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El cierre perimetral y el mal tiempo arruinan el puente de San José
Cantabria ·
La clientela local animó las terrazas cuando el sol se asomó, pero se notó la falta de visitantesEl mal tiempo, pese al cambio de estación, y la prohibición de trasladarse de una región a otra hicieron que el puente de San ... José quedara reducido a un fin de semana más bien flojo, teniendo en cuenta además que el viernes no fue festivo en Cantabria.
No puede decirse que fuera una sorpresa: el cierre perimetral que afecta a toda España ya anunciaba poco movimiento para estas fechas, como también augura una Semana Santa de mínimos.
En Santander se notó cierta afluencia de gente durante el fin de semana, principalmente en los establecimientos hosteleros, muy posiblemente relacionado con la reapertura de los interiores de bares y restaurantes, el retraso en el toque de queda y celebraciones como la del Día del Padre. «En todo caso se trata de consumo local, de los vecinos de Santander y del arco de la bahía, y hay que tener en cuenta que esa mejoría en la hostelería se corresponde solo para los que tienen locales grandes, ya que hay otros muchos que siguen cerrados y hasta no llegar al 50% del aforo no podrán abrir», explicó la concejala de Turismo, Miriam Díaz.
«Nuestra ciudad recibe en fines de semana como este muchos visitantes nacionales, un hecho que no ha sido posible con las restricciones de movilidad vigentes. No hay gente de País Vasco, Castilla y León o Madrid, como en este tipo de puentes. Por otro lado, muchos cántabros suelen aprovechar estos festivos para desplazarse a la capital, pasear y disfrutar de nuestros atractivos, y seguramente vecinos de otros municipios se han acercado este fin de semana a la ciudad. El tiempo no ha acompañado demasiado, y eso disminuye también la salida del público de casa, y la situación sanitaria continúa requiriendo el esfuerzo de todos».
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Díaz, no obstante, confió en que los cántabros se animen a visitar la capital durante la Semana Santa y en que este próximo verano «el sector pueda reactivarse, nuestros hoteles y establecimientos hosteleros puedan hacer una buena temporada y se reactive el turismo, que es tan importante para Santander».
El fin de semana también fue flojo en la comarca lebaniega, ya que el anuncio del mal tiempo hizo que bajase el número de turistas que se acercaron a visitar los pueblos de los diferentes municipios, según informa Pedro Álvarez.
Nieve en Fuente Dé
El frío y el agua del viernes continuó el sábado con temperaturas bajas, y los negocios hosteleros con terraza lo notaron considerablemente. El teleférico de Fuente Dé también sufrió la falta de viajeros, ya que en las inmediaciones de la estación superior hubo entre veinte y treinta centímetros de nieve, y en localidades como Pido y Espinama se cubrieron las calles con una pequeña capa. No obstante, las previsiones de nieve entre 600 y 800 metros no se cumplieron en la comarca, y solamente se notó en las cumbres altas.
Este domingo, mejoró el tiempo y vecinos y visitantes ocuparon las terrazas de la villa de Potes, disfrutando de una mañana mucho más agradable que en días anteriores.
Suances también estuvo «tranquilo», según contó su alcalde, Andrés Ruiz Moya. «Por curiosidad me he dejado caer por la zona, y no había mucha gente», algo que achacó tanto al cierre de Cantabria, que ha impedido la llegada de turistas, como al mal tiempo. «Los bares y restaurantes ahora tienen un poquitín más de margen con la apertura de interiores, y respiran ligeramente, pero las terrazas, con un tiempo prácticamente de invierno lo tienen complicado, por muchas carpas que hayan instalado algunos».
La misma «incertidumbre» se plantea para Semana Santa. «Está por ver, aunque no creo que haya mucha afluencia: el panorama no pinta bien precisamente, y la gente es consecuente y responsable».
Habrá que esperar para volver a ver las calles de Santillana del Mar con riadas de gente. El puente, desde luego, fue muy flojo. «No se ha notado absolutamente nada, casi menos que otros fines de semana anteriores», reconoció Ángel Rodríguez, regidor de la villa. «Estamos esperando a que llegue la reapertura, porque dependemos mucho de los visitantes de fuera. Nuestro pueblo no tiene mucho turismo regional y hay que intentar trabajar sobre ello: ya he mantenido una reunión con comerciantes y hosteleros, porque sí que hay preocupación».
Para las próximas fiestas, Rodríguez espera más de lo mismo. «Calculo que la Semana Santa más o menos será como lo que hemos visto ahora. Con las vacaciones de los niños y las visitas al zoo y la Neocueva habrá algo más, pero la apertura sigue siendo muy importante, aunque el cierre esté justificado por la situación en la que estamos».
En Laredo sucedió otro tanto, ya que la localidad acusó el cierre de la frontera con los asiduos del vecino País Vasco, donde San José sí fue festivo. Esa circunstancia obligó al Ayuntamiento a reforzar la plantilla de la Policía Local a fin de asegurar que la prohibición del tránsito entre ambas regiones se cumpliese.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Juan José Revuelta, indicó que, «como resultas de distintas actuaciones de control e identificación se han interpuesto algunas denuncias, en algún caso por incumplimiento de la normativa sanitaria en lo relativo a la obligación de uso de mascarillas de protección y, en menor medida, como resultado de la no justificación fehaciente de estancia en el término municipal por parte de vecinos no residentes en Cantabria».
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