El Instituto Carlos III realiza una auditoría «sorpresa» en el Idival tras la polémica de los despidos
La visita de los inspectores coincidió casualmente con la publicación en el BOC de la lista de contratación para incorporar a dos técnicos superiores de biología en Valdecilla
El Instituto de Salud Carlos III realizó la semana pasada (jueves y viernes) una auditoría «sorpresa» en el Idival. Ya en diciembre la entidad ... que concede la preciada acreditación como instituto de investigación biosanitaria le había dado un toque de atención a raíz de la polémica salida de dos de sus investigadores del programa Miguel Servet (José Ramos y Alain Ocampo) que la Consejería nunca ha reconocido como despidos, sino como «contratos finalizados». Pero ambos científicos recibieron una carta que ponía fin a sus carreras después de más de diez años en el Idival sin ninguna alternativa de continuidad, cuando el propio programa destinado a la élite investigadora e impulsado desde el Carlos III tiene como fin, precisamente, la integración del personal dentro del sistema hospitalario. Aquella denuncia pública sirvió para poner en evidencia la falta de un plan de estabilización para sus investigadores. El propio director del Idival, Galo Peralta, reconoció en comparecencia parlamentaria que no existía, aunque dos años antes el patronato de la institución había llegado a un acuerdo que establecía que las contrataciones correrían por cuenta del hospital o de la Universidad, no del Idival. Pero no se materializó la forma de hacerlo.
En su defecto y visto el revuelo mediático tras los despidos, Sanidad dio órdenes de buscar una solución –más aún después de que desde la Dirección del Carlos III se recordara el compromiso adquirido por la comunidad para la consolidación laboral de estas personas–, y la encontró añadiendo dos plazas de técnico superior de biología en la oferta pública de empleo del Servicio Cántabro de Salud (SCS) de 2020, dejando claro que no se pueden adjudicar «a dedo», sino que el acceso será mediante concurrencia competitiva, es decir, por la vía de las oposiciones, que es como se llega a un puesto fijo en la sanidad pública.
Además del plan de estabilización, los auditores han examinado la gestión del director científico y los proyectos de investigación
La reciente visita de los inspectores del Carlos III se anunció con apenas unos días de antelación y coincidió casualmente con la publicación extraordinaria en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) –el jueves pasado– de la resolución de la Consejería por la que se aprueban los baremos para abrir las listas de contratación de personal técnico titulado superior de investigación-biólogo, negociada en el seno de la mesa sectorial. Una categoría de nueva creación en la plantilla del SCS que abre la puerta a la incorporación de perfiles como el de Ramos y Ocampo como personal estatutario de carácter eventual en Valdecilla. El primer paso de esa asignatura pendiente que era el plan de estabilización. Y este es uno de los asuntos en los que se ha centrado la auditoría, que a priori –en la valoración oral– ha obtenido un resultado satisfactorio, según ha podido saber este periódico, a la espera de las conclusiones definitivas.
Pero no ha sido el único punto de esta inspección que fuentes del Idival atribuyen a una auditoría de seguimiento de la acreditación, que se enmarca dentro de un nuevo plan estratégico que se aplicará a todos los institutos de investigación, y que contempla revisiones periódicas, en lugar de cada cinco años, como era habitual. De hecho, la última evaluación en el Idival se había realizado en diciembre de 2019. Otras de las cuestiones analizadas han sido la gestión del director científico, Marcos López Hoyos, que tomó posesión hace justo un año, cubriendo un puesto que había estado vacante durante casi doce meses; y el funcionamiento del propio instituto y de sus proyectos, con entrevistas personales a varios de los investigadores, miembros del patronato y del comité científico interno.
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