La larga espera para ser bombero en Torrelavega
Solo 18 aspirantes siguen en el proceso tras superar las pruebas de una convocatoria que arrancó en 2017 y aún no ha concluido
Las oposiciones para cubrir nueve plazas de bombero en Torrelavega, iniciadas en 2017, siguen sin resolución definitiva ocho años después. De los 226 inscritos que ... comenzaron el proceso, solo 18 aspirantes han superado todas las pruebas realizadas hasta ahora y siguen en busca de un puesto en el Servicio Contra Incendios y Salvamento. La última criba, correspondiente al tercer ejercicio de la fase de oposición, se celebró en febrero de 2025.
El recorrido del proceso selectivo es una carrera de fondo marcada por retrasos, desistimientos administrativos, ampliaciones de plazas, cambios en el tribunal calificador y una espera que se ha hecho interminable para quienes decidieron presentarse. Lo que comenzó en 2017 con una única plaza ha acabado integrando las ofertas de empleo público de los años 2018, 2019, 2020 y 2021, hasta alcanzar las nueve plazas actuales.
El primer intento de convocatoria fue en febrero de 2018, cuando se publicaron las bases para cubrir una sola plaza. Tres años después, en julio de 2021, la Junta de Gobierno Local acordó desistir formalmente de ese proceso, dando por cerrado el expediente y dejando sin efecto todas las actuaciones realizadas. Pocas semanas después, el Ayuntamiento aprobó nuevas bases para unificar las plazas pendientes de cubrir desde 2017 hasta 2020. En enero de 2022 se amplió a una novena plaza.
Las plazas siguen sin adjudicar tras desistimientos ycambios en el tribunal
El servicio se refuerza con interinos de la bolsa municipal, sobre todo en época estival
Las nuevas oposiciones arrancaron oficialmente en septiembre de 2021 con la apertura del plazo de inscripciones. La lista definitiva de admitidos, publicada en enero de 2022, incluyó a 226 personas. Sin embargo, no fue hasta un año más tarde, en enero de 2023, cuando comenzaron las pruebas. El primer ejercicio físico, que tuvo lugar el 24 de enero en el pabellón Vicente Trueba, reunió a 60 aspirantes. Tras las primeras eliminatorias, en febrero se desarrollaron nuevas pruebas de fuerza, velocidad y resistencia. Solo tres opositores cayeron en esa fase.
A partir de ahí, el proceso avanzó lentamente. En el tercer ejercicio, celebrado en febrero de 2025, solo 18 aspirantes superaron la nota mínima exigida de 5 puntos, según el acta oficial publicada por el Ayuntamiento. Han sido más de tres años de espera desde que presentaron la instancia en octubre de 2021, y algunos de ellos llevan desde 2017 preparándose para unas plazas que aún no se han adjudicado.
Entre los factores que han lastrado aún más el calendario destaca la modificación del tribunal de valoración. En septiembre de 2024, la entonces presidenta del órgano —la jefa del Servicio Contra Incendios— fue sustituida tras ser destinada a la jefatura del área de Medio Ambiente e Infraestructura Verde. Su puesto fue asumido por el oficial-técnico del cuerpo, actual mayor mando operativo. El relevo obligó a reorganizar el tribunal en un momento clave del procedimiento.
En cuanto al estado actual del proceso, desde el Ayuntamiento no se ha especificado públicamente si falta por realizarse alguna prueba más o si únicamente queda pendiente la resolución final. Lo que sí es seguro es que, a fecha de hoy, las plazas todavía no han sido adjudicadas y no hay calendario oficial para la toma de posesión. En el pleno de junio de 2024, el alcalde Javier López Estrada aseguró que todo se resolvería antes de que acabase julio de ese mismo año. Sin embargo, una año después , no se ha hecho público ningún nuevo avance.
Mientras tanto, las nueve vacantes están siendo cubiertas de forma provisional con interinos procedentes de la bolsa de empleo municipal. Esta fórmula es especialmente habitual durante la época estival, cuando la plantilla necesita refuerzos para cubrir vacaciones o afrontar un mayor volumen de servicios.
La incorporación de estos nueve futuros bomberos no solo resolvería una deuda pendiente con los opositores, sino que también permitiría reforzar un servicio esencial para la ciudad. Con una plantilla estable, el cuerpo ganaría en operatividad, planificación y capacidad de respuesta, algo especialmente importante en emergencias, rescates o intervenciones urbanas complejas.
Cuando tomen posesión, si lo hacen, habrán pasado más de cuatro años desde que firmaron su inscripción. Un tiempo que ha transformado su vida y también su manera de enfrentarse al futuro. Para muchos, convertirse en bombero será mucho más que aprobar unas oposiciones: será el cierre de una etapa vital que empezó en un Ayuntamiento y terminó —si todo sale bien— con el uniforme puesto.
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