Los días de vigilancia sin sol ni bañistas
Los socorristas mantienen la guardia alta pese al mal tiempo y aprovechan las horas para hacer simulacros en la playa y revisar equipos
Una mañana gris, con lluvias persistentes y el mar más movido de lo habitual en agosto, dejó ayer en la Segunda Playa de El Sardinero ... una estampa otoñal. El arenal está prácticamente desierto, a excepción de unas pocas personas que pasean y practican deporte. Aun así, eso no es excusa para bajar la guardia. En el acceso principal a la Segunda Playa, en torno al puesto de urgencias, los socorristas de Cruz Roja siguen alerta y trabajando, eso sí, con más tranquilidad que en los días soleados.
En general, estos socorristas son jóvenes, muchos de ellos estudiantes que aprovechan los meses de vacaciones para trabajar en una temporada de salvamento que en las playas de Santander dura tres meses, desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre. Allí se encuentran Javier Martos –socorrista de embarcación–, Raquel Barquín –socorrista en playa– y Julio Díaz, responsable del operativo en la zona de El Sardinero, quienes dan a conocer cómo se adapta su trabajo en jornadas grises como la de ayer.
«Cuando hace buen tiempo somos tres en la torre, con dos personas en constante vigilancia a pie de playa, turnándonos. Pero en estos días, si la lluvia es ligera, aguantamos en la playa; si arrecia nos resguardamos en el puesto, aunque siempre con alguien que controla el agua», explica Raquel, que este verano se estrena en las playas. «Más o menos, cada media hora salimos a vigilar directamente, aunque no haya bañistas a la vista».
Las frases
Responsable operativo
Julio Díaz
Julio Díaz Responsable operativo «Este verano está siendo similar en cuanto a incidencias, aunque con un repunte de las leves»
Socorrista de embarcación
Javier Martos
«Cada año viene más gente a las playas de Santander, principalmente entre el 15 de julio y el 15 de agosto»
Y es que lejos de bajar la guardia, los socorristas aprovechan los días de lluvia para hacer simulacros y revisar los materiales. Tareas importantes que en días de más afluencia no tienen tiempo de atender. «Hacemos simulacros de RCP, repasamos el uso de equipos médicos, revisamos los botiquines de la ambulancia, practicamos cómo subir a una víctima a una lancha…», detalla Julio, con varios veranos de experiencia en tareas de salvamento. «Se trata de estar listos para cuando realmente hace falta».
Mayor afluencia
En lo que respecta a la afluencia de público, destacan que este verano, con más días de sol y playa que el anterior, que fue «bastante lluvioso», la presencia de vecinos y turistas en las playas santanderinas ha aumentado de forma considerable: «Cada año se ve que viene más gente, esto parece la nueva Ibiza», bromea Javier Martos, al tiempo que señala que las semanas más intensas han coincidido con la segunda quincena de julio –Semana Grande– y la primera de agosto.Esa mayor afluencia está relacionada con el ligero repunte de incidencias leves. Julio Díaz asegura que, en general, el verano está siendo «similar a otros años» en cuanto al número de incidencias en el mar, aunque con un matiz: «Ha habido más rescates y evacuaciones al hospital que el año pasado, pero en general, por causas leves». Las situaciones más comunes, detallan los socorristas, han sido picaduras de medusas y heridas sin gravedad, así como alguna hipotermia o traumatismos puntuales. «También alguna hipotermia, paradójicamente, por calor», comentan, «la gente a veces se expone demasiado al sol sin hidratarse».
El fenómeno de las carabelas portuguesas ha vuelto a generar cierta alarma una temporada más, aunque hasta ahora no han provocado incidentes graves más allá de poner la bandera amarilla algunos días puntuales en las diferentes playas de El Sardinero, pero sin llegar al cierre total como sí que se vio durante una jornada en Santoña. «Este año han aparecido más, se empiezan a ver en las tablas de las mareas y ya hemos tenido alguna picadura, pero nada serio», aclara Javier.
El dispositivo de Cruz Roja en las playas cántabras moviliza este verano a unos 300 profesionales distribuidos por 14 municipios del litoral. Solo en Santander, entre socorristas, técnicos, patrones y personal sanitario, la plantilla ronda las 90 personas. El servicio, que cubre todas las playas de la ciudad –excepto Molinucos–, ha ampliado este año su horario: en julio y agosto opera de 10.00 a 20.00 horas, con presencia desde primera hora en las playas de El Sardinero y La Magdalena.
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