Cantabria suma 305 denuncias falsas y delitos simulados en cinco años
La mayoría son robos o accidentes ficticios para cobrar el seguro. Pocos casos llegan al Juzgado y sólo una cuarta parte acaba en sentencia por la dificultad de probarlo
El pasado mes de agosto, un vecino de Liébana denunció ante la Guardia Civil y la guardería de Montes que un oso adulto se había ... interpuesto en su camino cuando conducía por la Nacional 621. El hombre afirmaba que, al tratarse de una especie protegida, la administración le tenía que abonar los gastos de reparación del vehículo. La Consejería de Medio Rural sospechó desde el principio. Acudió al lugar del supuesto suceso y no encontró indicios de frenada ni de atropello. En cambio, los técnicos sí se percataron de que unos cientos de metros más allá, un turismo había impactado contra una señal. Posteriormente, se detectó que los restos de focos y de la defensa que aparecieron en la calzada eran del todoterreno que, supuestamente, había tenido el encontronazo con el oso.
Este episodio es paradigmático. Un ejemplo perfecto de las simulaciones de delito que se producen en Cantabria ya que, según apunta la Fiscalía en la comunidad autónoma, una parte muy importante tiene que ver con intentos de estafa a seguros, principalmente, pero también a otras instituciones públicas o privadas. A tenor de los datos que maneja el Ministerio Público, en los últimos cinco años se han registrado en la comunidad autónoma 81 casos. La cifra asciende hasta los 305 si se suman también los 224 supuestos de denuncia falsa, otro delito que muchas veces se comete de forma simultánea.
«En un juicio hay muchos testigos de parte. Para que haya falso testimonio tiene que ser algo flagrante»
Ángel González | Teniente fiscal de Cantabria
La Policía Nacional apunta que junto a los asuntos relacionados con falsos accidentes de tráfico, los más comunes son los que se producen por robos con fuerza en pisos o hurtos -suele decirse que es con el método del tirón- de teléfonos móviles de gama alta que realmente nunca se produjeron. En cualquier caso, la intencionalidad es la misma: poder ir con el documento de la denuncia a la compañía de seguros para conseguir un beneficio económico.
Ese es el escenario mayoritario, pero hay otros, como el que recientemente esclareció la Guardia Civil tras identificar a un hombre que después de atropellar a una mujer en la localidad de Sobremazas y no auxiliarla, quemó la furgoneta en Peñacabarga y denunció que le habían robado su vehículo de trabajo. Según los investigadores, simuló que había sido víctima de un delito para tratar de ocultar otro que había cometido previamente. Ángel González, teniente fiscal de Cantabria, añade otro supuesto. El de menores que engañan a sus padres y llevan su mentira hasta los juzgados. Aunque es la excepción, recuerda un caso en que una chica a la que no le bajaba la regla hizo creer que había sufrido una agresión sexual.
«El que es jeta lo es con o sin crisis. Y muchas veces intentan la estafa los que tienen mejores coches»
Néstor Díaz Tresgallo | Asociación Corredores de Seguro
«Las cifras que hay en la comunidad autónoma tampoco son alarmantes», subraya González, aunque también recuerda que muchos de los hechos de este tipo no llegan a la Justicia. «Los peritos pueden tener sospecha, pero de ahí a tener la certeza... Cuando están convencidos, antes de denunciarlo, lo normal es que se ponga en conocimiento del cliente para que retire la reclamación al seguro de forma amistosa», subraya Néstor Díaz Tresgallo, portavoz de la Asociación de Corredores de Seguros de Cantabria, quien también ha vivido intentos de simulación de delitos por parte de empresas o comercios. Desde el que denuncia un robo de decenas de miles de euros hasta el que destruye el establecimiento.
«Lo más común son falsos robos con fuerza en inmuebles o hurtos de teléfonos móviles»
Brigada Judicial de Santander | Policía Nacional
Por su experiencia profesional en Torrelavega, los intentos de simular un delito no aumentaron durante la crisis: «El que es un jeta es un jeta con o sin crisis. Y a veces las empresas o particulares que más dinero o mejores coches tienen son menos honrados y tratan de realizar un fraude o por lo menos rascar más de lo que les corresponde. En cambio el que llega justo a fin de mes suele ser el más honrado». Pero la casuística es múltiple. En su propia empresa tuvo que lidiar con un grupo de jóvenes que alquilaba coches y se las apañaba para provocar accidentes en los que ellos eran la parte afectada. El «típico caso de tirar de cuello». Según explica, el último cambio legal pone más trabas a los que intentan sacarse un dinero a cuenta de una falsa lesión en el cuello. También reduce sustancialmente la cuantía de las indemnizaciones, así que menos personas se arriesgan.
