El Idival busca familias para un estudio pionero de prevención de la esquizofrenia en los hijos
La investigación se centra en los descendientes de padres que han sufrido episodios psicóticos y la participación consistirá en un test, una muestra de sangre y una prueba de voz
Aunque aún no existe evidencia de que la esquizofrenia sea una enfermedad puramente genética, el riesgo de que los hijos la desarrollen cuando tienen ese ... antecedente en los padres existe. Y es mayor –se estima que hasta un 46% de probabilidades– cuando la sufren ambos progenitores. «A este componente genético se suman factores ambientales que también influyen en la vulnerabilidad y en la forma en que la enfermedad puede manifestarse», explica la investigadora Rosa Ayesa, al frente del Grupo de Investigación en Enfermedades Mentales del Instituto de Investigación Sanitaria Marqués de Valdecilla (Idival). Ella está desarrollando un estudio pionero (Proyecto Quijote) cuyo objetivo es «detectar precozmente factores de riesgo y orientar futuras estrategias de prevención que puedan reducir el impacto de la enfermedad en las nuevas generaciones». Para ello, necesita la participación de familias que hayan sufrido un episodio psicótico y tengan hijos mayores de 12 años. Una búsqueda que está resultando la parte más complicada del trabajo. El reto es llegar al centenar.
«El conocimiento es la mejor herramienta para prevenir y reducir el impacto de las enfermedades mentales. Cada familia que participa nos ayuda a dar un paso adelante hacia una sociedad más sana y libre de estigmas», subraya la investigadora. El equipo de la doctora Ayesa acaba de publicar una revisión sistemática en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, donde confirma que «los hijos de padres con esquizofrenia o trastorno bipolar presentan un peor rendimiento cognitivo que los hijos de padres sin diagnóstico».
«Estas alteraciones en memoria, atención o funciones ejecutivas se consideran posibles biomarcadores tempranos, es decir, señales de alerta que pueden guiar la prevención», explica. Y es ahí donde se centra este estudio, iniciado en enero de 2024 y que se prolongará hasta diciembre de 2026 para ampliar el periodo de reclutamiento, extendido a los hospitales de Torrelavega y Laredo.
De lo que se trata es de rastrear esas señales en los descendientes de pacientes afectados para adelantarse a la posible aparición de esta enfermedad que se calcula que sufre aproximadamente el 1% de la población, «lo que significa que cualquiera puede convivir con ella, ya sea en primera persona o a través de un familiar».
¿Qué hay que hacer?
¿Qué hay que hacer para contribuir a esa investigación? La participación consiste en una evaluación neuropsicológica a través de una batería de test de memoria, atención y razonamiento (unas pruebas que durarán unos 50 minutos), una muestra de sangre para investigar factores genéticos relacionados y una grabación de voz (20 minutos) para analizar el lenguaje como posible biomarcador. La recogida y análisis del discurso mediante grabaciones de voz es una línea de investigación en la que el equipo trabaja desde 2021 como miembro del consorcio internacional Discourse in Psychosis –de ahí su nombre de Proyecto Quijote–. «El lenguaje es una de las funciones más afectadas en los trastornos psicóticos y su estudio con herramientas avanzadas abre la puerta a identificar biomarcadores lingüísticos que actúen como señales de alerta temprana», subraya. «Este enfoque, combinado con la evaluación neuropsicológica y el análisis genético, permite obtener una visión integral y novedosa del riesgo», indica Ayesa.
Las familias interesadas pueden ponerse en contacto con el equipo de investigación escribiendo a neuropsicolab@idival.org, llamando al 942 20 38 26 o enviando un mensaje de WhatsApp al 699 93 05 38. Como agradecimiento, recibirán un informe neuropsicológico personalizado y una compensación simbólica de 25 euros.
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