Cantabria tiene 4.740 propietarios con más de diez inmuebles, el doble que hace 15 años
El mayor aumento de la acumulación tuvo lugar durante la crisis de 2008 y ahora crece tres veces más rápido la compra de segundas residencias que la de hogares principales
El acceso a la vivienda se ha convertido en la principal preocupación colectiva de los cántabros, en particular, y de los españoles, en general. Por los precios disparados que se encuentran tanto aquellos que quieren adquirir un piso como los que se lanzan al alquiler, pero también por la escasa oferta disponible en ambos mercados. La falta de suelo para nuevas promociones, la proliferación de viviendas en los centros de las ciudades que se destinan al uso turístico y la llegada de compradores de fuera de la comunidad autónoma que eligen Cantabria como segunda residencia son factores que se entremezclan y crean un caldo de cultivo perfecto para aumentar el problema. Problema, para algunos. Porque mientras una parte de la población clama a los poderes públicos para que pongan en marcha soluciones, el número de propietarios con más de una decena de inmuebles en Cantabria no deja de crecer.
El dato
20% de los inmuebles
que se compraron entre enero y junio de 2025 los firmaron extranjeros
Según los datos de la oficina estadística del Catastro de España, existen 4.740 personas –físicas y jurídicas– que acumulan más de diez propiedades urbanas. Aunque en esta categoría se incluyen también otro tipo de inmuebles como naves industriales, garajes o terrenos listos para la construcción –los rústicos, aunque con la Ley del Suelo de Cantabria también son construibles, están en otro apartado–, la mayoría de ellas corresponden a espacios residenciales. Viviendas, ya sean pisos o casas unifamiliares. Si estos individuos pueden considerarse ya como 'grandes tenedores' de vivienda, habría que buscar un término mucho más superlativo para las 362 personas que declaran tener más de 25 inmuebles.
Según los datos del Catastro, hay otras 362 personas con más de 25 inmuebles en la región
La compra de vivienda no desgrava en el IRPF desde 2013 y el pago por estas rentas no es progresivo
El número de segundas residencias es 144.117, el 37% del total del parque de la comunidad autónoma
Los números del Catastro también confirman que, mientras el problema de la vivienda va a más, la acumulación de riqueza en forma de inmuebles también crece. No al ritmo que lo hizo durante los años de la crisis económica que arrancó en 2008, momento a partir del cual se produjo el mayor incremento, pero la línea ascendente es constante. Hasta el punto de que el número de grandes propietarios se ha duplicado en los últimos quince años, ya que hace tres lustros la cifra era exactamente de 2.407 personas.
Consecuencias fiscales
¿Qué consecuencias tributarias tiene la posesión de un gran número de inmuebles en unas mismas manos? Pues la más evidente es que por cada una de estas unidades habrá que hacer frente a un pago anual del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), un gravamen que cobran los ayuntamientos y que puede ser mayor o menor dependiendo de los lugares. ¿Y en la declaración de la renta? Como norma general y con algunos matices, la posesión de inmuebles también generan una «renta inmobiliaria imputada» que debe declararse, aunque la vivienda habitual está exenta y también aquellas que se encuentren arrendadas. El rendimiento imputado se calcula aplicando un porcentaje (generalmente el 2%, o el 1,1% si el valor catastral ha sido revisado en los últimos 10 años) sobre el valor catastral del inmueble. De forma lineal para la segunda vivienda, la tercera, la cuarta... Es decir, las viviendas se declaran e implican tener que pagar más impuestos por IRPF –o que lo que te devuelva Hacienda sea menos–, pero con una menor progresividad que la que se aplica a las rentas del trabajo, donde sí que hay tramos y aporta más quien más tiene. Además, desde 2013 no desgrava la compra de una vivienda debido al cambio legal que introdujo el exministro Montoro durante el primero Gobierno de Mariano Rajoy. Ahora, Alberto Núñez Feijóo plantea recuperarla.
