Un déficit histórico de infraestructuras de comunicación que lastra la competitividad
El Puerto reclama buenas conexiones con la Meseta, Madrid y Bilbao para el transporte ferroviario de mercancías
El histórico déficit de infraestructuras de comunicación de Cantabria también hace mella en la competitividad del Puerto de Santander, y no parece que esta desventaja ... vaya a encontrar solución para 2030. Las obras de la autovía hasta Burgos seguirán inacabadas en esa fecha, aunque se hayan abierto nuevos tramos a la circulación. A día de hoy, sólo han entrado en servicio 22 de los 71 kilómetros que, en un futuro, sumará este nuevo vial, un proyecto que en su larga historia se ha encontrado con muchas piedras en el camino –primero la crisis económica de 2008, después la quiebra de alguna de las adjudicatarias y en medio una falta de impulso político de los gobiernos de distinto signo– y que tendría que haberse inaugurado al completo hace casi dos décadas.
En cuanto al tren, se prevé, si no surgen nuevos convenientes, que para entonces el AVE haya llegado hasta Alar el Rey. Al tiempo, se habrá avanzado también en la autopista ferroviaria Santander-Madrid, que permitirá aumentar la capacidad del transporte de mercancías. En cuanto a la conexión rápida con Bilbao, eso seguirá siendo un sueño la próxima década. «Desafortunadamente, no jugamos todos en la misma liga», admite el presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz.
Respecto al transporte ferroviario de mercancías, «desde el Puerto de Santander reivindicamos de manera continua que el Gobierno central agilice las conexiones con la meseta y con Madrid, por una parte, y con Bilbao por otra, ya que seguimos sin poder competir en igualdad de condiciones con otros puertos».
«Mientras puertos como A Coruña, Gijón y Bilbao están conectados con el corredor ferroviario atlántico dentro de la Red Básica y, por lo tanto, con un horizonte 2030, la conexión ferroviaria de Santander con Palencia se encuentra enmarcada dentro de la Red Básica Ampliada con un horizonte 2040 y, encima, su ejecución se está retrasando. A esto hay que sumar la situación de incertidumbre en que se encuentra la conexión ferroviaria con Bilbao, lo que nos resta todavía mayor competitividad». Precisamente, el proyecto del tren rápido a Bilbao –el actual, sólo para pasajeros, tarda tres horas en recorrer los cien kilómetros que separan ambas ciudades–, sigue sin dar pasos firmes, que son los que exige la Autoridad Portuaria.
«La conexión por ferrocarril con Bilbao para mercancías –defiende Díaz– es irrenunciable para nosotros. Es nuestra oportunidad para ampliar nuestro 'hinterland' accediendo a un mercado nacional e internacional que, de otra manera, quedaría fuera de nuestro alcance. No podemos –ni queremos– conformarnos con ofrecer a nuestros clientes opciones limitadas cuando podemos aspirar a llegar a Francia, al Valle del Ebro y al Mediterráneo. Además, entendemos que, para las frecuencias previstas en el estudio informativo, los servicios de mercancías son absolutamente compatibles con los de pasajeros. Tenemos claro y defendemos que las mercancías pueden contribuir a incrementar la rentabilidad económica y social de esta línea ferroviaria».
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