Mario Mañana
Cree más importante mejorar la capacidad y flexibilidad de las infraestructuras que aumentar la generación de electricidad
Frente al empeño por generar cada vez más energía, el catedrático de Ingeniería Eléctrica de la UC Mario Mañana pone el acento en la necesidad ... de mejorar las infraestructuras. Esa debe ser la clave si Cantabria aspira a dar ese salto industrial en el que incluye el proyecto del gran centro de proceso de datos Altamira.
–Dice la presidenta que no puede ser que el centro de datos no salga adelante «porque falta un enchufe».
–Hay que pensar que, si se ajusta a las condiciones de lo que está publicado, requeriría 500 megavatios de potencia. Para que nos hagamos una idea, viene a ser la mitad de lo que produce una gran central nuclear de las que tenemos en España, y además lo requeriría prácticamente de forma constante. Una demanda de este calibre tendría que ser suministrada desde la red de transporte, no desde la red de distribución, y ahora mismo creo que no tenemos en Cantabria ningún nodo que tenga esa capacidad cerca de la ubicación en la que se quiere colocar ese centro de proceso de datos (CPD). Por lo tanto, es un tema que hay que resolver y que requiere reforzar mucho las infraestructuras de transporte dentro de la región.
–Vamos, que no es un enchufe.
–Es una demanda de potencia muy significativa. Para que nos hagamos otra idea, más o menos podríamos estar hablando de más de tres veces lo que consume la factoría de Global Steel Wire en Cantabria.
–Tampoco parece que estén aseguradas las necesidades de energía del futuro centro logístico de La Pasiega...
–El centro logístico es claramente muy intensivo en superficie, pero seguramente no tanto en intensidad energética, en cuanto a consumo. Ahí no puedo opinar porque no he encontrado ningún documento donde se reflejen las necesidades que va a tener ese centro en términos de demanda eléctrica.
–¿Tiene Cantabria el respaldo energético que necesita para ese anunciado despegue industrial?
–La planificación del Ministerio de las infraestructuras que controla, que serían las de Red Eléctrica, se hace a medio plazo: hay un plan que termina en el 26 y luego comienza el siguiente, hasta 2030. Las infraestructuras, sobre todo cuando hablamos de construir nuevas líneas, requieren mucho tiempo, no es algo que se pueda resolver rápidamente. La alimentación del CPD es algo que tiene que resolverse desde la red de transporte, no desde la red de distribución, y es ésa la magnitud de la que estamos hablando; digamos que eso requiere reforzar la red de transporte, y entonces sí que tendría que estar dentro de la planificación de Red Eléctrica, más que desde la planificación de Viesgo. Adicionalmente, las redes de distribución ahora mismo están casi al 85% de su capacidad, prácticamente saturadas. Y la única forma de descongestionar esas redes es introduciendo más capacidad desde la red de transporte.
–El consejero de Industria ha dicho que Cantabria multiplicará por cinco su producción de energía en los próximos años. ¿Es posible?
–Es posible si se autorizan los parques eólicos que están en la hoja de ruta del Gobierno, pero hay que pensar que eso puede tener un cuello de botella si la red no se desarrolla: que Cantabria produzca más energía no está mal, pero si se produce más energía y las infraestructuras no se desarrollan, esa energía no se va a poder integrar en la red. Hay que trabajar en las dos líneas, tiene que haber más parques o más instalaciones de generación, pero tiene que haber también más infraestructuras –líneas y subestaciones–, que son fundamentales. Viesgo está siendo pionera en la digitalización y en la utilización de una técnica que se llama gestión dinámica de capacidad de las líneas, que permite aumentar la capacidad controlando su calentamiento en tiempo real. Es un ejemplo de una distribuidora que en términos técnicos está explotando las redes de una forma muy eficiente y flexible. Pero todo tiene un límite: puedes explotar la capacidad de las líneas de la mejor forma posible, pero si hay un cuello de botella en la conexión con la red de transporte, al final la red de distribución acaba colapsada igualmente.
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–¿Cree que la ampliación de la central de Aguayo será una realidad en un futuro próximo?
–Yo creo que se han dado pasos. Red Eléctrica ha autorizado una ampliación de potencia de la subestación de Aguayo, lo cual es compatible y además se justifica precisamente por esa generación especial, que vendría de una ampliación hipotética. Es decir, desde el punto de vista eléctrico, que es del que yo puedo hablar, sí que se están dando pasos para integrar esa futura generación que estaría producida por el bombeo. Ahora, ¿es necesaria? Yo creo que sí que lo es en el contexto del sistema eléctrico nacional, donde hay un déficit de almacenamiento de energía proveniente de las renovables en periodos de baja demanda. Hay que pensar que este año se ha producido un sorpasso ya de la energía fotovoltaica a la eólica, pero están las dos casi empatadas con unos 30.000 megavatios. Para hacerse una idea, la punta de demanda de este jueves estaba en ese orden, es decir, que si toda la eólica está funcionando a tope, prácticamente cumpliría la demanda; si toda la fotovoltaica estuviera a tope –que solo sucede unos ratos del día–, también. Lo que quiero decir es que ahora mismo tenemos un parque de generación que es mucho mayor que la demanda que tenemos. Lo que sí que parece que estamos teniendo son algunos problemas regulatorios, algunos problemas de gestión de la operación y, sobre todo, necesidades de infraestructura.
–He leído que la región produce el 60% de la energía que gasta. ¿Tiene algún sentido aspirar a la soberanía energética?
–Personalmente creo que para la industria de Cantabria seguramente sería mucho más importante tener unas infraestructuras de transporte y distribución más flexibles, porque el sistema eléctrico nacional tiene potencia suficiente para soportar un incremento de demanda significativo. Me preocupa más esa parte que no la soberanía desde el punto de vista de la generación: hay que pensar además que el precio de la energía se define a nivel nacional, no regional.
–Cambiando de tema, ¿se sabe ya qué pasó con el apagón?
–Parece que un grupo de centrales fotovoltaicas ubicadas en la zona de Extremadura se desconectaron, provocando una desconexión en cascada del resto. La razón que están argumentando las generadoras es que la tensión en la red de transporte era excesivamente alta, aunque Red Eléctrica dice que no. Sí que se produjeron ese día, porque tenemos equipos aquí que lo midieron, oscilaciones de la frecuencia muy significativas. Entonces, se produjo un problema de estabilidad, que acabó generando una subida de tensión en las redes de transporte, lo que acabó provocando el disparo de esas centrales. Hay expertos que dicen que eso se produjo porque había un desequilibrio demasiado importante en el mix de generación, con poca generación basada en sistemas convencionales frente a los renovables. Aunque al principio se dijo que no, luego se ha visto que en los días sucesivos y en los meses sucesivos a este problema el mix ha vuelto otra vez a valores más convencionales en cuanto a la proporción, y esto parece que da un poco más de estabilidad. Quizás habría que tocar alguna cosa en relación a cómo se tienen que comportar cierto tipo de plantas, entre ellas las fotovoltaicas, en condiciones de necesidad de absorber potencia reactiva, que es la forma de controlar el nivel de tensión.
–¿Y podría repetirse?
–A ver, riesgo siempre hay. Es como si alguien le preguntara al médico: ¿hay alguna posibilidad de que sufra un infarto? Pues, hombre, alguna hay, ¿no? Pero entiendo que no, que es improbable. A mí no me ha sorprendido tanto que esto se produjese como que el sistema no fuera capaz de aislar el daño.
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