Multas y penas de cárcel
Una vez que comienza la investigación judicial no es sencillo tener pruebas suficientes para demostrar que se ha producido una simulación de delito. De los 81 casos sobre los que trabajó la Fiscalía en el último lustro, 34 acabaron en sentencia. La proporción es menor incluso en las denuncias falsas, con 32 sentencias frente a 224 episodios. La diferencia de este segundo apartado es que el denunciante sí tiene que señalar a un responsable del delito.
Aquí, el uso indebido de la justicia puede atender a muchos motivos, sobre todo de índole personal. Enfrentamientos familiares, vecinales, intención de hacer daño a otra persona... Un ejemplo fácil de comprender es el de las falsas denuncias de violencia de género, aunque las estadísticas demuestran que el porcentaje es mínimo.

La Policía Nacional advierte de que presentar una denuncia falsa tiene consecuencias, conlleva la pérdida de recursos policiales y la contaminación de sus bases de datos. Además, a modo de curiosidad, remarca que en la mayoría de las ocasiones lo realiza una persona sin antecedentes penales. La otra derivada es la de las consecuencias que tienen para el 'mentiroso'. De ser condenado, se enfrenta a penas de cárcel de entre tres meses y dos años (denuncia falsa) o entre seis meses y un año (simulación de delito).
El tercer gran apartado que se enmarca dentro de los conocidos como 'delitos contra la Justicia' es el de falso testimonio. En él incurren aquellos testigos de juicios que en su declaración no dicen la verdad, algo a lo que están obligados. «Tiene que ser algo muy grosero y demostrable. Los testigos muchas veces son de parte y sin falsear la verdad siempre la adornan un poco. No nos referimos a eso. Tiene que ser algo muy flagrante», detalla el teniente fiscal.
En esos casos la denuncia la puede presentar el particular afectado, la Fiscalía que solicita la deducción de testimonio -una copia que lleva al juzgado de guardia- o incluso puede señalarlo el juez en la sentencia del caso en la que haya declarado falsamente el testigo.
La Policía ya tiene la aplicación que verifica que las denuncias son reales
La Policía Nacional de Cantabria ya tiene instalado la aplicación VeriPol, una herramienta diseñada en España que detecta las denuncias falsas interpuestas en casos de robos con violencia e intimidación o tirones, pero no comenzará a utilizarla hasta diciembre. Antes, los agentes tienen que adquirir los conocimientos necesarios para su manejo. Por ello, entre el 26 y el 29 de noviembre, el inspector Miguel Camacho, el compañero del cuerpo y matemático que la ha diseñado, estará en Santander para impartir formación.
La herramienta, cuyo acceso se ha habilitado en todas las comisarías de España, identifica el delito basándose en el texto de la denuncia, por lo que no necesita ninguna información por parte del usuario, y es completamente automática. Se trata de la primera herramienta de este tipo en el mundo y diversos experimentos empíricos demuestran que tiene una precisión superior al 90%, mientras que policías expertos alcanzan una precisión del 75%. El modelo fue probado en 2015 en un conjunto de más de 1.000 denuncias presentadas. La puesta en marcha de VeriPol en la Policía Nacional tiene un doble objetivo: «Por un lado, tiene como misión desalentar a los ciudadanos de presentar denuncias falsas y, por lo tanto, prevenir la comisión de delitos. Por otro, pretende evitar el uso innecesario de recursos policiales, optimizando así el esfuerzo y el tiempo en otras tareas», explican desde el cuerpo. El programa procesa el texto, extrayendo características útiles para su clasificación utilizando técnicas de procesamiento del lenguaje natural. Estas características se pasan a un modelo matemático que estima la probabilidad de falsedad de la denuncia y lo traduce en un porcentaje.
Además, VeriPol extrapola e identifica patrones de comportamiento a partir de los datos, permitiendo entender cuáles son las características que más diferencian las denuncias falsas de las verdaderas. Su creador cuenta que comenzó el proyecto por el «hartazgo» ante el alto número de denuncias falsas que veía a diario.
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