El búnker de la protonterapia de Valdecilla avanza con el hormigonado de las paredes
La constructora Vías ya ha iniciado la colocación del apantallamiento que delimita y estabiliza el terreno antes de dar paso a la excavación
Aún no hay excavación ni brazos de grúa sacando tierra a toneladas, pero el búnker del futuro centro de protonterapia del Hospital Valdecilla avanza. En menos de un año, el emplazamiento ahora perimetrado e invadido por material de construcción debería estar listo para alojar a doce metros de profundidad la máquina de radioterapia externa más precisa, capaz de tratar el cáncer sin afectar los tejidos y órganos sanos (es decir, minimizando los efectos secundarios del tratamiento). Cabe recordar que la unidad de protones de la compañía Varian está terminada desde el otoño de 2024 y esperando en la fábrica en la ciudad alemana de Troisdorf a poner rumbo a Cantabria. Pero los meses han ido pasando y el ritmo de los trabajos se ha demorado más de lo previsto –como apunte, por el camino se ha relevado al arquitecto del SCS encargado del proyecto–. Aún así, desde Sanidad aseguran que los plazos marcados se mantienen y el centro de protonterapia de Valdecilla será una realidad en 2027. La duda es si será antes o después de agotarse la legislatura.
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Ahora, tres meses después de que el propio consejero de Salud, César Pascual, anunciara a pie de obra que, tras los trabajos previos desarrollados –el desvío del suministro eléctrico, una nueva red de saneamiento en el vial de acceso y la modificación de los recorridos interiores de evacuación de las Tres Torres–, la empresa Vías y Obras procedería al hormigonado del búnker, ya se puede comprobar que se ha iniciado la colocación del sistema de apantallamiento que delimita el área de excavación y sirve de contención de las paredes del gran agujero que se abrirá en la explanada situada entre la Torre D de Valdecilla, la Facultad de Enfermería y la casi centenaria capilla del hospital. Una zona en la que ya ha desaparecido todo el montículo de césped que bordeaba la base del edificio de Enfermería. El sistema de pantallas, decidido cuando se descartó el uso de hidrofresa (maquinaria que permite la extracción de tierra de forma continua), consiste en la introducción vertical de una hilera de largos tubos que se rellenan de cemento. Esos tubos ya rodean buena parte del perímetro del futuro búnker, paso previo a la excavación en sí.
Cuando concluya esa fase, la sede de la maquinaria de tratamiento quedará comunicada con la planta menos 4 del hospital, que enlaza con el área de Oncología Radioterápica, donde ya se está preparando la instalación eléctrica. Paralelo al gran pasillo que recorre esa planta sótano (con una amplia superficie hasta ahora sin uso) se ubicarán todas las dependencias que integrarán el centro de protonterapia, que incluye la incorporación de una resonancia magnética y de un escáner (TAC), varias consultas médicas, los despachos técnicos, la sala de reanimación y las zonas de espera, con un espacio para pacientes pediátricos, que se localizará próximo a la recepción del propio centro. Hasta allí se podrá acceder directamente desde la zona del búnker (ala oeste), pero también habrá entradas desde Valdecilla Sur, desde la cara norte-este del hospital (está previsto colocar un ascensor) y desde el servicio anexo a Oncología Radioterápica, el de Medicina Nuclear, donde la idea es habilitar incluso la llegada en ambulancia de los pacientes que acudan a tratamiento.
Para ganar tiempo, mientras se ejecuta la delicada construcción del búnker en medio de un hospital en funcionamiento, y sabedores de la competencia que se abrirá en toda España cuando se instalen también las máquinas donadas por la Fundación Amancio Ortega, desde el servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla se avanza en la formación de los profesionales dedicados a la terapia con protones (se han contratando dos médicos y dos físicos adicionales) y en la programación de los tratamientos con simulaciones sobre casos reales. En esa carrera por ver qué hospital público acaba siendo el primero en tratar a pacientes oncológicos con protonterapia, Cantabria compite sobre todo con Galicia y Madrid (Fuenlabrada), que son en la actualidad las comunidades que tienen las obras más avanzadas, aunque sus máquinas están sin fabricar aún.