Los ganaderos, «vigilantes, pero tranquilos» ante el brote peste de porcina en Barcelona
Aunque el sector es minoritario en Cantabria, sólo hay siete granjas que alberguen más de 25 animales, los criadores muestran «cierta preocupación» si el foco sale de Cataluña
La reaparición de la peste porcina africana tras más de tres décadas de ausencia en España ha alertado a todas las comunidades autónomas. Aunque el ... foco está actualmente localizado en una sierra de Barcelona, donde ayer se confirmó la muerte de nueve jabalíes por esta enfermedad altamente contagiosa para la que además no hay vacuna, las autoridades cántabras han activado «todas las medidas de control» para reforzar la bioseguridad. Aunque en la región la actividad porcina es prácticamente residual, los profesionales que se dedican a la cría de cerdos aseguran encontrarse «vigilantes, pero tranquilos».
Cantabria cuenta con 119 explotaciones dedicadas al porcino, y sólo siete de ellas albergan más de 25 ejemplares. Aquí no existen las macrogranjas con miles de cerdos tan habituales en Cataluña, Aragón, Murcia o Castilla y León. De hecho, el último dato publicado por el Instituto Cántabro de Estadística (Icane), revelaba que a 30 de junio se contabilizaban únicamente 1.082 cerdos en la Encuesta Ganadera de Ganado Porcino: 713 eran ejemplares para cebar (mayores de 50 kilos), 209 eran cerdas reproductoras y sólo había 29 verracos (cerdos machos).
A pesar de la reducida población, la consejera del ramo fue contundente el lunes, cuando fue preguntada por el asunto. «La aparición de un foco de peste porcina en Barcelona es un hecho grave que exige la máxima vigilancia», afirmó María Jesús Susinos antes de subrayar: «Pero Cantabria mantiene un riesgo controlado y está adoptando todas las medidas de control». No quiere que un posible avance de la peste coja a la comunidad por sorpresa, sobre todo después de la reciente concatenación de enfermedades: la hemorrágica epizoótica, la dermatosis nodular, la gripe aviar, los pequeños casos de lengua azul...
Pequeñas granjas
Gerardo Carral tiene alrededor de 100 animales en una explotación que regenta en Selaya. Los cría hasta que tienen 20 kilos y después los vende. «Realmente, no me preocupa en exceso», asegura. «Aquí los que nos dedicamos a esto somos muy pocos y tenemos todos pocos ejemplares. Que llegue es muy complicado, pero aun así extremaremos la vigilancia», explica. «Nada más ver lo que está sucediendo en Barcelona, he llamado a la veterinaria para acercarme y que me cuente a ver qué medidas extra tenemos que aplicar. La seguridad es lo primero», reconoce. Con los datos de la Consejería en la mano, se podría decir que su granja es una de las mayores.
En la localidad de Sangas, en el municipio de Soba, José María Alonso tiene medio centenar de cerdos que pastan al aire libre. Son de la raza celta mezclados con la raza duroc y deambulan líbremente por una finca de cuatro hectáreas que tiene vallada y con pastor eléctrico, entre otros motivos, para evitar que accedan jabalíes silvestres. «Siempre que escuchas noticias así, te preocupas; pero en esta ocasión, no en exceso», afirma. «La peste está muy localizado en Barcelona y están poniendo todas las medidas para erradicarla. Si fuese en una comunidad más cercana, la preocupación sería mayor. Los jabalíes forman piaras que se instalan en un territorio más o menos reducido, así que es complicado que aquel foco se expanda», considera este ganadero que montó la explotación como complemento a una quesería tradicional, Quesoba, que regenta junto a su hermano.
La mayoría de explotaciones de cerdos que hay en Cantabria son más reducidas. Como la de Julio Espinosa en Valderredible. «Sólo tengo cinco animales, pero la tengo como explotación profesional para vender las crías», explica este ganadero que se dedica a a la vacas y a las patatas. «Algo de inquietud siempre ahí, pero todos estamos haciendo bien las cosas», añade.
Para adelantarse a un hipotético avance de la enfermedad, Susinos adelantó el lunes las medidas a adoptar: «Habrá un control intensivo del movimiento de animales, sobre todo de la zona con restricciones, además de un refuerzo y revisión de las medidas de seguridad en las granjas». Animó a los ganaderos a que intensifiquen «las labores de control de acceso a las explotaciones y la limpieza y desinfección de los medios de transporte».
Sacrificios en Cataluña
La Generalitat de Cataluña avanzó ayer que sacrificará todos los jabalíes de la zona cero de la peste porcina en la sierra barcelonesa de Collserola, donde se calcula que viven alrededor de un millar de ejemplares. El motivo que se baraja como causante del foco es el de la ingesta de un bocadillo infectado traído desde Europa del Este por un transportista.
La Federación de Caza envía recomendaciones para las batidas
El hecho de que el foco de peste porcina africana se haya detectado en jabalíes silvestres ha hecho al Gobierno regional pedir la colaboración de los cazadores, para que extremen las precauciones y estén vigilantes si detectan algún suido muerto en el monte. La Federación Cántabra se reunió ayer con las direcciones generales de Ganadería y Montes y Biodiversidad. «Es difícil que el brote llegue aquí, pero vamos a mandar una recomendaciones al sector para que aún así extremen las precauciones», aseguró su presidente, Ignacio Valle. La principal es recoger los órganos de los ejemplares abatidos en bolsas cerradas –en el caso de ser eviscerar in situ– y arrojarlas en los puntos habilitados. La Consejería de Ganadería baraja instalar contenedores ad hoc. También pide que todos los utensilios utilizados, la ropa y los medios de transporte sean desinfectados «por precaución».
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