«Ahora todos los jóvenes quieren ser futbolistas»
El pabellón de La Albericia se ponía a reventar de público para ver a aquel Teka que lo ganaba todo. Defendiendo la portería había un gigante rubio, Mats Olsson
Todavía le paran por la calle para recordarle las hazañas del Teka, aquel equipo fantástico de balonmano que tenía al mejor portero del mundo. En ... la vitrina de casa ya no le cabe un trofeo más: Asobal, Copa del Rey, Copa de Europa, Recopa, IHF, un Mundial, dos medallas de plata olímpicas (además de dos oros como entrenador)... Mats Olsson (Malmoe, Suecia, 1960), sigue vinculado al balonmano y es especialista en preparar porteros, pero no ha vuelto a salir otro como él.
-La gente aún se acuerda de aquel fabuloso Teka.
-Yo vine aquí en el 88. Fue una época que empezó cuando ganamos el primer título, la Copa del Rey. A partir de ahí el Teka empezó a apostar más fuerte por el balonmano y consiguió fichar jugadores de alto nivel. Tuve mucha suerte por coincidir con entrenadores y jugadores tan buenos: era un equipo diseñado para ganar títulos.
-Usted era una persona muy querida. Además, era fácil reconocerle por la calle: un tío altísimo y rubio.
-Esos son recuerdos muy bonitos para toda la vida, y tengo la suerte de revivirlos de vez en cuando: casi todos los meses me encuentro con gente que se acuerda, que me cuentan que estuvieron en La Albericia en aquellos tiempos. Éramos campeones, jugando competiciones europeas, y el Racing entonces estaba en Segunda B, así que la ciudad se volcó con nosotros. La gente de esa generación se acuerda, y a mí me es muy grato tener unos minutos y hablar de esa época.
-¿Qué es lo que le pasa ahora al balonmano de la región?
-Lo mismo que al balonmano en general: tiene problemas económicos y poco espacio en los medios de comunicación. Antes, el ochenta o noventa por ciento del dinero que se movía en el balonmano era público, con patrocinios. Cuando vino la crisis, el balonmano se hundió por la falta de recursos, y ya no ha podido levantar cabeza. No se encuentra un patrocinador que meta todo el dinero que se necesita. No tener ningún equipo Asobal para la próxima temporada no está bien para Cantabria, donde sigue habiendo interés por el balonmano.
-¿Es solo cuestión de dinero?
-Cuando estaba en el Teka venían de fuera para jugar en España, y ahora el Barcelona es el único club de todo el país que ficha extranjeros. En la liga alemana, la francesa y la húngara hay equipos con un poder económico enorme; si algún día queremos volver a competir en Europa necesitamos una inversión muy grande. Se necesita mucho dinero para hacerlo y aquí estamos muy mal acostumbrados: un equipo de media tabla no llama tanto la atención como para llenar un pabellón. Yo espero que el deporte base del balonmano siga, aunque en Cantabria ha bajado un poco: he visto algún partido de categorías inferiores y me parece que falta un poco de espíritu. La gente joven no tiene una referencia de arriba y por eso no llama tanto la atención irse a jugar a balonmano. El fútbol se lo come todo y ahora todos los jóvenes quieren ser futbolistas.
-Le gustó tanto Cantabria que se quedó.
-Dejé de jugar en el Teka en el 97 y regresé a Suecia, donde estuve trabajando año y medio en una empresa informática, en un buen puesto. Como mi mujer es española, tomé la decisión de volver y empecé a trabajar en el club -ya Balonmano Cantabria- como mánager. Después trabajé once años para la Federación Portuguesa de Balonmano; al principio seguía viviendo en Santander, pero luego me fui con la familia a Portugal. Desde 2012 trabajo con la Federación Noruega -sobre todo-, con la sueca y con algunos clubes alemanes y húngaros. Vivimos en Santander y en verano trasladamos la base a Suances, pero yo me paso la mitad del año fuera, 180 noches de hotel y lejos de casa. No trabajo en España, solo pago los impuestos aquí.
-¿Qué hace cuando anda por aquí?
-Mi mujer es de Suances y en el 98 compramos un piso al lado de la playa, y cuando podemos venimos. A mis hijas les encanta surfear, son jóvenes y les gusta la vida de playa; a mi mujer le gusta estar tranquila y tomar el sol. A mí me gusta coger la bicicleta, dar un paseo, salir a comer o a cenar... vida tranquila.
-En España siempre pensamos que su país es el no va más de moderno y civilizado. ¿Se llevaría algo de aquí para allá?
-Me llevaría a Suecia la forma de ser de la gente, que es bastante abierta y amable, con más vida en la calle, que se reúne para tomar algo. En Suecia, por la climatología o lo que sea, son más cerrados. Me gusta que la gente se saluda, que te haces amigo de los amigos de tus amigos. De Suecia me traería a España la conciencia medioambiental: me hace mucho daño la falta de respeto que hay en España, y aquí mismo, en Suances, por el medio ambiente. Salgo en bicicleta y veo cosas tiradas por el bosque, y en Suecia no ves ni un plástico ni una botella. Es culpa de los políticos y de las fábricas, pero también de la gente. Eso me traería: saber estar en el mundo y convivir con el medio ambiente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.