Diavida traspasará a su sustituta las ambulancias y todo el equipamiento y se irá sin indemnización
Las empresas que opten al contrato de emergencia deberán presentar sus ofertas la próxima semana y la previsión de Sanidad es que el relevo se realice a comienzos de septiembre
Septiembre debería comenzar con una nueva empresa conduciendo las ambulancias del transporte programado del Servicio Cántabro de Salud (SCS). Esa es, al menos, la ... previsión de la Consejería que dirige César Pascual (PP), que ya ha sacado adelante la rescisión por mutuo acuerdo con la adjudicataria valenciana Diavida -se aprobó ayer en Consejo de Gobierno-, que acepta el traspaso de toda su flota de ambulancias y del equipamiento desplegado en Cantabria desde su llegada el 1 de octubre de 2024. Las condiciones económicas de esa cesión de vehículos e instalaciones (naves, taller, depósitos...) aún se están perfilando, pero es la premisa que deben asumir las potenciales sustitutas, que tendrán que hacer sus números para presentar sus correspondientes ofertas al contrato de emergencia del SCS que facilitará el relevo.
Esas negociaciones, según ha podido saber este periódico, se han centrado en dos direcciones: Autransa-HTGroup, antes Ambuibérica, que ya ha traído incluso ambulancia de refuerzo a su base del Polígono de Candina; y Sanir, la alianza de Alsa y Transinsa, que también ha mantenido conversaciones con los responsables de Diavida para conocer a fondo las circunstancias de la prestación.
Las claves
Más ambulancias
La nueva adjudicataria deberá corregir los fallos del servicio y ampliar la flota actual de vehículos
Impacto económico
El contrato de emergencia subirá, como mínimo, 1,2 millones, que fue la bajada que asumió Diavida
Relevo
Las negociaciones se centran en dos empresas: HRGroup (Autransa) y Sanir (Alsa y Transinsa)
Trabajadores
La nueva adjudicataria, como establece la ley, debe subrogar a la plantilla del transporte programado
En un principio también mostraron interés otros dos grupos del sector, Servicios Sociosanitarios Generales (SSG), que perdió el concurso frente a Diavida el año pasado, y Tenorio. Así las cosas, la cuenta atrás de la firma valenciana en la región ya es cuestión de días. La próxima semana las dos potenciales candidatas deberán formalizar sus propuestas y será la Consejería de Salud la que decida cuál coge las riendas de las ambulancias del transporte no urgente, que es el que se encarga de los traslados para tratamientos (diálisis, quimioterapia, rehabilitación...) y de devolver a casa a los pacientes que precisan ambulancia tras recibir el alta hospitalaria.
«La voluntad del Gobierno es que los vehículos e instalaciones de Diavida pasen al siguiente adjudicatario, pero esto siempre debe producirse en condiciones aceptables para la Administración», indicó ayer Pascual, que cuenta que «la mejora del servicio», que ha estado salpicado de incidencias y conflictos laborales en estos diez meses de actividad, conllevará inevitablemente el encarecimiento del contrato de emergencia. Como mínimo, subirá 1,2 millones de euros, que fue la bajada sobre el precio de licitación que permitió a Diavida ganar a la firma de SSG (Digamar). Pero es más que probable que el incremento sea aún mayor. Aunque oficialmente no se han dado cifras, la cuantía extra de la que se habla en los despachos del SCS podría llegar a los 3 millones de euros. No en vano, la compañía que asuma el trabajo que deja Diavida estará obligada a aumentar la flota de ambulancias (a las 54 actuales tendrían que añadirse entre 8 y 10 más para cumplir con los tiempos fijados en los desplazamientos de pacientes y evitar los retrasos), lo que implica también crecer en personal. Como establece la ley, la plantilla será subrogada.
La salida menos mala
El informe del Consejo de Estado, que frustró la rescisión unilateral por parte del Gobierno de Cantabria, ha permitido a Diavida negociar la salida menos mala, aunque se irá sin indemnización alguna. Al tratarse de una salida pactada, no cabe lucro cesante. Venderá su negocio en Cantabria y pondrá fin a una aventura empresarial que solo le ha dado disgustos. Otra cosa es qué porcentaje de la inversión realizada podrá recuperar.
Las cifras
3 millones
es la estimación de lo que puede encarecerse el contrato, contando la bajada de 1,2 millones que asumió Diavida.
11,9 millones
de euros fue la oferta con la que Diavida ganó a SSG el contrato en 2024, cuya duración iba a ser de dos años.
Según sus propias cuentas, para sacar adelante el contrato del SCS, valorado en 11,9 millones de euros para dos años, invirtió 4,8 millones en ambulancias y equipamiento, una cuantía a la que hay que sumar el acondicionamiento de sus cuatro bases -en la de Revilla de Camargo, que es la sede central, se habilitaron vestuarios, lavandería, taller, depósitos y el centro coordinador-. En total, cerca de 6,5 millones, como cifró la concesionaria a principios de julio.
Ni siquiera el espaldarazo del dictamen, que concluyó que no había motivos justificados suficientes para romper el contrato iniciado en octubre, le hizo replantearse su continuidad. «No queremos seguir donde no nos quieren», fueron las palabras que el gerente, Antonio Moreno, trasladó tanto a este periódico como a su equipo de confianza antes incluso de conocer que el Consejo de Estado le daría la razón. De hecho, la propuesta para pactar la rescisión partió de la propia compañía cuando comprobó que no había forma de remontar una situación marcada por la fuerte oposición sindical -agravada por el persistente retraso en el pago de las nóminas- y la presión de los expedientes sancionadores por incumplimientos -al mes de llegar ya tenía abierto el primero, valorado en 113.000 euros-.
El acuerdo aprobado ayer por el Consejo de Gobierno, no obstante, «queda en suspenso hasta que se haga efectivo el relevo», como precisó el consejero. «Una vez aclarado el traspaso de activos, se hará una resolución de emergencia para transferir el servicio a una nueva empresa». Y el horizonte en el que se trabaja es que todo esté resuelto para el 1 de septiembre. En todo caso, esta será una solución provisional que se prolongará durante año y medio, aproximadamente, hasta la adjudicación de un nuevo concurso que volverá a unificar en un mismo contrato el transporte sanitario urgente y el programado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión