Aparecida, que cumple 120 años como patrona de Cantabria y que ayer, tal y como tiene por costumbre, reunió a los pies de su santuario a los líderes políticos de la región para desearles un nuevo curso pleno de éxitos.
Según indicó Sáenz de Buruaga (PP), el Gobierno cántabro va a aprobar esta semana, el jueves, el techo de gasto del nuevo ejercicio presupuestario, es decir, «la capacidad de gasto de la que van a por disponer el conjunto de las consejerías del Ejecutivo» y que se va a incrementar un 6% en relación al Presupuesto actual para situarse algo por encima de los 3.500 millones de euros. «Un presupuesto serio, realista, responsable y expansivo», dijo, «que, si incluimos ese capítulo de la deuda, va a rebasar los 3.900 millones».
Ello, «para seguir mejorando los servicios públicos esenciales», especialmente la sanidad, «que va a seguir reduciendo su infrapresupuestación crónica»; la educación, «que va a recibir los recursos necesarios para hacer efectivo el acuerdo con los docentes... si es que se firma», matizó, y el sistema de atención a la dependencia, «área que va a seguir batiendo récords de consignación presupuestaria». Igualmente «vamos a seguir acompañando a nuestro tejido productivo» y «vamos a seguir impulsando la inversión en obra pública, vivienda e infraestructuras».
Todo esto, remarcó la presidenta, «guiándonos por el criterio de la máxima prudencia» dado que «no se prevén ingresos adicionales por parte del Estado, ni para inversiones en marcha ni para afrontar nuevos proyectos, porque todo hace pensar que no vamos a contar con Presupuestos Generales en 2026 y no es posible hacer nada de eso con uno prorrogado».
Y todo esto, reconoció Buruaga, bajo la lupa de la oposición. «Somos plenamente conscientes de que este es un Gobierno en minoría y, por lo tanto, de que tendremos que abrir vías de diálogo y tender la mano a otros para llegar a acuerdos que nos permitan aprobar este presupuesto con los instrumentos que siempre hemos utilizado en este tipo de negociaciones; diálogo, sensatez y sentido de región».
No quiso la líder popular acabar su encuentro con los medios sin subrayar que tanto o más importante que un presupuesto, que tanto o más importante que una ley de vivienda autonómica, «es que Cantabria siga siendo ese refugio sereno de normalidad institucional y estabilidad política y social por la que se caracteriza». El ruido y la crispación, admitió, «no le vienen nada bien a España, no le vienen nada bien a Cantabria», y, por eso «tenemos que hacer, todos, un esfuerzo por intentar huir del frentismo político, de la polarización social, que se lleva por delante lo más elemental, que es la convivencia de todos los españoles y de todos los cántabros».
En desacuerdo con la presidenta, que calificó de «elevadísimo» el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos al comienzo de la actual legislatura, la candidata del PRC a la presidencia de Cantabria en el año 2027, Paula Fernández Viaña, aseguró que Cantabria tiene hoy «un Gobierno en decadencia que no responde a los problemas de los cántabros».
Molesta, la regionalista se preguntó «dónde están los compromisos adquiridos al inicio de la legislatura, no solo con el PRC, sino con nuestros ciudadanos, porque no se están cumpliendo». Apoyada en «hechos objetivos», Fernández Viaña puso en cuestión la buena salud de la sanidad; se preguntó por la educación, «actualmente en pie de guerra»; y se refirió a la situación de la industria, «que dormita»; al PIB, «cada vez menor»; a la falta de suelo industrial que genere puestos de empleo; al medio rural, completamente abandonado»... «¿Y dónde está el papel reivindicativo de este Gobierno con el Estado?», subrayó la regionalista, que volvió a reprochar a los populares «su falta de reivindicación» en materia de financiación autonómica y su renuncia a la quita de la deuda.
Menos áspero con la presidenta, el secretario general del PSOE, Pedro Casares, hizo una llamada a recuperar la buena convivencia en el curso político que viene y del que él personalmente espera mucho más considerando que «se han perdido dos años de legislatura».
Conciliador, a pesar de ese recado enviado a los populares, el líder socialista abogó porque el nuevo ejercicio se desarrolle «en un clima respirable y saludable», algo a lo que están dispuestos a contribuir «el PSOE y el Gobierno de España».
«Tenemos que trabajar juntos para que las prioridades de los hombres y mujeres de esta tierra estén en la agenda política», precisó Pedro Casares, para quien esas prioridades se mueven sobre cuatro ejes fundamentales -«los servicios públicos, el empleo, la vivienda y la convivencia social»- que deben mover todos. «Si el PP está dispuesto, vamos a trabajar juntos por mejorar la vida de los cántabros».
