«En Gaza siguen los bombardeos indiscriminados y sigue sin entrar la ayuda humanitaria que se necesita»
Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, ha visitado Cantabria, donde ha presentado el informe 'Stop Genocidio' en el Parlamento autonómico
Mada Martínez
Santander
Jueves, 30 de octubre 2025, 07:18
Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, ha visitado Cantabria, en cuyo Parlamento ha presentado el informe 'Stop Genocidio' en Gaza y donde tiene previsto ... reunirse con su presidenta, María José González Revuelta, y con los grupos políticos. El asunto principal es Palestina «donde el genocidio continúa» , asegura sin ambages, pero también dos cuestiones en las que Cantabria, indica, necesita mejorar. «En nuestra opinión, las dos asignaturas pendientes son vivienda y el tratamiento de los menores, niños y niñas, no acompañados», sostiene el activista que, no obstante, destaca la labor autonómica en el centro integral de atención a víctimas de violencia sexual, «que está funcionando», o con el «acceso a un aborto seguro».
–Amnistía denuncia que el Gobierno de Israel ha cometido actos constitutivos de genocidio contra la población palestina. ¿Han cesado con el plan de paz?
–El primer mensaje que le vamos a trasmitir a la presidenta del Parlamento de Cantabria, a los grupos parlamentarios y al público es que el genocidio continúa. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque se siguen dando las tres condiciones básicas: sigue habiendo bombardeos indiscriminados; sigue sin entrar la ayuda humanitaria que se necesita para crear unas condiciones de vida aceptables; y, más allá de los bombardeos indiscriminados, la población civil es objeto de los bombardeos. Esos tres elementos siguen todavía en Gaza y Amnistía lo ha documentado desde octubre, tras los horribles atentados de Hamás, que mataron a 1.200 personas y secuestraron a 250 rehenes. A partir de ahí empezó un genocidio que ha ocasionado que el 90% de las casas en Gaza estén destruidas, que ha acabado con todas las infraestructuras vitales –agua, hospitales–, y que utiliza el hambre como arma de guerra para acabar con la población. Es importante que la movilización, la investigación y el trabajo de incidencia no se deje ahora por el llamado proceso de paz, porque el genocidio continúa.
– ¿Qué piensa Amnistía del plan de paz? ¿Es viable?
–Hay enormes preocupaciones sobre el plan de paz. Ahora mismo hay dos cosas urgentes: una, que ojalá logremos entre todos que se mantenga el alto el fuego por ambas partes, que es esencial para que la población gazatí pueda mínimamente sobrevivir; y, segundo, que entren los 500 camiones que necesita la gente para alimentarse. Eso es clave y básico ahora mismo.
Este plan de paz no contiene los elementos de un plan de paz, es decir, no hay nada de rendición de cuentas –no se tiene en cuenta lo que ha dicho la Corte Internacional de Justicia, que indica que debe cesar la ocupación, por ejemplo, en Cisjordania–; no dice nada sobre las órdenes de busca y captura de la Corte Penal Internacional para Netanyahu y el exministro de Defensa; no dice nada sobre la reparación y reconocimiento del sufrimiento de las víctimas del genocidio; no dice nada sobre la participación de los palestinos en el proceso de paz; y no dice nada sobre la retirada del ejército israelí de Gaza, que se mantiene en una parte que no tan casualmente corresponde a los las zonas de agricultura más desarrollada dentro de Gaza.
Entonces, el plan de paz no es un plan de paz, en todo caso será un intento de que haya un alto el fuego, pero posteriormente no hay nada más. Lo que hay que lograr son esas cosas urgentes ya mencionadas y, después, que haya reparación, reconocimiento, justicia, verdad y que no haya impunidad.
–Más allá de esas acciones, en el informe Amnistía habla de la deshumanización de la población gazatí.
–Es clave. El elemento fundamental del que habla Israel hasta ahora es que no comete genocidio porque está luchando contra Hamás. Pero lo que ha hecho el gobierno israelí es identificar Hamás con el pueblo palestino. Lo que marca el hecho de que sea genocidio es la intencionalidad de acabar con la población civil y la deshumanización. ¿Y de dónde viene esa deshumanización? De que, incluso para combatir a Hamás, el pueblo palestino es un estorbo que hay que eliminar. Ese es el punto fundamental.
