Los contagios y la incidencia del covid repuntan levemente en Cantabria
Ni los hospitales ni la UCI registran nuevos ingresos
Los datos que miden el covid-19 en la región experimentaron este martes un vuelco hacia arriba dentro de esa calma en la que se instalaron en el último tramo de mayo. Se registraron 52 nuevos positivos (frente a la treintena de los días anteriores) y las incidencias acumuladas a 14 y siete días están de nuevo al alza, pero es pronto para hablar de tendencias porque, desde que se dio por superada la cuarta ola en Cantabria, los contagios se han subido en una montaña rusa: hoy ascienden, mañana caen.
La información -facilitada este miércoles por Sanidad- recoge tres buenas noticias: el número de hospitalizados no aumenta (siguen siendo 31, igual que el día precedente) y tampoco se incrementa el de personas que requieren cuidados intensivos (siguen siendo seis), con lo que la ocupación de camas hospitalarias no se mueve de un «bajo» 2,3% y la presión sobre la UCI se queda en un manejable 5,7%. En Valdecilla atienden esta jornada a 23 pacientes de coronavirus mientras que, en Sierrallana y Laredo, supervisan a cuatro personas, respectivamente.
Además, no se han registrado fallecimientos en las últimas horas (la cifra se mantiene en las 569 personas desde el inicio de la pandemia) y el progresivo desaceleramiento del número de muertos se atribuye a que la campaña de vacunación va ganando terreno al covid: es cierto que éste infecta a mayor porcentaje de personas jóvenes, pero este grupo de edad se ha demostrado capaz de superar la enfermedad con menores complicaciones que los mayores, lo que se refleja cada día en la evolución de los gráficos de Sanidad.
En este contexto esperanzador no hay que perder de vista, sin embargo, que hoy 2.090 personas están en cuarentena domiciliaria en Cantabria, ni que las incidencias acumuladas a 14 y siete días están, respectivamente, en los 86 y los 46 casos, que son niveles medios.
Tampoco Santander está para celebraciones, ya que el último semáforo sanitario reflejó que ha subido un escalón en el nivel de alerta de contagios y los santanderinos han pasado de correr un riesgo bajo a correr un riesgo medio. Esto conlleva mayor control de aforos en los establecimientos públicos. En Noja, Santoña y Corvera de Toranzo, la población encara un peligro mucho mayor de contraer el virus, ya que se han situado en riesgo «muy alto», lo que significa limitaciones para sus vecinos que, por ejemplo, no podrán consumir en el interior de los locales de hostelería durante toda una semana.