Lo que un edil une, que no lo separe nadie
Cinco concejales de Cantabria relatan sus experiencias y algunas anécdotas de lo más variopintas tras oficiar decenas de bodas civiles
Si están pensando en casarse por lo civil en Santander -bien en el Consistorio o en el Palacio de la Magdalena, el lugar con ... más encanto-, el Ayuntamiento cuenta con los servicios de una concejala, Miriam Díaz, que presume de tener un 'certificado' de seguridad y garantía en la duración de los matrimonios. Es decir, que los que se casan con ella no se divorcian. Al menos eso es lo que comenta -en tono jocoso- cada vez que oficia una boda. Y lleva más de un centenar desde hace seis años, cuando accedió al equipo de gobierno. «Es una de las partes más bonitas de ser concejal», apunta, al tiempo que deja claro que «los ediles no cobramos por este tipo de servicio». Una función que comparte con la alcaldesa, Gema Igual, que ayer mismo ofició un enlace en La Magdalena.
La primera experiencia de Díaz no pudo ser más intensa: tuvo que casar a once parejas en un día. «Y lloré en todas». «Ahí me di cuenta de la diversidad que hay, las distintas maneras de celebrar un enlace y lo importante que es que los novios personalicen su boda». Hasta tal punto llega esa diversidad que recuerda que ofició un enlace en el que los novios venían con una vestimenta ambientada en el Señor de los Anillos. «Eran muy fanes».
Con el paso de los años y a base de ver tantas parejas, Miriam ha desarrollado una «habilidad sensorial» que le permite «predecir» o «ver» que una pareja «va a durar para siempre» o «si se quieren de verdad» o «si no hay mucho amor entre ellos». «Lo detecto a la primera, al ver cómo se miran, se tocan, se emocionan...», apunta la edil, que cree que una boda civil puede ser «igual de especial» que una religiosa.
«En las ceremonias siempre digo que tengo un 'certificado' de garantía y duración de los matrimonios. Nadie se separa después»
Miriam Díaz
Concejal de Santander
«Una vez tuve que oficiar una boda falsa porque no llegaron los papeles del juzgado. Los invitados no se enteraron. Después se celebró la oficial»
Teresa Noceda
Alcaldesa de Comillas
«Suelo casar de oficio, pero me gusta porque es un momento muy importante en la vida de las personas. Siempre recito una poesía de amor»
José Luis Urraca
Concejal de Torrelavega
Si con el paso de los años la edil santanderina ha recopilado decenas de experiencias y anécdotas, la alcaldesa de Comillas, Teresa Noceda, la supera con creces después de 18 años oficiando enlaces. «He perdido la cuenta de las bodas que he podido presidir». Muchas de ellas en el salón de plenos del antiguo Ayuntamiento, «un lugar muy bonito, con solera». A diferencia de Miriam Díaz, la regidora de Comillas reconoce que algunos de los matrimonios se han roto después. «Pero no muchos».
Entre las numerosas parejas que ha unido, Noceda recuerda la del periodista de El Mundo y escritor David Guistau, fallecido en febrero de 2020 a los 49 años, que se celebró en los jardines del Palacio del Duque. «La novia era argentina y su familia no pudo venir. Recité un poema de Mario Benedetti, uno mis poetas favoritos, y ella se puso a llorar. Me emocioné tanto que tuve que parar un rato la boda», apunta la regidora, que no sabe por qué la mayoría de la gente, incluso de fuera, quieren que les case ella.
«Intento personalizar las bodas», cuenta, al tiempo que recuerda otro enlace que se tuvo que celebrar dos veces porque no llegaban los papeles del juzgado. «Como lo tenían todo preparado les dije que hacíamos una boda falsa y que luego les casaría otro día. Lo hicimos sin que lo supieran los invitados», comenta.
«Escenarios ideales»
También el alcalde de Alfoz de Lloredo, Enrique Bretones, acumula unas cuantas ceremonias en los 18 años que lleva casando en su municipio, donde hay dos atractivos: que no cobran ninguna tasa por ceremonia (en otros municipios ronda entre los 100 y los 350 euros) y los espectaculares paisajes. «Más que por mí, aunque reconozco que soy un poco poeta (se ríe), yo creo que la gente quiere casarse aquí por los escenarios ideales que tenemos y porque no cobramos». Y no exagera nada, puesto que en el entorno del acantilado de El Bolado se han rodado películas como Altamira, Diecisiete o El color de la nubes, además de algún anuncio.
En ese espectacular paraje, el alcalde ha vivido infinidad de anécdotas. «Desde una boda en la que se voló, por el viento, el acta matrimonial y se cayó por los acantilados, hasta otra en la que tuvo que esperar unas dos horas a los novios porque se despistaron haciéndose fotos». «En otra boda el novio apareció con una borrachera curiosa tras haber estado de fiesta, y se quedó dormido en un banco de los bajos del Ayuntamiento. Le tuvimos que despertar y subir como pudimos», cuenta.
«Un novio apareció con una borrachera curiosa y se quedó dormido en un banco del Ayuntamiento. Le tuvimos que despertar para celebrar el enlace»
Enrique Bretones
Alcalde de Alfoz de Lloredo
«En la primera boda que oficié, el novio, que era mi amigo, se presentó con falda escocesa porque le gustaba mucho la película de Braveheart»
Julio Ruiz
Concejal de Reocín
Anécdotas graciosas también acumula el concejal de Reocín Julio Ruiz tras seis años oficiando enlaces civiles. En la primera boda que presidió, el novio, que es amigo suyo, se presentó con una falda escocesa «porque le gustaba mucho la película de Braveheart». «La verdad es que me chocó». Al igual que le sorprendió una pareja de fuera, a la que no conocía de nada, «que se presentaron en chandal el día de la boda, en Navidad». Ruiz asegura que las razones por las que los vecinos quieren que les case él son «porque a muchos les conozco de toda la vida y porque parece que lo hago bastante bien y se ha corrido la voz». «Me lo curro mucho y lo personalizo, recurro a alguna anécdota, chiste o metáforas», detalla.
El caso del edil de Medio Ambiente de Torrelavega, Jose Luis Urraca, es diferente, puesto que actúa «de oficio», aunque reconoce que le «gusta» lo de casar «porque es un momento muy importante en la vida de las personas». «Al final de la ceremonia siempre recito una poesía sobre el amor». Como anécdota recuerda el enlace de una pareja que llevaban juntos 50 años.
La pandemia redujo el número de bodas civiles el último año
Los enlaces matrimoniales han sido uno de los numerosos eventos que se han visto afectados por la pandemia en el último año, como consecuencia de las estrictas restricciones.
Este año los ayuntamientos de la región han ido recuperando poco a poco estos eventos, aunque han tenido que ajustarse a las limitaciones que había en cada municipio en función del nivel de riesgo en el que se encontrasen en el momento de la celebración.
En el caso de Santander, la edil de Turismo, Miriam Díaz, asegura que a casi una decena de parejas les dieron la opción de casarse dos veces. La primera y oficial, más íntima, con los dos testigos, y una segunda con más gente y aforo. «Les comentamos que si por alguna circunstancia personal necesitaban el certificado de matrimonio, que les facilitábamos el trámite», apunta.
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