Un ejemplo de la deshumanización ha venido en los últimos días. En los cadáveres entregados por el Gobierno israelí de personas palestinas presas, muertas o asesinadas en Gaza, ninguna venía con nombre, ninguna venía identificada, cuando el ejército israelí tiene los medios para hacerlo. El genocidio va unido especialmente a la deshumanización, que también va unido a las 202 declaraciones estudiadas por Amnistía de autoridades israelíes sobre palestinos, de las que 54 son cargos con influencia sobre lo que pasa en Gaza, sobre el terreno. También se ha disparado a la población civil que reclama la comida, ha habido por lo menos 250 personas asesinadas en esas circunstancias. Todo eso marca una pauta de deshumanización.
–Mencionaba antes Cisjordania. ¿Cómo valora la situación Amnistía Internacional en ese territorio?
–Ha habido una coordinación ilegal como nunca entre los colonos y el ejército israelí para para luchar contra la población palestina, molestarla y desplazarla; lo último son los intentos de amedrentamiento de los palestinos que están recogiendo la aceituna. Buena parte de las detenciones que han ido a las cárceles israelí vienen de Cisjordania. Y buena parte de la colaboración de las empresas extranjeras se da sobre Cisjordania. Por ejemplo, una empresa española, CAF, de construcciones y sociedades de ferrocarriles [...] que figura por primera vez ahora en la lista negra de Naciones Unidas. Por tanto hay una economía que tiene que ver con con el mantenimiento del genocidio, el 'apartheid' -la discriminación en la vida diaria de los palestinos, por ejemplo, en bodas, en adquisición de viviendas...- y la ocupación.
El elemento fundamental de por qué se llega al genocidio, que es algo a preguntarse, es porque se ha permitido que el Gobierno de Israel vaya traspasando todos los límites, una y otra vez, con impunidad. Cuando se permiten ocupación, 'apartheid', bloqueo..., pues se llega al genocidio como última etapa, que es donde ahora estamos y donde están los palestinos, y es lo que hay que evitar.
–Al margen de Gaza, ¿en qué otras partes del mundo pondría el foco Amnistía Internacional?
–Estamos viviendo, digamos, una tendencia mundial de prácticas autoritarias desconocidas desde hace mucho tiempo. Hay muchos gobiernos que están utilizando prácticas autoritarias, sea en dictadura o en democracia, para reprimir la disidencia política, para reprimir a la sociedad civil, y eso se extiende por todo el mundo. Hemos visto que el elemento fundamental tiene que ver con Trump y lo que está ocurriendo en Estados Unidos, es decir, hasta qué punto se van a poder salvaguardar los derechos humanos en EE UU cuando se reprime a las universidades y a los manifestantes simplemente porque se manifiestan a favor de Palestina -empezó con Biden, pero se ha recrudecido con Trump-. Estamos hablando de 3.500-4.000 personas detenidas. El autoritarismo gana incluso lugares en democracia, por ejemplo, en el Reino Unido, donde en los últimos dos meses se ha detenido a 1.800 manifestantes por manifestarse pacíficamente por Palestina.
Estamos viviendo, por lo tanto, una serie de prácticas autoritarias que responden, y es lo positivo, a una creciente movilización de la gente en la calle. Es un punto muy importante, porque si las prácticas autoritarias se confirman y se consolidan, desaparecen los derechos humanos y desaparece la libertad de expresión, la libertad de reunión, etcétera. Hay un segundo elemento, que yo creo que es importante, y es qué va a pasar con Rusia y Ucrania. ¿La forma en la que se llega a un acuerdo de paz tendrá que ver con un negocio o va a tener en cuenta los derechos de las víctimas? Porque eso va a influir en los otros 52 conflictos que vienen después. [...] Ahí están esperando en Sudán, en la República Democrática del Congo, en otros lugares... ¿Cómo van a acabar esos conflictos, como un negocio en donde se lucha por las tierras raras o va a acabar con verdad, justicia y reparación? Para eso Rusia y Ucrania es crucial.
Ahora releyendo, por ejemplo, a Camus, en la época de los años cincuenta [del siglo XX], una época también muy dura, en su discurso de aceptación del Nobel, que es impresionantemente actual, él dice que todas las generaciones creen que están dedicadas a cambiar el mundo a mejor, pero la suya tiene una labor más importante, que es evitar que el mundo se desmorone. Toda esa tendencia tan tóxica, tan de discursos de odio... en eso estamos.
– ¿Cómo cree que han reaccionado los gobiernos, el español entre ellos, o la Unión Europea ante la guerra en Gaza?