Buruaga desvincula a su partido del ataque a la sede del PSOE
La presidenta del PP en Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, desvinculó ayer a su partido del ataque registrado el pasado mes de abril a la sede autonómica del PSOE, por el que el jueves fueron detenidas dos personas, una de ellas el hijo de la alcaldesa de Santa Cruz de Bezana, la popular Carmen Pérez. «No hay ningún militante del PP implicado», dijo Buruaga, que acusó al socialista Pedro Casares de pretender «rentabilizar» este acto «para seguir generando polarización social», y aseguró que «nadie» ha sido «más tajante, más rotunda y más inmediata» que ella misma al condenar un ataque que la propia Pérez «ha condenado con una valentía y una honestidad con la que todavía no he visto condenar a quien tiene muchas cosas que condenar en su partido».
«Todavía no toca» elegir al nuevo secretario general
La candidata del PRC a la presidencia de Cantabria en las elecciones autonómicas de 2027, Paula Fernández Viaña, compareció ante la prensa apenas unas horas después de que el secretario general de su partido, Miguel Ángel Revilla, asegurara en una entrevista concedida a TVE que no sabe si volverá a presentarse al cargo en 2026 o, por el contrario, se echará a un lado.
Las dudas del expresidente pusieron los focos sobre ella, que entiende que esa cuestión «todavía no toca».
«La unanimidad de todo mi partido es que primero se elegía a un candidato», recordó. En ese sentido, añadió Fernández Viaña, los regionalistas «hemos llevado a cabo un proceso ejemplar de cara a la sociedad de Cantabria y soy la candidata refrendada por los militantes». Pero hasta ahí. «Nos queda modificar nuestros estatutos y elegir a nuestro secretario general en 2026, pero eso todavía no toca».
'Buena madre' aunque llueva o sople el sur
El éxito o el fracaso de toda convocatoria al aire libre depende en una buena medida de la climatología del momento. Por encima de la destreza o la torpeza organizativa, muy por encima, se elevan el sol y la lluvia, capaces de concentrar y dispersar en un punto a miles de personas en cuestión de minutos, como ayer en Hoz de Marrón, donde numerosos peregrinos se congregaron menos tiempo del que la mayoría hubiera deseado para conmemorar la festividad de la Virgen de la Bien Aparecida venerando en su propia casa, el santuario que lleva su nombre, la minúscula talla en la que cabe la patrona de Cantabria desde hace 120 años.
A pie, en bici, en moto, en coche, en furgoneta, solos o en gratas compañías, las de sus familias, sus amigos o sus mascotas, un número difícil de determinar de fieles llegados de todos los rincones de la provincia enfilaron con las primeras luces del día los cerca de seis kilómetros de ascensión que separan la localidad de Ampuero del monte de Marrón, donde, justo hasta el mediodía, recibió un sol magnífico. Fue doblar las campanas anunciando las doce con estruendo y ennegrecerse el cielo ampuerense, que terminó descargando sobre las cabezas de todos cuantos venían por detrás tocando a retirada o refugio bajo paraguas, bajo tejavanas o bajo cualquier cosa que sirviera para protegerse de la lluvia.
Por ejemplo, pancartas, que también las hubo, porque además de ser una 'buena madre', la patrona de Cantabria es también una buena referencia donde ir a reivindicar.
Allí reivindican los fieles sus tradiciones religiosas, culturales y, por supuesto, gastronómicas. Cantabria se baila, se canta, se bebe y se come en la explanada, ayer semidesértica a ratos como consecuencia del mal tiempo, que al final impidió oficiar a la intemperie la santa misa concelebrada por el obispo, Arturo Ros. Allí reivindican los políticos todo lo que han hecho este año y todo lo que a otros les falta por hacer creyéndose en el Parlamento y no en un monasterio sagrado, donde los líderes de los principales partidos se desean lo mejor en el estreno del nuevo curso mientras se lanzan alguna puya para equilibrar. Y allí se reivindican los que se oponen a algo, a los parques eólicos, al fraking, al PSIR de Colindres, a la alta tensión en los pueblos de la región... «Por ahí venían unos médicos con camisetas negras», avisa un peregrino, que dice que no ha visto subir a ningún profesor con camiseta verde.
Los únicos que no reivindican, los únicos que escuchan y callan, son los padres trinitarios, custodios del santuario y de la diminuta imagen de la 'buena madre', que apenas mide 21 centímetros y que ayer, por culpa del mal tiempo reinante durante los actos centrales de la festividad, no pudo escaparse siquiera unos minutos a la explanada del recinto mariano para airearse sobre los hombros de los muchachos de la peña Los que Faltaban.
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