«Llevar residuos al vertedero es peor para el medio ambiente y más caro que reciclar»
La entidad afronta el reto de implantar el quinto contenedor para que la recogida de restos orgánicos funcione este año en toda la región
Para los cántabros, es bueno que la empresa pública MARE no sea noticia. Eso significa que no hay problemas con los sistemas de depuración de ... aguas o que la recogida de basuras –se encarga de ello en unos 80 municipios pequeños y medianos y del tratamiento y reciclaje de toda la región– funciona con normalidad. Además del día a día, a su actual director, el ingeniero industrial Pedro Ruiz (Aguilar de Campoo, 1962), le está tocando gestionar algo extraordinario: la implantación del quinto contenedor.
–Posiblemente este sea uno de los momentos de mayor transformación de MARE, con la llegada de mucho dinero de fondos europeos y la obligación de implantar normas europeas más exigentes en materia de basuras y aguas. ¿Cómo están afrontando este momento?
–Estamos en un momento de grandes inversiones derivadas de las nuevas exigencias normativas, afortunadamente apoyadas por los fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia. Es una época de consolidación y crecimiento de MARE.
Las frases
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En zonas rurales «Hemos asumido 40 depuradoras de municipios que no se usaban porque no podían pagar la luz»
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Problemas heredados «La situación de los sobresueldos ya se regularizó. Hemos hecho seguimiento de la auditoría»
–¿En qué lo va a notar el ciudadano?
–Hay una parte importante de modernización y actualización de instalaciones. Un ejemplo es el proyecto de automatización de la instalación de El Mazo. Ahí destinamos 6,8 millones de euros que se van a invertir, básicamente, en actualizar todos los elementos que configuran la planta y en aumentar su capacidad. Nos preparamos para un futuro en el que habrá más toneladas de residuos recogidos de forma selectiva para su posterior reciclaje.
–Otra parte de la inversión va a la implantación del quinto contenedor (marrón, para restos orgánicos). ¿Cuándo estará en toda Cantabria?
–Hicimos un estudio previo y de ahí salieron dos modelos. En los municipios de menos de 1.000 habitantes, la alternativa ha sido el compostaje doméstico, que ya está puesto en marcha en los 35 ayuntamientos en los que se está ofreciendo a los municipios y a los vecinos el poder adherirse al sistema de compostaje doméstico. Ahí no va a haber quinto contenedor. Precisamente ese estudio sirvió para determinar que en los pueblos tan pequeños la gente no utilizaba ese quinto contenedor porque todo el mundo tiene su huerta, tiene sus animales, y no van a hacer uso de este nuevo servicio. Para los de más de 1.000 habitantes lo que se hizo es analizar cuál era la mejor ubicación de los contenedores para que tuvieran mayor acogida. La otra parte tiene que ver con la infraestructura. Ya hemos comprado 1.200 contenedores y camiones para la recogida selectiva. Y la tercera son los convenios que firmamos con los ayuntamientos con los que se formaliza el encargado a MARE. Por ahora el quinto contenedor funciona en once ayuntamientos a través de MARE y en Piélagos. Está operativa la recogida, de ahí el convenio con Asturias para tratar estos residuos, que primero se recogen en El Mazo y después se llevan al Principado.
–¿Estará en todos los municipios antes de fin de año?
–Esa es la intención.
–Cantabria envía estos residuos a Asturias porque no tiene una planta propia. ¿Hubo falta de previsión?
–Efectivamente, vamos tarde. No se hizo ese trabajo durante la anterior legislatura. Había muchos hitos en materia de reciclaje que había que llevar a cabo por normativa europea en los que no se hizo casi nada. Cuando llegué a MARE lo que vi fue que no se había avanzado y lo que hicimos fue poner en marcha una solución inmediata que fue este convenio con Asturias. Ha sido un buen modelo de colaboración entre comunidades.