– La Unión Europea, de forma vergonzante. En el caso de Rusia ha habido 18 paquetes de sanciones desde el primer día, sin contar las sanciones cuando Rusia invadió Crimea. En el caso de Gaza no ha habido ni un solo paquete de sanciones. El gobierno español, el gobierno irlandés, el gobierno noruego son algunos de los que se salvan con cierta dignidad. El primer gobierno que ha acometido sanciones de forma unilateral es el español y eso hay que reconocérselo. Y esas sanciones son importantes porque se refieren a un embargo de armas que antes del 7 de octubre iban y venían sin ningún problema; y ha significado también que no se van a a importar los productos de los territorios palestinos ocupados. Estamos intentando que los gobiernos europeos impongan sanciones directamente a Israel.
–En su visita a Cantabria, tiene una agenda con más temas que tratar, entre ellos, los menores migrantes que proceden de Canarias, Ceuta o Melilla. ¿Cómo cree que se están comportando las comunidades autónomas ante su traslado o acogimiento?
– Es una vergüenza. Estamos hablando de unos menores, entre 4.000, 5.000. A Cantabria le corresponden 156 y ha llegado uno. También hay muchos menores no acompañados y menores acompañados ucranianos, nunca hubo ningún problema. ¿Por qué no hubo ningún problema con los menores ucranianos y hay un problema con los menores de Mali que también huyen de guerras? Si el Gobierno de Cantabria se ve desbordado porque vienen 156 menores, ¿qué país tenemos? Son niños y niñas y y francamente tenían que estar ya en mejores condiciones.
En Canarias, en Ceuta... estamos intentando convencer a todos los gobiernos de que, francamente, tienen que simplemente cobijar a esos menores y atenderlos lo mejor posible, como merecen como menores. Y en esa parte, Cantabria debe dejar de poner, digamos, palos en las ruedas, y, como cualquier otro gobierno, recibir a los 156 [menores], que son niños y niñas. Yo me he recorrido el país intentando convencer a los gobiernos de lo absurdo que es y lo injusto que es para los derechos humanos que tengan esta posición.
– La vivienda también está su agenda...
En Cantabria, en el país, si existe un problema de derechos humanos de carácter social es la vivienda. Es una emergencia que se ha convertido en algo crónico. Es un problema de tiempo. Lo hemos visto ahora, por ejemplo, con la dana, de la que ahora cumplimos el primer aniversario. Amnistía hizo una investigación sobre el impacto de la dana en la vivienda, e increíblemente en España se puede se edifican viviendas en zonas inundables. Solamente en Valencia existen 100.000 personas en riesgo y se siguen construyendo viviendas en los 15 municipios que tienen todas sus viviendas en riesgo de zona de inundación.
Hay un problema generalizado de vivienda, acceso a viviendas asequibles, y que no hay vivienda social: la media europea está en un 8% de viviendas sociales y en España no llega a cuatro. Hay un problema estructural y no se resuelve en ninguna comunidad autónoma, ni en Cantabria. Y una cosa que no nos parece razonable es que se oponga al cumplimiento de la Ley de Vivienda, que hace dos años se puso en vigor. Estamos hablando de que se ha aprobado un anteproyecto de ley de vivienda en Cantabria hace muy poco tiempo, que obliga a crear una zona una oficina antiocupación, y toman medidas directamente contrarias a la aplicación de zonas tensionadas de la Ley de Vivienda.
Zonas tensionadas significa que hay un tope máximo para el alquiler. Ahora mismo hay zonas tensionadas en Cataluña, donde hay municipios concretos, como Barcelona, donde se ha reducido un 6,4% el precio del alquiler.
–Entonces, ¿ la declaración de zona tensionada puede tener efecto sobre el acceso a la vivienda?
–Puede tener un efecto en algunos lugares. En A Coruña, por ejemplo, se ha pedido zona tensionada, y el gobierno del PP ha dicho que sí. Es decir, probemos como zonas tensionadas en Castro Urdiales y Comillas, que lo han pedido al Gobierno de Cantabria. Bueno, que lo permita y veamos si se reduce o no el alquiler en esos lugares. Lo que no se puede hacer es mantener, digamos, Cantabria un lugar donde el acceso a la vivienda sea tan difícil, ¿no?
Y otro aspecto que sí que es importante también resaltar como positivo en Cantabria es el centro integral de atención a víctimas de violencia sexual...
–... que es otro de los asuntos que quiere tratar en Cantabria.
– Ha crecido la violencia sexual en en Cantabria, lamentablemente, pero es verdad que también tiene que ver con que el recurso está funcionando y sin en nuestra opinión todavía sin mayores problemas.
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