El Gobierno sufre 103 millones de sobrecoste en los proyectos heredados del bipartito
Hay una fuerte preocupación en el Ejecutivo del PP por los gastos imprevistos en las obras del Mupac, La Pasiega y los derribos de las viviendas de Argoños
Aunque el Gobierno de Cantabria cuenta este año con el mayor presupuesto de la historia de la comunidad (3.740 millones de euros), existe una ... gran preocupación en los despachos de Peña Herbosa porque las cuentas no acaban de cuadrar. Los sobrecostes de la herencia recibida del bipartito han hecho saltar por los aires todas las previsiones económicas del PP para esta legislatura.
Cuando María José Sáenz de Buruaga llegó a la Presidencia, a mediados de 2023, ya sabía que tendría que dedicar una cantidad importante de fondos a proyectos y gastos irrenunciables heredados de la legislatura pasada. La líder del PP contaba con los 45 millones de euros de las obras del Mupac –la mitad pagado por el Estado– y con otros 40 millones de la primera fase de construcción del polígono de La Pasiega. Pero estas cantidades, a las que hay que añadir el desvío de fondos para cumplir las sentencias de derribos en Argoños, se han disparado con sobrecostes imprevistos que tensionan los cálculos del Gobierno para hacer frente a otras inversiones, como el teleférico de Vega de Pas, los primeros trámites de la carretera Reinosa-Potes y el puente Requejada-Suances. En total, los gastos inesperados hasta el día de hoy suman 103 millones de euros.
9 millones
de euros de sobrecoste han tenido hasta ahora las obras del Mupac
44 millones
deberá poner de más el Gobierno en La Pasiega por deficiencias en la urbanización y la mitad del coste de la estación intermodal
50 millones
supondrá derribar e indemnizar a los afectados por la sentencia de derribo de 254 chalés en Argoños
El primer susto para Buruaga llegó casi sin tiempo de estrenar su nuevo despacho en Peña Herbosa. El Ejecutivo PRC-PSOE había adjudicado por 45,4 millones de euros las obras del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac) a finales de 2022. Nada más ganar las elecciones, la presidenta se vio obligada a firmar un primer modificado de 3,7 millones de euros por problemas relacionados con la cimentación de la estructura del edificio. «Solo 20 días después de arrancar la obra ya tenían conocimiento de los problemas de cimentación y se lo callaron durante la campaña electoral. Eso sí, el mismo día de mi toma de posesión, autorizaron el primer modificado del proyecto», criticó Buruaga.
El segundo sobrecoste llegó hace poco más de un mes. Otros 5,3 millones más por espacios mal previstos en el diseño del edificio. En total, 9 millones más que elevan el coste de 45 a 54 millones de euros.
«Chapuzas»
El polígono de La Pasiega tampoco ha dado muchas alegrías al Ejecutivo del PP. «Heredamos el proyecto en pañales. Corrieron mucho para adjudicar antes de las elecciones, pero lo dejaron todo sin hacer», lamentó Buruaga este año antes de anunciar un encarecimiento de 13,2 millones de euros en la primera fase –la que está en ejecución–, un 33% sobre los 40,3 millones en los que se adjudicó. ¿A qué se debe? «A la improvisación y las chapuzas del anterior Gobierno», dijo la presidenta, que después concretó un poco más.
La causa tiene que ver con la necesidad de subsanar deficiencias en el proyecto de urbanización. Y para ser más precisos, porque no se dimensionó bien el espacio que ocupará la estación intermodal, la infraestructura que permitirá que La Pasiega actué como un puerto seco que dé apoyo al Puerto de Santander y que permitirá un fácil movimiento de cargas de la carretera al ferrocarril. Lo que hará que este espacio no sea un mero polígono industrial de grandes dimensiones, sino un centro logístico atractivo para empresas e industrias de diversos sectores.
A esos 13,2 millones de euros hay que sumar otros 31 millones más que será la mitad del coste de la estación intermodal que tendrá que aportar el Gobierno de Cantabria, siempre que Pedro Sánchez cumpla su palabra de financiar la otra mitad.
Otro de los grandes sobrecostes imprevistos ha sido el cumplimiento de la sentencia de derribo en los 254 chalés de Argoños construidos en las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Derribar los inmuebles e indemnizar a los afectados tendrá un coste aproximado de 50 millones de euros.
Lo que no ha dado problemas económicos –aunque sí de calendario– ha sido el búnker de protones de Valdecilla, cuyo modificado ha supuesto una exigua rebaja del presupuesto de 16.570 euros.
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