–Pero, además de los problemas de eficiencia, a Cantabria le cuesta dinero. Igual que le costó dinero a Guipúzcoa traer basura a Meruelo hace algunos años.
–Se han dado dos circunstancias: Asturias tenía sobrecapacidad en su planta, que no siempre pasa, y la proximidad, porque el transporte es clave en los costes del tratamiento. Firmamos ese convenio mientras estudiamos cómo crear nuestra propia planta en Meruelo. Evidentemente, tenerla ya en Cantabria sería más barato, pero la solución económica son 75 euros por tonelada tratada, que tampoco es un coste excesivo teniendo en cuenta que por ahora enviamos 15 toneladas a la semana. Más que un tema económico, el problema es que en algún momento en Asturias, cuando traten el 100% de sus residuos del quinto contenedor, nos dirán 'basta'.
–¿Cuándo funcionará la planta de Meruelo para el quinto contenedor? ¿Quién la pagará, el Gobierno o la concesionaria?
–El proyecto será del orden de 50 millones de euros, la ejecución durará unos tres años y la forma de financiación hay que estudiarla. A finales de ese mes lo que tendremos será el proyecto técnico.
–También llegarán contenedores para aceite, para textil… ¿Existe el riesgo de saturar al ciudadano y que todo este trabajo sea para nada?
–La administración tiene que poner las infraestructuras y los medios para que los ciudadanos puedan hacer esa separación de las seis distintas fracciones de residuos, pero los ciudadanos tienen que querer hacerlo. La concienciación es clave. Y la gente tiene que asumir que llevar residuos al vertedero, además de contaminar más que reciclar, también es más caro. Más caro y peor medioambientalmente porque Cantabria tiene que pagar un impuesto de 40 euros por tonelada que acaba en el vertedero. Por lo que se recicla, no se paga nada. Cuanto estén todos los nuevos contenedores, el 100% de la basura que se echa en el contenedor de resto podría reciclarse. Hemos hecho un estudio y ahora en ese contenedor, de lo que se echa, el 44% es orgánico, el 12% papel y cartón, el 13% plásticos, el 2,5% vidrio, el 1,5% metales, el 10% textiles y el 2% madera. Todo se podría reciclar.
–¿Los cántabros están concienciados con el reciclaje? ¿Reciclamos más que nuestros vecinos?
–A nivel de recogida separada de vidrio estamos ligeramente por encima de la media de España. En Cantabria se recogen unos 20,2 kilos por habitante y año, mientras que la media de España es 19,1. En papel, cartón y envases estamos ligeramente por debajo. Pero la buena noticia es que la tendencia está cambiando: los datos dicen que van aumentando las zonas de recogida separada, con lo cual, aunque vayamos por detrás, la tendencia es buena y ayudada por las campañas que estamos llevando a cabo para que la gente esté cada vez más mentalizada.
–¿Qué objetivos marca Europa?
–En 2035, la cantidad de residuos que acaba en el vertedero y no se recicla no puede ser superior al 10% de lo que se genera. Nos vamos acercando, pero despacio. Hay que ser conscientes que queda mucho por hacer todavía.
–Parece que el futuro vertedero de amianto se instalará en El Mazo.
–Aquí yo solo puedo decir que nos ocupamos de residuos domésticos, de residuos municipales, y no nos ocupamos de residuos peligrosos como es el caso.
–Parte de los fondos europeos irán a mejorar los puntos limpios. ¿Para qué exactamente?
–Por un lado a la ampliación de los 36 puntos limpios ya existentes, pero vamos a abrir tres nuevos en Noja, Laredo y Castro Urdiales, los dos últimos con una planta de compostaje para residuos de poda, que hay una gran cantidad en Cantabria y que requieren un tratamiento específico con una superficie muy importante. También hay un proyecto de control de accesos que nos va a dar mucha más información, y además de forma digitalizada, de las toneladas que entran, de los tipos de residuos, cómo la ciudadanía los está usando... Con esa información podremos hacer también una mejor gestión.
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