«Llevamos 26 años con esta protesta y seguiremos hasta que haya una solución a los derribos»

Pese a que tradicionalmente esta marcha partía de la localidad y llegaba hasta Santander, en esta ocasión se optó por concentrarla toda en el pueblo debido a que hace unos meses el Tribunal Supremo cortó de raíz el único hilo de esperanza que le quedaba a los afectados de Argoños al ratificar la anulación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. No obstante, es una convocatoria que también representa a todos los que están en situaciones similares en otros puntos de Cantabria como Escalante, Arnuero y Piélagos.

«Lo que reivindicamos desde hace años es que se apliquen los convenios que ya hay aprobados para todos los afectados de una vez, tenemos que salir de todo esto como entramos, juntos». Lo ha dicho durante la marcha el presidente de AMA, Antonio Vilela, que pese a los largos años de lucha que lleva a sus espaldas no ve agotadas sus fuerzas para seguir reivindicando «justicia». Fue esa la palabra más repetida entre los asistentes, aunque la mayoría ve una solución para ellos todavía lejana. «Aquí seguiremos el año que viene y el siguiente», decía más de uno, acostumbrados ya como están a vivir con la incertidumbre alojada en sus casas.

«¿Para qué voy a pintar o arreglar un cristal si antes o después se supone que me la van a tirar?», explicaba Felipe Pérez compartiendo en alto el que es su mantra desde hace cerca de tres décadas. «Compré la casa cuando tenía 38 años y aquí sigo 26 después con la pancarta en la mano y promesas incumplidas». Otros compañeros ya no están. Murieron sin una solución. Es el caso de Teo Arnal, que era el encargado de poner cada uno de los carteles de las convocatorias de la asociación en los pueblos y al que se le dio un reconocimiento especial en la marcha de este sábado.

Hubo lágrimas de desasosiego e incomprensión también de otros presentes porque sus familiares han fallecido sin la tranquilidad de ver el problema resuelto. Y es que pese a que el encuentro es ya «una manifestación de viejos», como calificó el propio Vilela, ya hay quienes han cogido el relevo en la protesta. Es el caso de Julio Francisco, que participó en nombre de su padre (de 90 años y enfermo). «Él está triste, de ver que antes o después va a faltar y nos va a dejar de herencia una sentencia de derribo y un problema en lugar de una solución».

A diferencia de otras ediciones pasadas de la Ruta de los Inocentes, en esta ocasión no hubo representación institucional ni del Gobierno ni de los ayuntamientos afectados, aunque sí hubo presentes miembros de la oposición. «Todos han dado excusas, algunas más creíbles y otras menos», transmitió el presidente de la Asociación. El único que asistió en señal de apoyo fue el expresidente del Parlamento de Cantabria, Joaquín Gómez, que reconoció que lo ocurrido con los afectados de derribos es «sangrante» y reclamó que se apliquen las soluciones existentes con los convenios aprobados «cuanto antes».

La manifestación partió a las 11.30 horas desde la Urbanización Pueblo del Mar I, junto al monolito de la Asociación AMA («Alas de mariposa»), en homenaje a las víctimas ya fallecidas durante esta larga lucha, que —según los convocantes— ya superan en número a los que aún siguen batallando por una solución. Asimismo, se estrenaron tres canciones compuestas para la causa: 'Alas de mariposa', 'Buena gente' y 'Pobre de mí', que reflejan el dolor de las familias afectadas por la inacción institucional. La jornada concluyó con una chocolatada ofrecida a los asistentes, como gesto simbólico para «endulzar los amargos tragos que están viviendo cientos de familias».