Hay otro impuesto en el que las haciendas estatal y autonómica miran el número de inmuebles: el de Patrimonio, que en Cantabria tienen que pagar aquellos con una renta superior a los 3 millones de euros, ya sea en forma de dinero o de propiedades también con la excepción de la vivienda habitual. El compromiso de María José Sáenz de Buruaga era eliminarlo totalmente por considerar que era un caso claro de doble imposición –que la riqueza ya se distribuye con el IRPF y no hace falta volver a gravarlo– y por entender que los 20 millones de euros que recauda anualmente no supondría un gran impacto en las arcas públicas. Finalmente, rectificó. No porque la jefa del Ejecutivo cambiara de parecer, sino porque ante la avalancha de comunidades autónomas que querían hacer esto mismo, el Gobierno central creó en 2023 el Impuesto Temporal de Solidaridad de Grandes Fortunas para aquellos territorios que suprimieran el de Patrimonio. Y para que el dinero se lo llevara Madrid, se pensó que era mejor mantenerlo y que se quedara en Cantabria.
Como el Gobierno de Cantabria se niega aplicar las zonas tensionadas que recoge la Ley de Vivienda estatal para regular los precios del alquiler, en la comunidad autónoma no tiene consecuencias, pero esta norma también establece obligaciones más severas en cuanto a la fijación de topes de precios –hay un índice fijo y un aumento anual máximo de las cuotas– para los grandes tenedores de viviendas, que se definen como aquellos que posean «más de 10 inmuebles en total o cinco en la misma zona tensionada».
Las estadísticas oficiales arrojan más datos curiosos. Por ejemplo, que el crecimiento del número de segundas –o terceras– residencias en Cantabria es más rápido que el de viviendas destinadas a ser habitadas todo el año. En este caso, los datos los aporta el Observatorio de Vivienda y Suelo del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Apunta a que el número de viviendas principales en la región ha crecido entre 2013 y 2023 un 3,1% hasta situarse en 243.161.
Sin embargo, las viviendas no habituales, en este mismo periodo, han crecido tres veces más rápido. Un 10,3% para ser ya 144.117, con ejemplos como el de Noja, el municipio de España donde más aumenta la población en verano, con picos algunos días de temporada alta de incrementos de 534%. Ahí hay turistas que hacen uso de los establecimientos hoteleros, pero también una parte muy importante de personas que disfrutan de su segunda residencia en la localidad.
PP, Vox y nacionalistas tumban en el Congreso el impuesto a partir de la tercera vivienda
El Congreso rechazó la pasada semana con los votos de PP, Vox y UPN la toma en consideración de una proposición de ley de Esquerra Republicana (ERC) para crear un impuesto progresivo a partir de la tercera vivienda que se iría incrementando en función del número de inmuebles. La proposición de ley contó con el apoyo del PSOE y de Sumar, además a Bildu, Podemos, BNG y Compromís, pero acabó derribada por PP y Vox debido a que Junts, PNV y Coalición Canaria optaron por abstenerse.La iniciativa planteaba un impuesto sobre la acumulación de bienes de uso residencial, aplicable a partir de la tercera residencia y que se incrementa en línea con el número de viviendas. Así, el impuesto progresaba del 4% al 8% y luego al 12%, entre la tercera y la quinta vivienda, respectivamente. A partir del quinto inmueble, se sumaba un 5% adicional por cada nueva unidad.
Por la mezcla de factores, el precio medio de la venta del metro cuadrado se situó en Cantabria a diciembre de 2024 en 1.700 euros, solo por detrás de Madrid, Cataluña, País Vasco y las islas.
En Cantabria, 483.472 personas tienen al menos un inmueble –de nuevo se incluye aquí cualquier inmueble, no solo viviendas– en propiedad. Es decir, una cifra equivalente a casi más del 80%del total de censados. El truco es que ahí están también las personas que tienen escrituras en la comunidad autónoma, pero viven fuera de ella. Más claves en forma de estadística como la del Colegio de Notarios, que certifica que en la primera mitad de 2025, el 20% de las compras de viviendas efectuadas en Cantabria las firmaron extranjeros.